Lectores

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Un día más (23 de abril) del día internacional del libro, un desafío permanente, seguir leyendo las obras maestras.
La oportunidad de reconocer ese multilingüe objeto que es el libro, ese objeto revolucionario de entrañas de tinta negra formado por páginas, párrafos y palabras. Palabras que tejen y perpetúan historias, que hablan al lector en bibliotecas, al lector en las aulas, en camiones y en rincones de los parques.
Honor a las plumas fundantes de las lenguas dominantes que también son medios de colonización, honor a Wiliam Shakespeare, a Miguel De Cervantes Saavedra, a Dante Alighieri, entre otros.
El libro, ese objeto de tinta, papel, palabras, significados e idiomas; ese objeto regulado en nuestra lengua republicana por la Real Academia de la Lengua Española, la lejana y viva gramática de Antonio de Nebrija.
Que tiempos afortunadamente ceniza al viento, aquellos del México naciente y vulnerable cuando la lectura era clasista y parroquial.
Qué tiempos inmemorables, aquellos propicios para la dominación de nuestro pueblo cuando el analfabetismo, el fanatismo e ignorancia era la geografía cultural.
Cuánto de la amplitud de miras y la revolución política y cultural que ahora vivimos se debe justo a las luces de la buena educación y a los lectores militantes y activos.
El libro, imprescindible en las escuelas como vehículo de información intergeneracional, vehículo también de interculturalidad y de diálogo entre las personas y pueblos de manera asincrónica.
A todo libro corresponde el imaginario de una mirada lectora, de un pensamiento y reflexión en potencia.
Desde las pinturas rupestres, las tabletas de barro de la escritura cuneiforme y los ideogramas y pictogramas en papiro, la Ilíada y la Odisea, los rollos del Mar Muerto, el códice Mendocino y la invención de la imprenta, el esfuerzo por comunicar, por hacer la escritura de nuestra historia, nuestras gestas heroicas, la contabilidad del grano y el ganado; el esfuerzo por hacer poesía, diálogos, drama, novela y cuento para exorcizar miedos y fantasmas, para capturar sueños y emociones.
El libro como flor de imprenta, el puente posmoderno hacia el libro digital, la semioscuridad del cuarto de estudio, de los primeros sabios, hasta la inteligencia artificial, su riesgo y oportunidad.
Los tiempos editoriales de la producción de un libro, sus clasificaciones. La voz de alguien de hace siglos que detiene nuestra mirada decodificadora, la magia de la comunicación entre escritor y lector.
La oportunidad de diálogo intrafamiliar, de pasar de mano en mano el buen libro.
La nueva generación de libros 2023 que ven la luz del mercado, los incansables escritores que hacen mover la rueda, los lectores ávidos que ya esperan las nuevas aportaciones de consolidados y emergentes.
La odisea de construir un país lector que avanza lentamente, la popularización del libro, el acceso en las flageladas economías de las mayorías.
El tiempo de lectura acotado porque las percepciones y sensaciones, las intenciones están colonizadas por los celulares, las tablets, las computadoras, la televisión.
Los escritores consolidados, los lectores en proceso formativo, la bella historia de humanización a través de la palabra, la bella historia de la humanidad defendible cuando lega cultura y lega ciencia y literatura.
En cada biografía de un lector hay una historia personal de su encuentro con los libros. El primero que marca influencia, los sucesivos para el que sale de pesca con propósito.
Que suerte haber crecido en una etapa en donde el libro de texto gratuito fue un regalo en las escuelas, que suerte tenemos de tener la SEP que en materia de libros y publicaciones ha cumplido, desde su etapa fundacional Vasconceliana hasta los esfuerzos que hoy se hacen en la renovación de libros.
Imaginar a los grandes lectores e inspirarse.
Hidalgo era un buen lector, y lo fueron también Morelos, Juárez, Lerdo de Tejada y Madero.
Lo fueron también Justo Sierra, José Vasconcelos, Narciso Bassols, Torres Bodet y Agustín Yáñez.
Sor Juana Inés de la Cruz, Amado Nervo, Juan Rulfo, Carlos Monsiváis, Rosario Castellanos, Octavio Paz, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska.
Los libros que leyeron, las ideas que documentaron y defendieron, su acción y obra imperecedera.
El placer infantil de pasar una página de fábulas y cuentos, el placer juvenil de acariciar con la mirada interesada una novela o un texto de filosofía. El placer del adulto de organizar su biblioteca, de seleccionar sus lecturas y de organizar sus estructuras para darle ruta y sentido al conocimiento
Los pueblos, el tiempo histórico, el espacio geográfico y sus culturas, las herramientas como extensión de sus manos, el cerebro y el pensamiento, la imaginación, la fantasía. Los libros y el saber construido por equipos de personas, la luz de los talentos individuales.
Mucho de lo que pensamos, mucho de lo que comunicamos tiene como cimiento el proceso de asimilación de la realidad que han facilitado los buenos libros.
Nuestra riqueza o pobreza de lenguaje está ahí en el encuentro humano con la palabra oral y escrita. Con la oralidad del decir de alguien materializada en texto, en vehículo de fiesta del lenguaje, en la sinfonía simbólica entonada por escritor y lector.
La escuela promotora de lectores ha de velar por la formación adecuada del pensamiento crítico, por la selección idónea de fuentes de información.
La formación actitudinal ante la lectura y conocimiento es fundamental. Para ello, tal vez sea necesaria una renovación metodológica desde la educación inicial y preescolar.
Los maestros de educación básica como colectivo profesional que sabe hacer.
La revisión de los materiales de texto, la significación y uso sistemático del libro de texto; el diagnóstico del lector, su zona de desarrollo proximal y el siguiente nivel para fortalecer sus procesos.
La lectura como vehículo para cierto tipo de habilidades de pensamiento, para cierto tipo de aprendizaje. Las alternativas remediales para los que se encuentran debajo de la media en materia de competencias lectoras.
Formar como lectores a todos los niños, niñas y adolescentes, responder a sus intereses y saberes previos; las estrategias diversas para responder al cómo hacer.
El área de mejora en materia de velocidad, fluidez y comprensión son desafíos didácticos, la articulación y continuidad de procesos; los rezagos que en la materia ha dejado la coyuntura de la pandemia pero sobre todo las respuestas diferenciales que ha de dar la escuela a las distintas demandas de desarrollo cognitivo que presenta cada cohorte de alumnos en los niveles educativos.
La necesaria dialéctica entre lector y libro.
Al final, la savia que abreva quien lee en el propósito de nutrir la inteligencia para ejercer el derecho de pensar como manifestación de dignidad humana.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Carlos Gabriel García Ramírez

