Los leones no son como los pintan

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

 

El simbolismo de los leones de la Universidad de Guadalajara se remonta al escudo de armas concedido a la ciudad en donde se estableció esta institución. Carlos V de Alemania y I de España concedió a Guadalajara el título de ciudad y su escudo de armas el 8 de noviembre de 1539. Las cédulas correspondientes se pregonaron el 10 de agosto de 1542 en la villa que con ese acto pasó a ser ciudad. Son dos los leones que aparecen en ese escudo de armas, y simbolizan un espíritu guerrero, además de “las cualidades de vigilancia, dominio, soberanía, majestad y bravura”. (Más detalles heráldicos en https://gdlahora.wordpress.com). La cruz de Jerusalén, los leones y el pino se conservan en el actual escudo de la Universidad de Guadalajara, respecto a la cual se realizaron trámites para su creación desde el siglo XVIII. Fue el 3 de noviembre de 1792 cuando se inauguró la Real Universidad en el antiguo Colegio de Santo Tomás. Las raíces de la actual universidad se remontan a aquellos tiempos, aunque no hubo continuidad en su funcionamiento, por lo que no necesariamente podríamos considerar que sus frutos sean parte de un mismo árbol. No obstante, la actual Universidad de Guadalajara se reconoce en aquellos esfuerzos y, a pesar de tener centros universitarios en todo el estado de Jalisco, conserva el nombre de la ciudad en donde comenzó a funcionar. En 1925, el gobernador José Guadalupe Zuno Hernández (1891-1980) refundó la universidad y nombró rector a Enrique Díaz de León (1890-1937). Desde entonces, han sido treinta sus rectores.

Esta institución, de alcance en todo el estado de Jalisco desde hace casi tres décadas, puede considerarse la primera universidad estatal del país. En la mayoría de las clasificaciones dentro de México aparece detrás de la Nacional. Esta compleja institución ha sido escenario de múltiples acontecimientos a lo largo de su casi centenario de refundación. Las confrontaciones políticas y las luchas que van más allá de lo pedagógico o lo administrativo han sido múltiples y en ellas no sólo es posible atestiguar las vocaciones docentes, la dedicación de trabajadoras y el entusiasmo de estudiantes, sino la apropiación de esta institución desde una lógica patrimonialista y clientelar. Ese trato de los asuntos institucionales como si fueran propiedad de un individuo o pequeño grupo, además del intercambio de favores y servicios con personas y grupos para afincarse en el poder (https://contrapeso.info/que-es-patrimonialismo/) ha significado que esta institución se conciba como un botín para muchos actores dentro y fuera de ella, sin importar que calcen botas, huaraches o zapatos.

Ciertamente los leones de la universidad son más reconocidos como símbolo de un equipo de futbol soccer que no ha sido ni muy exitoso ni tampoco se ha distinguido por ser un equipo en el que participen los estudiantes de esta institución, sino profesionales que viven de la patada y a los que se les paga más que a los docentes. Los colores corresponden a los de la bandera alemana, aunque el orden de esos tres colores no corresponde con el que llevan en el lábaro de aquel país. Esta universidad tiene numerosos logros pero ello no significa que carezca de “áreas de oportunidad”, un eufemismo para señalar que también hay grandes problemas por resolver. La UdeG y “sus leones” extiende sus acciones al bachillerato, el pregrado y el posgrado. Sus más de trescientos mil estudiantes (cerca de doscientos mil en bachillerato) son atendidos por casi veinte mil docentes. Los leones udegeístas son también bastante “leyones”, por la que la UdeG administra un sistema de 196 bibliotecas, además de promover una feria internacional del libro en México, que tiene una expresión menor en su sede angelina (California), editar múltiples revistas y publicar centenas de libros de las diversas áreas del saber y del reflexionar. Cuenta con estaciones de radio en varios puntos del estado de Jalisco, que son parte de un sistema de radio y televisión, además de empresas culturales y del espectáculo. Estas últimas han sido señaladas, al igual que el equipo de futbol, de ser administradas desde la lógica patrimonialista señalada arriba, por un reducido grupo al que suele llamarse “la burocracia dorada” (si no me equivoco, el nombre lo puso el crítico Juan José Doñán, a quien los miembros de esa burocracia suelen cambiar el apellido y llamarle “Dañón”). Sin embargo, no son sólo los recursos de esas empresas universitarias los que se mencionan cuando se habla de opacidad en la UdeG, sino también lo que sucede con los recursos dedicados a obras, al retiro de sus trabajadores, al pago de salarios y prestaciones.

