Los Dinosaurios no van a desaparecer

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Hay una canción del músico argentino Charly García llamada “Los dinosaurios” que está dedicada sobre todo a los muertos, en palabras del propio autor, haciendo referencia a las personas que murieron durante el mandato entre 1976 y 1983 del dictador argentino Videla.
Me llama mucho la atención la letra sobre todo porque, en el contexto de la canción, los dinosaurios son los militares o, propiamente dicho, los que estaban en el poder en ese momento. Es curioso que en México se llame Dinosaurios al grupo élite del Partido Oficial o, propiamente dicho, los que están en el poder en este momento.
Más allá de la peculiar coincidencia, está letra anacrónica habla de la desaparición de las personas en donde los amigos, los que están en los diarios o en la radio o las personas que amamos pueden desaparecer. Nada más terriblemente cercano a la realidad mexicana, en donde llevamos varios años buscando a muchas personas que fueron desaparecidas por difícil, inconcebible o aberrante que resulte la idea de no poder encontrar a alguien; basta, a manera de ejemplo, recordar que llevamos casi dos años sin hallar a 43 normalistas. Hoy muchas personas, hombres o mujeres, están en riesgo de desaparecer en nuestro país, en cualquier estado, pero no de cualquier nivel económico, eso sí.
Este sexenio de manera particular que trajo de regreso al partido oficial al poder, junto con todos los vicios políticos que han mostrado por lo menos en los últimos 50 años, entiéndase corrupción, devaluación, pobreza, desigualdad social e impunidad, entre muchos otros, se ha caracterizado no sólo por la literal desaparición de personas, sino también porque han ido desapareciendo diferentes valores y significaciones que antes eran representativas de y para los mexicanos.
La desaparición de personas y viviendas, producto del terremoto del pasado jueves en la noche hace evidente la desaparición de recursos que tendrían que haberse destinado para combatir la pobreza y mejorar sus condiciones de vivienda: sí, nuevamente son los grupos en esas condiciones económicas los más afectados.
Han desaparecido muchos jóvenes de las escuelas, pero no por culpa de los maestros como se ha dicho, sino porque ha dejado de ser una promesa de bienestar y futuro asegurado: no habrá grandes empleos ni salarios dignos al final de sus estudios, lo cual nos lleva a pensar que también han desaparecido con el tiempo el poder adquisitivo, la estabilidad laboral y las jubilaciones. Ha desaparecido el futuro para muchos, sólo se sufre y se vive angustiado en el presente.
Ha desaparecido también el proyecto de nación, el estado de derecho, la seguridad en las calles, la esperanza en el gobierno, así como la fe en las instituciones, en la justicia y en la supuesta democracia. Tantas cosas se han desvanecido, tal vez para no volver.
Es una gran canción en verdad, lástima que se haya equivocado en una de sus líneas: no Charly, en México todo puede desaparecer, o casi todo, porque tristemente para el país, los dinosaurios no van a desaparecer.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

Comentarios
  • Manolo

    Algo que tampoco desaparece es el terror que ha sido inducido por los medios y las parroquias ante la posibilidad de que Morena, el partido de los morenos del pueblo de abajo, tome el poder. Y quien trajo al poder a los dinosaurios no fue “este sexenio”, sino las votaciones de la gente inducida, comprada atemorizada y prostituida. En este regreso del PRI no hay inocentes y tampoco en lo que se avecina para Jalisco. El apoyo a una ensalada indigesta de PRD, PAN y MC hará que a cambio de debilitar a López Obrador y a Morena, Delgado y Alfaro se suman a ese bote de basura del “Frente” del cual tampoco ha desaparecido el titiritero PRI, que a cambio de sumar votos para detener al Peje, otorga desde sus posiciones de proyecto transexenal un pacto infame con el PAN para seguir jodiendo a México. Todo para sostener la rapiña que ha sido, es y seguirá siendo la divisa de esta patria adolorida y en peligro de extinción como cultura y nación. A menos que… en 2018 suceda un “cambio verdadero”

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