Nuevo gobierno, misma política

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

En materia educativa no hay novedades con el ascenso del nuevo gobierno. Seguirá lo mismo sin remedio a las situaciones problemáticas de la política y la realidad educativa.
Para citar lo que está en todos lados: ¿qué decidirá la política educativa sobre el uso o no de la inteligencia artificial en la educación básica? Apenas estamos, según se escucha, tratando de que la conexión a la red Internet llegue a todos los rincones del país donde haya una escuela básica por sencilla que sea.
Uno de los puntos nodales de una reforma, tal como la anuncian las pretensiones de la Nueva Escuela Mexicana, debieran ser modificaciones radicales en la educación Normal. Desentrañar las necesidades, la historia y las realidades de las comunidades que rodean a las escuelas requiere una nueva formación de maestros y maestras, pues relacionarse con las comunidades, sobre todo, las más tradicionales no es cuestión de “aquí estoy y díganme”. Se requiere una sensibilidad compleja con la cual puedan detectarse las realidades detrás de las palabras y detectar los modos propios de hacer y de ser de esas mismas comunidades para respetarlo, entenderlo, valorarlo y comprenderlo. Nada fácil.
La escuela Normal actual está centrada en los temas de estudios clásicos, en los métodos pedagógicos correspondientes, las didácticas congruentes y en conocer las formas de relación con los estudiantes. Es muy noble. Sin embargo, eso no le interesa a la NEM, excepto si las comunidades lo requieren para reconocerse como comunidades decididas al cambio.
La opción comunitarista que está detrás de la NEM pide una comprensión de esa ideología y comprender el valor de la cultura de las comunidades, eso que han construido paso a paso para sobrevivir en un mundo que no las reconoce. De ahí la importancia de fundamentar los estudios normalistas, ya no en el dominio del currículo de educación básica, sino en los modos de acercamiento, diálogo y colaboración con las comunidades según el modo de proceder de esas mismas comunidades. Considerarlas desde la idea de pobreza o de adhesión a la norma occidental es no entender mucho de las realidades comunales.
De ahí la importancia de la política educativa del nuevo gobierno, pues si simplemente dice y hace lo mismo, estaremos una vez más dando pasos para atrás. La idea de una nueva educación Normal, puede generar a largo plazo una educación tejida e identificada con las comunidades vivas y actuantes de nuestro país. De ahí a construir una nueva nación, sólo será cuestión de unos años de perseverancia y apoyo democrático a la diversidad y, ahora sí, aprovechar la contribución de la tecnología humanista para mejorar nuestra forma de vida. ¿Veremos la misma política?

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). mbazdres@iteso.mx

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