Licencias sin goce de sueldo, una salida lateral para seguir siendo docentes

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Hay pocos estudios acerca de los porqué los trabajadores de la educación solicitan una licencia sin goce de sueldo y/o renuncian al empleo magisterial, en un reporte reciente (de julio 2021 a marzo 2022) la SEP publicó que 48 mil 64 maestros tramitaron una licencia sin goce de sueldo para (a decir del informe), emplearse en un trabajo de tiempo completo (ajeno a la docencia) por considerar que el salario era insuficiente para subsistir, dichas actividades iban desde trabajar como choferes de taxi o plataformas y vendedores de lo informal, hasta migrar a EEUU o Canadá, entre otras cosas.
Es cierto que el trabajo en el magisterio, principalmente para quienes ingresan al servicio educativo por primera vez, no es de los empleos mejor pagados, ya que actualmente la plaza inicial de un docente de jornada (preescolar, primaria y educación especial de la SEP) es menor a dos salarios mínimos y eso, alcanza a lo sumo para lo básico de una sola persona, no así para una familia de tres o cuatro personas.
Esa realidad hace que los tiempos laborales de quienes trabajan en el magisterio se amplíen más allá de la función que realiza en las escuelas, por lo regular estos personajes tienen un segundo y hasta un tercer empleo para llevar más dinero a casa y tener con ello una mejor calidad de vida, sin embargo, cuando ese esfuerzo no es suficiente y la necesidad los obliga a migrar de ciudad o concentrarse de tiempo completo en el trabajo no docente, terminan pidiendo licencia y, los menos, renuncian al tener mayores posibilidades de crecimiento en el empleo ajeno al magisterio.
La cifra de 48 mil licencias sin goce de sueldo en ocho meses no es poca cosa, es mayor incluso a la cantidad de docentes que ingresan al servicio educativo en un año, razones para dejar el magisterio de manera temporal puede haber muchas, pero lo sucedido con la escuela en estos tiempos de pandemia y las reformas al sistema de pensiones en el ISSSTE (para quienes tienen un empleo federal) y los demás institutos pensionarios de los estados ha hecho de la docencia una profesión de larga duración; antaño el magisterio sólo estaba obligado a cumplir con una cantidad de años en el servicio (28 para las mujeres y 30 para los hombres), hoy, además de los años en el sistema educativo, habrá que tener un mínimo de edad (en el caso del ISSSTE, para 2023, las mujeres deberán tener 28 de servicio y 55 de edad, los hombres 30 de servicio y 57 de edad y, de 2028 en delante 58 las mujeres y 60 los hombres, a menos que venga otra reforma y el tope sea hasta que el cuerpo aguante o cuando se fallezca).
Al atravesar la labor magisterial por una época compleja, las licencias sin goce de sueldo son una alternativa legal para no dejar la profesión de tajo y mantener un pie dentro del sistema educativo y poder regresar cuando las cosas mejoren y el salario que se obtenga por la función sea suficiente para vivir y, en tanto, el trabajo docente sean realmente profesional, no sólo en el discurso, sino que esto se refleje en el cheque que se recibe quincena a quincena.
Ser docente es una función digna, humana y solidaria, al Estado, por lo tanto, le corresponde mejorar las condiciones laborales y profesionales de maestros y maestras, entre otras poder contratarlos de tiempo completo con mejores salarios y que no se les orille a repartir su día en labores que, si bien son dignas, les roba atención y esfuerzo para hacer mejor su trabajo, ante este tipo de escenarios, el trabajo magisterial merece respeto de propios y extraños, en tanto, el siguiente paso (y el más importante) será convertir la profesión docente en una forma de vida para los miles y miles de docentes que educan a los niños, niñas y adolescentes en nuestro país.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Comentarios
  • Adriana Piedad García Herrera

    Es un derecho, y en ese sentido una opción cuando las cosas se ponen bastante mal, y no sólo por las economías.
    Dos meses de permiso sin goce de sueldo por cada año de servicio.
    Con una serie de complicaciones al momento del regreso y el cobro de prestaciones.
    Es la posibilidad de buscar otras opciones antes de la renuncia.
    ¿Cómo se decide quién cubre el interinato? Sería interesante saberlo.
    De cualquier manera sigue siendo una buena alternativa para alejarse un tiempo de la docencia sin perder la plaza.
    Eso retrasa la jubilación también, pero a veces es la mejor opción.
    Todo un tema!!!

    • revistaeducarnos

      De los claroscuros del sistema educativo, el tema de cubrir los espacios a nadie le importa interesa, sobre todo porque el recurso se va a la caja chica

    • revistaeducarnos

      Gracias por tu comentario y precisiones

  • Adriana Piedad García Herrera

    En dos ocasiones he recurrido a esa licencia (que insisto, es un derecho) y no por razones de economía.
    Son una salvación.
    Gracias

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