    Qué gusto leer la opinión de alguien que lee, promueve la lectura y trabaja con quienes dan sus días a crear más lectores, aquí hay toda una visión que fluye a través de las y los múltiples autores y momentos en que el libro nos ha dado forma como sociedad, como personas que nos acercamos a la lectura, por necesidad o placer. Muchas felicidades doctor por su opinión que fomenta la reflexión dando una pincelada por la historia biográfica del que para muchos de nosotros ha sido un gran amigo y compañero de vida… ¡EL LIBRO!

  • Griselda Gómez de la Torre

    “En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle sentido a la existencia.” (Miguel de Cervantes)

    Agradecer el tema motivo de reflexión.
    El presente artículo mueve conciencias, invita a la lectura como elemento civilizador que permite vivir más de una vida con la lectura del autor.
    Pretexto idóneo que abre miradas, levanta las alas de la imaginación para volar en el universo de palabras, reinventarnos a través de su lectura.
    El libro que teje historias, que entreteje vidas y trasciende el tiempo.
    El libro como generador de ideas, perpetuador de experiencias, el compañero, amigo, la conversa.
    Cómo docentes refrendamos el compromiso de promover espacios en los que el libro sea la mejor herramienta del pensamiento crítico – reflexivo en nuestras niñas y niños compañeros estudiantes.

    Dentro de un libro hay un mundo que te espera y tú tienes la llave para descubrirlo.

    “En las arenas del tiempo escribimos la historia” Sub C. M.

    El Día Mundial del Libro tiene como objetivo recordar la importancia que tienen los libros y también una serie de cuestiones que se relacionan con ellos, como por ejemplo la propiedad intelectual.
    La Unesco estableció el 23 de abril como Día Internacional del Libro, la elección de la fecha no fue al azar. Se eligió en honor a tres grandes escritores que dejaron una huella imborrable en la literatura. Ese día se le rinde homenaje a Miguel de Cervantes (quién falleció un 22 de abril), William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega (ambos murieron un 23 de abril).

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