Los libros y la literatura en 2023
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Este domingo 23 de abril se celebró una versión más de lo que se conoce como el Dia Mundial del Libro, las letras y la literatura, gracias a la fecha de nacimiento de los dos gigantes de la literatura mundial, Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare.
A nivel global se le conoce como el Día Mundial del libro y la literatura. En el ámbito local se edita y se obsequia un libro conmemorativo, para este año se ha elegido a la autora Elena Garro y al libro “Los recuerdos del porvenir”.
En esta ocasión la fecha emblemática sirve para hacer un recuento de lo leído y de lo que está por leerse. En ello quiero decir que, es importante que nos definamos como lectores activos, críticos y que pasemos del acto de leer, al acto de escribir.
Jorge Luis Borges decía que: “hay personas que no pueden vivir sin pájaros, otras que no pueden vivir sin agua, en cambio yo no puedo vivir sin libros”. Los libros son un artefacto vital que ha contribuido a darle un mayor y mejor sentido a nuestra condición de desarrollo humano.
En nuestro país hay innumerables autores que han contribuido con sus letras a darle sentido e identidad a esto que le podemos llamar la literatura mexicana: desde Carlos Fuentes, Octavio Paz, José Emilio Pacheco, hasta llegar a Paco Ignacio Taibo II; José Agustín, Elena Poniatowska, José Revueltas, a los que se suma un larguísimo etcétera.
En la UPN Guadalajara llevamos a cabo el festival de los libros y las letras, en esta ocasión se obsequiaron libros, se organiza un intercambio de textos y algunas trivias. Fue importante ver el entusiasmo de las y los estudiantes de la Licenciatura en Pedagogía, ellas y ellos no sólo son consumidores de textos literarios, también están obligados a fomentar la lectura en los distintos contextos en donde incursionen.
Quiero reconocer que las iniciativas institucionales de fomento de la lectura han fracasado, tal vez por su carácter prescriptivo o porque no se tiene del todo claro la necesidad a la que responde dicha iniciativa.
Pero hoy en día se justifican más que nunca las iniciativas pensadas para el fomento de la lectura al interior de las escuelas. La SEP y la SEJ deberían hacer algo más que sólo hablar con buenas intenciones, hacer convenios con las editoriales para que editen y distribuyan un título a toda la población escolar y hacer un concurso de recuperación después de la lectura. Un ejemplo importante podría ser la obra clásica de Michel Ende “La historia interminable”, invitar a los escolares a que la lean, pero luego recuperar el producto de la lectura; al final se puede obsequiar a las mejores reseñas o relatos de lo leído un paquete de nuevos libros y una computadora. De esta manera se refuerza el gusto por leer. Esperamos qué pasará de aquí al próximo año, en donde se coloque en el centro la importancia de las letras y la lectura, a partir del legado que nos han dejado los dos grandes de la literatura universal.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]