Las preguntas acerca de la formación permanente de docentes en Jalisco: tensiones y propuestas
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Hace algunos días apareció una breve nota en donde el secretario de Educación, Juan Carlos Flores Miramontes, anunciaba la conformación del Comité de Formación Continua y el plan de trabajo anual en el estado de Jalisco. Este evento, sobra decir, que se llevó a cabo en el círculo cercano del secretario; no se distinguen especialistas en el campo, ni investigadores, ni siquiera formadores de docentes en servicio, sino solo el círculo selecto de la burocracia estatal.
El asunto de la formación continua o de la llamada formación permanente es uno de los talones de Aquiles del sistema. Cada sexenio, cada proyecto, cada iniciativa rinde cuentas deficitarias y es que, mientras no se responda a la pregunta central de cómo aprenden los docentes y cómo se aprende a enseñar en contextos diversos, adversos y turbulentos, no será posible formar para impactar con las iniciativas de este tipo, así se instalen uno o mil comités al respecto.
Otro problema sumado al anterior es que se crea un aparato burocrático de personas que desconocen el campo de la formación continua; las decisiones en el campo de la política no trazan puentes con los reportes y los hallazgos provenientes de la investigación. Ahí mismo se desconoce cuáles son las tendencias y los aportes de las innovaciones, de tal manera que se dé cuenta de que la preocupación es válida y legítima, pero no para darle vuelta en torno al mismo asunto; eso ayuda de muy poco.
Las preguntas con respecto al campo de la formación continua son de varios tipos:
• ¿Cómo se pretende hacer para que los docentes aprendan desde la práctica y sean capaces de realizar una mejor y diferente práctica que garantice mejores resultados en los aprendizajes, y cuáles son las distinciones o las diferencias de fondo que se pretenden emprender de tal manera que no se rediten los viejos vicios del pasado y que ahora sí podamos hablar de que la propuesta de formación continua en Jalisco va en serio?
• ¿De qué manera se pretende involucrar a distintos actores y agentes educativos, aunque no coinciden con el ideario político del actual grupo en el poder, pero que tienen un capital acumulado y que desde los márgenes documentan, gestionan y aportan con conocimientos valiosos y con intervenciones realizadas directamente con docentes para recuperar lo que se pretende hacer?
Cabe decir que, desde el arranque de su proceso de operación en el estado, la Universidad Pedagógica (UPN) ha tenido aportes importantes en la atención a maestros en servicio, primero con las licenciaturas de nivelación de los planes 79, 85, 94 y, más adelante, con el esquema de profesionalización a través de la Maestría en Educación Básica (MEB). El vocacionismo de la UPN es claro y objetivamente hay un capital acumulado poco reconocido y menos utilizado. La última pregunta o la pregunta clave en todo esto es:
• ¿Cómo podemos distinguir una política pública que diferencie el éxito y el impacto favorable en la atención a maestros en servicio, de políticas demagógicas que solamente pretenden legitimar el despilfarro de recursos, pero cuyo impacto servirá de muy poco?
Con relación a las necesidades de formación permanente de los maestros en servicio, existen cuatro niveles que van de lo simple a lo más complejo:
• El primero tiene que ver con acceso a información básica. Cuando la educación consistía en transmitir información, las y los docentes tenían acceso a información básica. Este es el nivel más elemental; muchas propuestas de formación se siguen quedando ahí. La información está ligada con el manejo de las disciplinas o de algunos principios básicos de las ciencias, pero este es el nivel más elemental, ya que hoy en día no solo se trata de tener acceso a información o de reducir la tarea educativa a dicho nivel, se trata ahora de saber qué uso se hará a la información que se adquiere escolar o socialmente.
• Un segundo nivel de aprendizaje en la formación docente tiene que ver con el uso de la tecnología, el manejo de herramientas, la utilización de plataformas digitales, el uso de medios tecnológicos para favorecer aprendizajes. Ahí la pandemia nos demostró que estamos muy deficientes en el uso tecnológico con fines educativos. Pudiéramos afirmar que la mayoría de docentes somos analfabetas cibernéticos.
• Un tercer nivel tiene que ver con el conocimiento de los estudiantes para hacer adaptaciones curriculares; las nuevas aportaciones de la psicología y la pedagogía dan cuenta de la necesidad de conocer a fondo las características de los sujetos. ¿Cómo manejar el currículum de tal manera que se adapte a las características y necesidades de los sujetos escolares? Hemos pasado del manejo de contenidos al diseño de proyectos y a realizar rediseños curriculares, y eso cómo se les enseña a las y los docentes en servicio.
• Tenemos un cuarto nivel, más abstracto y complejo, relacionado con la capacidad de hacer mediaciones didácticas y de hacer uso de la capacidad de acompañamiento en la tarea educativa. Aquí es donde se demuestra que el fracaso de la formación continua reside en que se insiste en darle desde afuera a los docentes lo que supuestamente necesitan, dejando de lado la posibilidad de movilizar el saber acumulado por cada uno, a través de tres cosas: recuperar la práctica, reconocer el valor de la experiencia y abrir espacios de reflexión de lo que se hace con la intención de hacerlo mejor.
Existe un nivel transversal, que articula todos los aspectos antes señalados; dicho nivel está relacionado con algo que recientemente se discute y que tiene que ver con la apropiación curricular. En días recientes se ha concluido una investigación nacional en la que pude participar, dirigida por los colegas de la Unidad de Colima de la UPN y con estudios de caso de Mexicali, Mérida, Tlaxcala, Oaxaca, Puebla, Guadalajara y Colima, en donde se da cuenta de que la apropiación curricular es la capacidad docente para adueñarse de los distintos componentes que integran el compromiso de educar, los dosifica y adapta a las exigencias del contexto, a las necesidades de los sujetos y a las posibilidades de mediación para poder cumplir con lo que se pide desde afuera. La apropiación curricular es la evidencia de que los sujetos docentes están entendiendo lo que se espera de ellos y actúan en consecuencia en el escenario natural de práctica educativa.
De nueva cuenta estamos ante un escenario dual en el campo de la formación permanente dirigida a docentes en servicio: o seguimos reeditando y repitiendo los errores del pasado o hacemos una vuelta de tuerca para que las cosas se hagan diferentes y garanticen mejores resultados. Habrá que esperar…
*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]
El secretario de Educación ha mencionado que los posgrados adolecen de alumnado, me cuestiono, el CAM, tiene una planilla enorme y los cursos que proporcionan en todo el año son muy pocos, puedo decir que me sobran dedos para contar los cursos que tienen al año.
Así es Luis Manuel esas son las contradicciones del sistema
Coincido contigo
Maestro Miguel, es crucial involucrar a personas que no estén de acuerdo con la política en tirno o que no coincidan ya que fomentar el diálogo y la construcción de consensos,sería fomentar la diversidad de pensamientos y garantizar que se escuchen las voces dentro del sistema educativo. También se garantiza así la autonomía educativa promoviendo el.pluralismo e involucrando todos en toma de desicio es.es una manera de fortalecer la profesionalizacion.