La complejidad de la Universidad de Guadalajara da para muchas áreas “grises” y de opacidad, a pesar de señalarse como una institución transparente en su administración (por ejemplo en este premio: https://www.gaceta.udg.mx/transparencia-incluyente/), lo que no significa que sea muy clara la administración de sus recursos, como se ha dado a conocer en días recientes (https://www.reporteindigo.com/reporte/universidad-de-guadalajara-observaciones-aclaraciones-segalmex-corrupcion/). Si ya el caso SEGALMEX ha sido escandaloso, tener más señalamientos de parte del congreso local que los emitidos para el caso de corrupción a nivel nacional, no es algo digno de lucimiento. Efectivamente, han sido muchas las ocasiones en que diversos actores políticos y universitarios han señalado la necesidad de realizar auditorías a la universidad; entre ellos, diversos grupos de académicos que señalan que los recursos de la universidad de Jalisco (que lleva el nombre de su capital) han sido malversados.

Los leones han tenido expresiones políticas y han atraído las luces de los reflectores de los medios de comunicación en lo que se refiere a sus organizaciones estudiantiles. Tanto la FESO, como la FEG, como la actual FEU (aquí una nota de hace casi una década, también asociada con algunos escándalos de muertes en el entorno universitario: (https://www.laizquierdadiario.mx/Historia-de-la-Federacion-de-Estudiantes-de-Guadalajara-entre-los-asesinatos-y-las-torturas#:~:text=La%20historia%20de%20la%20FEG,´s%20su%20mayor%20auge). De la misma manera, es notable que buena parte (¿o todos?) de quienes han fungido como rectores de la universidad encabezaron estas organizaciones estudiantiles. La historia de los conflictos ha llevado también a que algunos de sus rectores sean exiliados de “la comunidad” universitaria y al menos se conocen dos casos de exrectores que han derivado en historias de nota roja (https://www.sinembargo.mx/06-04-2023/4345771). La segunda, asociada con la muerte del llamado “líder moral” o también “cacique”, Raúl Padilla López (1954-2023), quien fuera líder estudiantil, rector y presidente vitalicio de la Feria Internacional del Libro (https://es.wikipedia.org/wiki/Raúl_Padilla_López). El caso de Padilla y su grupo fue señalado múltiples veces pos su manejo patrimonialista de las empresas universitarias (que no aportan recursos al fondo de pensiones ni a los salarios de los profesores y demás trabajadores universitarios, ni a becas ni a infraestructura universitaria). El control de su grupo dentro de la universidad ha continuado en tal medida que, en días recientes el Consejo General Universitario aprobó la propuesta de erigir una estatua del líder del grupo universidad (https://www.dailymotion.com/video/x8tzpeq), además de que se ha informado que habrá una cátedra con su nombre (https://www.dailymotion.com/video/x8kd7rs).

La Universidad de Guadalajara ha sido señalada también por la desigualdad en el trato de estudiantes, académicas y trabajadores administrativos, en parte por su cercanía a grupos políticos y estudiantiles, y los casos de acoso sexual dentro de la universidad son parte de esos señalamientos. Lamentablemente, también se han dado casos de violencia fuera de las instalaciones universitarias que podrían rastrearse a conflictos entre actores universitarios. Afortunadamente, al menos de manera formal se han comenzado esfuerzos por reducir esos casos de violencia y acoso entre universitarios. En un análisis reciente, un académico del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), el doctor Francisco Cortázar, recoge diversas voces estudiantiles (Acoso y hostigamiento de género en la Universidad de Guadalajara. Habla el estudiantado: (http://revistalaventana.cucsh.udg.mx/index.php/LV/article/view/7094). Para casos del 2023: (https://mvsnoticias.com/nacional/2023/3/14/denuncian-casos-de-abuso-al-interior-de-la-udg-586024.html). Entre estas notas resalta que el edificio administrativo de la UdeG (que sustituye a uno demolido por un rector que tenía empresa constructora y por ello se le conoce como “Zambrano’s Fiesta”, por su similitud con un hotel ubicado en la glorieta de la Minerva) ha sido objeto de pintas en las marchas del 8 de marzo de varios años consecutivos. La etiqueta de “misóginos ilustrados” suele asociarse a estas pintas, por la actitud omisa ante los casos de acoso dentro de la UdeG.

