Las distintas ofertas del posgrado y la conformación de recursos humanos en el seno de la Secretaría de Educación
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Aunque el posgrado en educación en México surgió años atrás, fue a finales de la década de los años noventa que tuvo un especial auge. Se creó con la finalidad de profesionalizar a las y los docentes en servicio, pero también con la intención de generar recursos humanos de excelencia que se encargaran de realizar investigaciones, diseñar propuestas y proyectos académicos de desarrollo educativo e institucional, y junto a ello, una propuesta para conocer cómo funciona el sistema educativo y cómo pudiera funcionar mejor.
Hoy en día el posgrado en educación se ha generalizado; en el caso de Jalisco, se crearon instituciones ex profeso y se diseñaron programas académicos dirigidos preferentemente a las y los maestros en servicio. El sistema creció de manera exponencial, de tal manera que hoy estamos ante un escenario atípico o desfavorable por la complejidad del mismo.
En el estado de Jalisco, el posgrado en educación se ha convertido en un monstruo de mil cabezas, o bueno, de unas cuatro o cinco cabezas. Tenemos instituciones como el ISIDM, el CIPS y la MEIPE y, junto a ellas, las 5 unidades de la Universidad Pedagógica ofrecen programas de posgrado, dirigidos a docentes en servicio a través de la MEB, la MEMS y las Maestrías en Estudios de Género (Unidad Guadalajara).
Hoy la intención de la autoridad educativa local pretende (una vez más) ordenar todo el desorden que se ha generado con el paso de los años. Las instituciones de posgrado se han convertido en cotos, dentro de los cuales se enquistaron no comunidades académicas, sino grupos de poder, muchos de ellos ligados con las secciones sindicales.
Hoy, a 35 años de distancia del surgimiento del posgrado en Jalisco, la pregunta es obligada: el posgrado hoy, ¿para qué?, si no formamos investigadores de excelencia, si no logramos que el posgrado contribuya a generar programas o proyectos educativos de excelencia que contribuyan a la mejora de la calidad de la educación en la entidad, entonces se torna obligada una modificación de la oferta y de las condiciones institucionales sobre las que se oferta el posgrado.
Un fenómeno adicional que se suma a todo lo anterior es el surgimiento desordenado de instituciones “patito” encargadas de vender (no se puede decir de otra manera) títulos, constancias, certificaciones y documentos que dan fe de que las personas cursaron maestrías y doctorados de dudosa calidad académica.
Se requiere una nueva regulación del posgrado en educación Jalisco, pero sobre la base de una racionalidad académica que esté pensada en generar áreas de investigación y generación de conocimientos, evitar el clientelismo y la venta de certificaciones patito, dejar de incentivar a grupos de poder y, lo más importante, sumar esfuerzos para pensar de qué manera el posgrado se vincula y contribuye en el desarrollo educativo de la entidad.
El posgrado en educación es una tarea importante, un compromiso verdadero por la mejora educativa, un conjunto de estrategias que sirvan para potenciar la conformación de cuadros académicos de alto nivel; el problema es el estancamiento institucional junto con los fuertes intereses que se convierten en el mayor obstáculo para avanzar. Es necesario dar una vuelta de tuerca a la forma de cómo se administra y se regula.
Por lo pronto, en estos días se realiza el Coloquio del Doctorado de la Universidad Pedagógica de la región centro–occidente, y de este estado participan en dicho programa las Unidades UPN de Guadalajara, Tlaquepaque y Zapopan. La pregunta final con la que cierro este artículo es la siguiente: ¿hacia dónde se pretende llevar el posgrado en el seno de la SEJ?
*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com
¿A qué intereses sirven los posgrados?, ¿Desde qué postura filosófica se plantea la formación en los posgrados Jalisco?, ¿Tienen los posgrados Jalisco autonomía en la formación de docentes desde el pensamiento crítico o se forma para responder a un proyecto político?