Política y presentismo

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

El presentismo es una noción desarrollada por Hugo Zemelman para describir esa cualidad de la juventud (en este caso latinoamericana) de explicar lo social y la toma de decisiones en democracia sin los referentes y análisis de los hechos del pasado.
Para la concepción democrática donde subyacen intenciones autoritarias, el ideal son los votantes con debilidades en materia de memoria histórica.
El presentismo también es una característica de las posturas ideológicas conservadoras, que para fines políticos se explota en campañas y también en los proyectos de gobierno de esa matriz ideológica, donde el poder y el dinero van antes que la democracia.
Esa rareza útil y rentable secuestrada en donde la utopía es la práctica de gobierno en la que el bienestar de todos debiera ser la construcción colectiva.
A las opciones políticas de derecha les viene bien la visión colectiva del aquí y ahora, le apuestan a convencer al electorado joven numeroso, con promesas ancladas en el etéreo universo donde a hurtadillas suelen perderse las verdaderas intenciones.
Hacer política con una ciudadanía acrítica que vote desde la inmediatez y desde la víscera y la desesperanza, es un terreno donde se mueven bien, es un terreno en donde los poderes fácticos o los grupos hegemónicos invierten dinero, compran voluntades y juegan a la democracia con algunos partidos políticos casi particulares, para controlar y cargar acción política hacia sus propios intereses.
Los procesos electorales se reeditan periódicamente, en cada momento y coyuntura se exige de una moderna ciudadanía de visión de largo plazo, consciente de la responsabilidad que implica la elección de gobiernos y representaciones.
El 2 de junio de 2024, en los distintos procesos electorales debe haber una participación masiva, en cada una de las casillas deben concurrir electores informados y conscientes de la importancia del voto que empodere un proyecto de gobierno que atienda las demandas sociales y económicas más sentidas.
El ciudadano tipo ideal ha de ser aquel que comprenda el debate ideológico que se juega en las plataformas de los partidos políticos, ha de informarse de los sujetos que encabezan los liderazgos y de los acuerdos que realizan para asumir compromisos en sus alianzas.
Los tiempos acotados de las campañas y la urgencia de convencer, la estructura de los mensajes, las palabras que tejen y exhiben posturas ideológicas del mensajero.
La democracia en nuestro país ha avanzado lentamente e incluye ahora la paridad de género, aunque la postura ideológica no está siempre relacionada con la condición de ser hombre o mujer.
Hay dos proyectos de país diametralmente opuestos, dos personas que materializan en su campaña la oferta de derecha (clasista, racista, neoliberal) e izquierda.
Las capacidades e incapacidades, la moralidad e inmoralidad, la cercanía o distanciamiento de los poderes fácticos, la visión miope o de altura de miras del proyecto de país o de entidad federativa, no están determinadas por la pertenencia a un género.
Ser conservador o liberal (debate ideológico en el siglo XIX) o neoliberal o transformador, en esta coyuntura tiene relación con formación y militancia, tiene relación con los procesos de dominación o emancipación de las estructuras mentales de los individuos y las colectividades.
La emergencia de la guerra sucia donde se intenta desacreditar al contrario, no desde la propia competencia y experiencia política si no a través de panfletos provenientes de la propia prensa y comunicadores a modo.
El presente y el pasado inmediato, el hacer y el decir de los liderazgos en las instituciones políticas.
El Partido Revolucionario Institucional, la historia inmediata de los sexenios 1982-1988, 1988-1994, 1994-2000, 2012-2018. El tratamiento de los problemas nacionales.
El Partido Acción Nacional, los sexenios de 2000-2006, 2006-2012.
Entre otras entidades federativas el caso Jalisco:

El Partido Revolucionario Institucional y los sexenios 1989-1994, 2012-2018.
El Partido Acción Nacional y los sexenios 1994-2000, 2000-2006, 2006-2012.
La soberbia de la etapa neoliberal y la marginalidad acentuada de los que menos tienen.
Las trincheras de Televisa y la privatizada TV Azteca (agosto de 1993) la reproducción de generaciones de periodistas chayoteros acostumbrados a la no réplica de una sociedad mareada por absurdos como el chupacabras o el más reciente “virus del comunismo”.
La construcción paso a paso de candidaturas como la de Enrique Peña Nieto desde que era gobernador de el Estado de México, desde que era Secretario de Administración bajo el gobierno de Montiel.
Las reformas estructurales y la carga de impuestos celebrada festivamente con Roque señal incluida.
La noción de “trabajo” desde el observatorio del exitocismo empresarial dudoso, el “A trabajar huevones” proferido por Vicente Fox Quezada y el “Mi padre me enseñó a ganar tu comida trabajando… Los programas sociales deben ser provisionales…” de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.
Las trayectorias grises, Xóchitl funcionaria del gobierno de Fox, delegada de la hoy Cdmx, la senadora plurinominal habladora, porril al lado de Lilly Tellez o Kenia López Rabadan. La candidata presidencial heredera de Ricardo Anaya.
La noción de trabajo de los libertarios y ultraderechistas como el caso Milei en Argentina “Marx nunca trabajó en su vida”.
Las coincidencias, las mentalidades, la ceguera paradigmática de algunos jóvenes y muchos viejos.
La lucha de clases que deviene también en las campañas electorales, en las urnas.
El empleo como objeto de deseo de una sociedad y una clase trabajadora pauperizada, el primer mundismo criminal salinista como venta de pasillo engaña pobres.
El Fobaproa zedillista y su vocecita pausada. El análisis y la toma de decisiones de los genios de la macroeconomía formados en el país del Norte, los sexenios productores de pobres y de inseguridad.
Los bienes nacionales y las decenas de reformas constitucionales recurrentes en cuatro décadas.
Fox el vendedor de Coca Cola, producto que produce problemas de salud que ha dañado irremediablemente a dos o tres generaciones, Fox gobernador de Guanajuato y la crisis de seguridad cuyos coletazos llegan a nuestros días.
Fox, Los amigos de Fox y la traición profunda a la confianza ciudadana y a la democracia, los hijos enriquecidos de Martha Sahagún y la lección de relaciones internacionales inolvidable del “ Comes y te vas” al líder cubano Fidel Castro.
La involución de las democracia mexicana, el arte de robar elecciones, el “Haiga sido como haiga sido” de Felipe Calderón Hinojosa y el cuarto de guerra de los cuñados Hildebrando, en “López Obrador es un peligro para Mexico”.
Los magnicidios de Luis Donaldo Colosio Murrieta y de Ruiz Massieu.
El EZLN, Acteal, los 43 de Ayotzinapa.
Localmente los magnicidios del cardenal Posadas Ocampo y Aristóteles Sandoval.
La necesaria recuperación de la historia, de los hechos inmediatos como marco para la toma de decisiones en las próximas elecciones.
La visión longitudinal de los hechos contra la visión transversal o presentista, la razón contra la emoción.
Nunca tomar decisiones precipitadas con piezas incompletas de información.
Nunca hacer ciudadanía con retazos y cápsulas de garlito presentista.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Francisco Millán
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    Esclarecedora reflexión para quien quiera entender nuestra coyuntura política inmediata, electoral…

    Saludos Rubén

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