Nuevos horizontes en el campo en la formación docente

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Uno de los temas fundamentales en la agenda educativa que ha cobrado mayor relevancia en los últimos tiempos es el asunto de la formación docente, ya que son los sujetos docentes (mujeres y hombres) en quienes descansa la columna vertebral y el funcionamiento de todo sistema educativo.
El campo de la formación se subdivide en los siguientes rubros: Formación inicial, iniciación, continua o permanente y profesionalización para las y los maestros en servicio.
En dicho campo en general es necesario destacar algunas tensiones e inconsistencias que se han arraigado al interior del sistema en los últimos años. Destaco las siguientes:

a) No existe una correspondencia consistente entre las iniciativas formativas, con el desarrollo de prácticas que puedan presumirse como exitosas, en el campo de la educación básica o en donde éstas se realizan.
b) El sistema de formación se mueve bajo esquemas y condiciones anacrónicas que promueven y reproducen prácticas y tradiciones que provienen del siglo XIX y que no son capaces de mirar los desafíos del siglo XXI.
c) La organización y funcionamiento de los centros de formación y unidades de trabajo debieran mirarse como una especie de laboratorio de formación docente, dentro del cual se intente fomentar la participación de los distintos estilos de gestión, para contrarrestar la dispersión de las y los académicos y fomentar el análisis de ideas y propuestas pedagógicas de avanzada.
d) El sistema de formación docente actualmente no vive su mejor momento, hace falta vincularlo con el fomento de la investigación, de la generación de ideas de vanguardia, la experimentación y el diseño de propuestas innovadoras. Por el contrario, el sistema de formación docente tiene un anclaje fincado en las repeticiones y la reproducción de viejos esquemas que se reeditas año con año.
e) El sistema de formación docente tiene inmovilizado o paralizado a los sujetos encargados de la formación. Dentro de las y los formadores de formadores, son muy pocos los personajes comprometidos en la construcción de propuestas para la mejora de la tarea docente.
f) El campo de la formación, muy poco se discute y se debate en términos teóricos, al interior de las mismas comunidades académicas y de los centros de formación docente.

A partir de los puntos anteriores, se justifica repensar el campo y replantear propuestas, la mirada deberá estar colocada hacia el futuro teniendo a la investigación y a la innovación como los dos pilares que le den sustento a la diversidad y a la riqueza de propuestas por construirse.
El campo de la formación docente de manera global, deberá entender desde su interior la gran responsabilidad que tiene la formación de sujetos docentes, en cuanto a la generación y la movilización de propuestas a partir del manejo crítico del conocimiento, el cumplimiento de propósitos y la capacidad de responder ante los retos de la calidad y la excelencia educativa con la finalidad de facilitar y consolidar aprendizajes pertinentes para los sujetos en formación, viene siendo la tarea del presente que debería ocupar a instituciones y sujetos encargados de desarrollar la tarea.
Por último, el campo de la formación docente deberá darse el permiso de vivir la innovación a partir de ensayar, pilotear e incursionar en senderos inexplorados.
El cambio en el sistema de formación docente inicia con ideas absurdas, descabelladas, con un toque lúdico centradas mas en la improvisación por encima de la certeza o la seguridad de lo que se hace y de lo que espera de lo que se hace. La formación de las y los nuevos docentes es una tarea compleja que necesita reinventarse constantemente, para ello no solo se requiere disposición de los sujetos que hacen la formación, sino también inventiva e imaginación.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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