Los maestros denigrados, misión cumplida

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Finalmente terminó un sexenio complejo para la educación pública en México, fueron muchos meses de desencuentros, desagravios y atentados en contra del magisterio, hacer un recuento, análisis y evaluación de las cosas no será tarea fácil, sobre todo porque, si acaso hubo logros, éstos serán desestimados por la inminente desaparición de la reforma educativa ya anunciada por López Obrador, por desgracia (dicha derogación) no será sencilla y de inmediato, de acuerdo al escenario y debido a que han pasado más de 80 días de clases, las autoridades educativas tendrán que esperar más tiempo para ello, por lo menos de aquí a que termine el ciclo escolar porque no se cuenta (hasta el momento) con ideas claras y contundentes que sustituyan lo que existe y que se viene practicado desde que se modificó el Artículo Tercero, la Ley General de Educación y de que se puso en marcha la Ley del Servicio Profesional Docente.

De las cosas llevadas a cabo por el gobierno federal y los gobiernos de los estados, hay algo de lo que se deben sentir orgullosos (pero al mismo tiempo avergonzados) es haber contribuido consciente o inconscientemente al desgaste del magisterio, haber atentado contra su imagen y personalidad y, lo más grave, haber provocado el enfrentamiento de maestros contra maestros (CNTE versus SNTE versus Maestros por México versus los demás maestros). Se valieron de todo, principalmente por dirigir un discurso homogéneo contra la escuela pública a través de un bloque agresivo comandado por el propio Estado, los medios de comunicación y un gran grupo de sujetos e instituciones allegadas a las cúpulas empresariales y fundaciones construidas con recursos emanados de los pesos y centavos producto del redondeo que aporta la población en comercios como el Oxxo, Soriana, etcétera, así como las donaciones que reciben del gobierno, las dispensas en el pago de impuestos y la venta de sus servicios de asesoría y concesiones.

En esta transición gubernamental será necesario construir un proyecto que logre rescatar la imagen maltratada del magisterio, que se le vuelva a posesionar como un protagonista social, que se le dote de herramientas y visiones que los hagan retornar a la sociedad y donde ésta valore la importancia de los maestros en la vida cotidiana de las comunidades.

Este sexenio deberá caracterizarse por revalorar el sentido social de la escuela pública y los maestros, así como se habla de una cuarta transformación del país, lo mismo tiene que suceder con la educación que es pagada con el dinero público, es necesario (para bien del país) que la escuela pública se rescate, refunde y reconstruya.

Lo hemos señalado muchas veces en Educ@rnos, de que no es posible emprender cambios educativos sin la opinión y participación de los maestros, también hemos señalado sobre urgente necesidad de que los maestros asumen roles de participación y visiones más críticas de la realidad para poder transformarla, creemos que es ahora o nunca, o como dicen los críticos agudos permanentes: después no se anden quejando, al tiempo.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

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