Por otra parte, los leones han sido cuestionados también por el tema del manejo de los dineros. Sabemos que nunca son suficientes para cubrir todas las necesidades y proyectos, y en el caso de las empresas universitarias suele señalarse que la información no es suficientemente detallada en lo que se refiere a lo invertido, el “haber” y el “deber” contables (Las empresas universitarias se aluden en el informe de CUCEA: https://informe-2020-2021.cucea.udg.mx/wp-content/uploads/2021/06/informe-cucea-2020-2021.pdf). Cabría preguntarse si éstas son rentables o deseables, productivas u ofrecen servicios necesarios. ¿Podrían hacer contribuciones al fondo de pensiones y para mejorar los sueldos del personal? ¿Servirían para aumentar las becas y los recursos para guarderías, comedores universitarios, formación, viajes, estancias? Por otro lado, durante un tiempo existieron tiendas sindicales que parece que no resultaron tan buena idea ¿fueron buena fuente de ingresos para el sindicato o de ahorro para los trabajadores?

Mucho se ha debatido en cuanto a cuál debe ser el papel de las universidades en relación con el mercado laboral. ¿Reaccionar a lo que pide el mercado o proponer alternativas al funcionamiento económico y la lógica de las profesiones? Por lo pronto, continúa la discusión: ¿la universidad se adapta o debe adaptarse al mercado laboral?, ¿o tiene algún impacto en las realidades del empleo a partir del énfasis de las profesiones en el cambio de la realidad económica y social?

Otro de los temas es el de la insuficiente flexibilidad en la formación: no existen intercambios entre disciplinas y las carreras siguen líneas paralelas, en vez de complementarse. Los cursos son lineales y no generan tejidos de colaboración entre disciplinas y profesiones. A pesar de que existen algunas propuestas de formación centradas en problemas, más que en temas y disciplinas, la formación por asignaturas y por especialistas de las disciplinas siguen vigentes en la universidad, por lo que existe poca interacción interdisciplinaria en la formación y la actuación de los egresados de la Universidad de Guadalajara. Los profesores han señalado también, además de una exagerada burocratización de los procesos para estudiantes y docentes, que no hay movilidad, recategorización ni flexibilidad para la acreditación de estudios en otras disciplinas y en otros centros. Cada centro universitario tiene criterios tan distintos que a veces son incompatibles sus lógicas y resulta casi imposible que un estudiante de un centro universitario participe en cursos de algún otro en donde se impartan asignaturas que sean de su interés. En cuanto a la vida cotidiana en los centros universitarios, el problema de la alimentación y los valores nutricionales de lo que se ofrece en ellos refleja lo que ya sabemos que sucede en las “cooperativas” y en las tienditas dentro o en el entorno de las escuelas de los diversos niveles educativos en el país. Respecto al Comedor universitario en CUCEA: (https://cucea.udg.mx/es/noticia/24-ene-2019/el-cucea-abre-comedor-universitario), aunque hay que señalar que también hay esfuerzos en CUALTOS y en SEMS (para los trabajadores), aunque no hay una política para toda la institución, a pesar de que existan carreras ligadas a la nutrición o a la producción y distribución de alimentos.

Finalmente, los sindicatos de académicos y de trabajadores administrativos han sido señalados de manejos clientelares, además del que ya se da en los órganos de representación estudiantil, en los consejos de división y de centro universitario y hasta en el Consejo General Universitario. Un tema que ha resaltado recientemente es que en veinte años no se ha constituido la comisión de vigilancia del fondo de pensiones, por lo que, dicen actores colectivos como el Colectivo de Reflexión Universitaria y el Frente Universitario (https://www.facebook.com/FrenteUniversitarioporlaDignificaciondelTrabajo/), que esos sindicatos actúan en contra de los trabajadores a los que dicen representar. Ciertamente, los leones no son como los pintan algunos que se aprovechan de su imagen.

 

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del departamento de sociología. Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

Comentarios
  • Silvia Ruvalcaba

    Excelente análisis!!

    Puso el dedo en la llaga, esperemos que ese apretón haga su efecto.

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