Los relatos narrativos y el aprendizaje

 en S. Lizette Ramos de Robles

S. Lizette Ramos de Robles*

Dentro del marco de la Feria Internacional del Libro, podemos reflexionar sobre el papel que a lo largo de la historia ha tenido la lectura y la escritura en sus distintos géneros. Hoy dedico este espacio a la recomendación del trabajo con relatos narrativos o narrativas en el aula. Dicha recomendación se sustenta en la utilidad y efectividad que han demostrado en los distintos niveles educativos así como en los distintos ámbitos de desarrollo integral del individuo.
En términos generales Herrnstein Smith definió la narrativa como actos verbales que consisten en que alguien le dice a alguien que sucedió algo. Por tanto, en este acto podemos identificar como elementos participantes: el narrador (alguien que cuenta), el lector o escucha (alguien que recibe, al cual, por referirnos casi siempre a historias escritas, se le llama lector), eventos (algo que sucede), y un tiempo pasado. Es considerada como una técnica para estudiar la comunicación de una manera objetiva, sistemática y que cuantifica los contenidos en categorías. Esta técnica resulta muy útil para analizar los procesos de comunicación en muy diversos contextos. La forma más básica y más universal de la narrativa puede ser el producto no de la reflexión narrativa, sino de la conversación ordinaria; por tanto las narrativas pueden ser producidas a través de modos de representación hablada, escrita, kinestésicos, pictóricos y musicales.
La narrativa ha sido propuesta como uno de los ejes organizadores de la enseñanza, destacando el poder del relato, para la comprensión de los contenidos escolares, ya que constituye algo informativo, que tiene un significado afectivo dentro de un contexto narrativo y orienta la comprensión, independientemente de que el relato se refiera a incidentes y personas, a descubrimientos científicos o a fenómenos naturales.
En los últimos años la producción de narrativas ha tenido un papel importante dentro de la educación en ciencias y en educación matemática dado que se reconoce como un medio para facilitar los procesos de modelización; como una estrategia que mejora la memoria e incrementa el interés en el aprendizaje y la comprensión de lo aprendido; además permite reflejar la estructura fundamental de nuestra mente y hacer público nuestro modo íntimo de ver las cosas.
Asimismo las narrativas facilitan la apropiación de saberes culturales diversos aportando un marco para el diálogo entre emociones, razón y experiencia y se utiliza como una herramienta que permite jugar con la mente y las experiencias en dos sentidos: hacer comprensible lo incomprensible y hacer incomprensible lo comprensible, considerando que ambas acciones contribuyen a conocer nuestro mundo y la interacción que tenemos con él. Por otra parte se ha trabajado dentro del campo de la narrativa aplicada a la educación con fines de conocer la cultura docente; utilizando el análisis narrativo como una metodología innovadora que permite el acercamiento con las experiencias y las creencias docentes. En este mismo campo, se han abordado cuestiones de identidad a través del estudio de la autobiografía o de la autoetnografía, con una visión dialéctica entre lo individual y lo colectivo.
Son estos elementos los que me permiten invitar a los lectores a incorporar el trabajo con narrativas dentro del aula o bien en las actividades de la vida diaria, esto constituye un paso más para el fortalecimiento tanto de nuestra identidad como de nuestra cultura.

*Profesora-investigadora del CUCBA de la UdeG. liz0920@gmail.com

Comentarios
  • Leopoldo Juárez Rodríguez

    Muy interesante tu documento. Mis saludos y reconocimiento

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