Maestros en tensión

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

20 de noviembre de 1910, inicio de la Revolución Mexicana, movimiento político social por el descontento popular con las políticas del gobierno federal del país, encabezado por Porfirio Díaz.
Hoy se conmemora el inicio del movimiento liderado por Francisco I. Madero, que se levantó en armas contra el presidente Díaz, quien había estado en el poder por más de 30 años, y los logros de su gestión no se reflejaban en el bienestar de la población, en especial en los grupos más empobrecidos.
Las causas de esta revolución fueron, en síntesis, el autoritarismo desmedido de Porfirio Díaz, la desigualdad social y la concentración de la riqueza, la explotación de los trabajadores, la falta de libertad política y de expresión, el despojo de tierras a los campesinos, la mala calidad de la educación y el petróleo del país controlado por compañías extranjeras.
Hoy, quizá pudiéramos encontrar algunas situaciones parecidas o equivalentes a las viejas causas revolucionarias. Pero, ciertamente nadie pensaría en un levantamiento semejante al maderista, no obstante que, para el movimiento de la 4T, Madero fue la 3T. No hay comparación posible.
Por ejemplo, la educación mexicana tiene defectos y situaciones claramente mejorables, sin embargo, nada parecido al régimen porfirista en el cual un profesor para conseguir un aumento de sueldo solo lo podía lograr enviando una carta al presidente Díaz en la cual le explicara sus apuros económicos, y debía esperar la venia presidencial, nada segura. Hoy la situación laboral de los maestros puede mejorar, claro, pues está a “años luz” de hace 114 años.
Hoy, probablemente, el reto principal para los maestros y los estudiantes es el de conocer, dominar y asumir los numerosos avances en la ciencia pedagógica, para todos los niveles y grados de estudio, y a la par la renovación radical de la preparación de los actuales y futuros maestros para conocer cómo utilizar los avances tecnológicos y sociales disponibles para mejorar la preparación de los estudiantes. Hoy, no ayer, un maestro sin conocimiento de los avances tecnológicos en materia de inteligencia artificial será fácilmente “rebasado” por sus propios estudiantes, quienes con un celular pueden conocer y utilizar avances importantes en esa materia. No es difícil. Y sí, actualizarse requiere dedicación y, por tanto, tiempo que la autoridad administrativa debe conceder.
Hoy, un maestro de educación básica que desconozca las nuevas características sociales de los estudiantes y de sus familias corre el riesgo de encontrarse en confrontación, leve o grave, con esos familiares y quizá hasta con los mismos estudiantes. Hoy, hoy la sola autoridad, y menos el autoritarismo, no rinde frutos. De ahí la importancia de diseñar una nueva manera de formar, preparar y actualizar a los profesores de la educación básica, pues el pensamiento crítico que hoy requieren las circunstancias y las características de la sociedad en transformación que estamos viviendo, es clave para comprender la educación.
Estamos ante una revolución. Diferente de la maderista, sí. Revolución al fin.

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). [email protected]

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