Mayo, mes para festejar a madres, docentes y estudiantes

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Llegó mayo y con éste llegaron los festejos escolares, los cuales iniciaron los últimos días de abril con niños y niñas por su día, seguirá la madre, posteriormente los maestros y se terminará con estudiantes, festejos que, por cierto, fueron opacados y limitados durante los meses de pandemia y la educación a distancia, pero, con la presencialidad al 100% vuelven a ser parte esencial de las prácticas de convivio escolar.
Son, de una o de otra manera, el reflejo de lo que las escuelas dejan ver al exterior y con dichos festejos se demuestra lo sana o insana que se encuentra la comunidad escolar, son momentos que se conjugan para dar cuenta del trabajo en colectivo y la disposición que se tiene para hacer las cosas bien.
Antes de que la escuela cerrara sus puertas estos festejos eran muy esperados por la comunidad docente y estudiantil, implicaba dejar por un momento los protocolos, las etiquetas y las formalidades de lo que implica el aula, los estudiantes, por lo menos, respiraban aires de libertad porque se guardaban los uniformes y se generaban espacios para escuchar música, bailar y convivir con los compañeros y amigos en un escenario menos rígido, lo mismo sucedía con docentes y madres de familia.
Con estos festejos se respiran ambientes de normalidad y es un poco ir acostumbrándonos a lo que significa hacer un lado el tema del Covid y todas sus implicaciones, amén de los aprendizajes escolares.
Estamos en el último tramo del ciclo escolar el cual, por cierto, es el más complejo por diversas razones, principalmente por el clima de calor y porque las relaciones interpersonales entran en crisis, son los meses más complicados para las escuelas y es cuando afloran los problemas de conducta, principalmente en educación secundaria.
El hecho de generar este tipo de festejos es como una válvula de escape para hacer más llevadera la dinámica escolar, también lleva como propósito fortalecer las prácticas socioemocionales tan necesarias después del fenómeno del Covid y así poder ayudar a normalizar la vida cotidiana.
El magisterio, además de reunirse un momento agradable con sus semejantes, espera un incremento salarial sustancioso o, por lo menos, que sea equiparable a lo que ha perdido el poder adquisitivo de éste, la inflación acumulada en 2021 fue de 7.37%, más el 7.45% en lo que va del año y con un incremento del 22% al salario mínimo, no se podría esperar un aumento salarial menor al 10%, toda vez que en Jalisco, el personal de la Secretaría de Seguridad y la Fiscalía recibieron incrementos al salario de 12 y 15% respectivamente.
Vaya pues deseos de armonía para este mes de mayo, que los festejos sean placenteros y que la parte final del ciclo escolar no sea tan pesada y agote el ánimo de la comunidad escolar, ya que el ciclo escolar 2022-2023 no será menos complejo que el actual por todo lo que se viene en materia educativa, social y política.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar