Las contribuciones de la CNTE al Movimiento Magisterial y a la educación en México. A 44 años del movimiento la lucha sigue
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Los días 19, 20 y 21 de diciembre de 1979, se llevó a cabo en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el congreso constituyente de lo que hasta ahora sigue siendo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con una estructura profundamente plural y heterogénea; la CNTE es el único reducto democrático anti-gobierno y anticharrismo sindical, que se ha sostenido después de 44 años de existencia, con destacamentos consolidados como Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Guerrero y la Sección 9 de la capital del país, y con otros que luchan por ganar un espacio, reconocimiento y una mejor visibilización en sus estados y en el complejo abanico político del país.
En esos días el país se sumió en el auge petrolero, era el gobierno del presidente José López Portillo, se hablaba de que habría que “aprender a administrar la riqueza” aunque, por otro lado, se coreaban consignas como: “País petrolero y los maestros sin dinero”. La CNTE surge bajo este contexto de contrastes y contradicciones, en el fondo se combinaba la amplia riqueza, por un lado, con la profunda pobreza desnuda y estructural, por el otro.
Los contingentes que dan surgimiento a la CNTE son los estados del sureste movilizados: Chiapas, Tabasco, Oaxaca y Guerrero principalmente. Más adelante en la oleada magisterial de 1982-83 se llevan a cabo manifestaciones multitudinarias en contra del cacicazgo magisterial de Carlos Jonguitud Barrios, de esta manera, se suman nuevos contingentes al movimiento nacional, con estados como Morelos, Hidalgo, Tlaxcala, el Estado de México y Veracruz y de la cerrazón por otro lado, del gobierno federal por atender las demandas de los trabajadores de la educación.
Cada día 15 de mayo de cada año, se tornaba en una fiesta de los trabajadores de la educación con una movilización nacional y muchas manifestaciones en los estados del país.
Un año después en el verano de 1980 se crea en Melaque, Jalisco, la Promotora de la CNTE en Jalisco con la participación de 40 cuadros que provenían de la Normal de Atequiza, del CREEN de Ciudad Guzmán y de la Normal de Jalisco. Ahí nos dimos cuenta de la estructura nacional de la CNTE y que existían tres niveles de participación:
a) Los movimientos de masas o las secciones democratizadas.
b) Los CCLs (Consejos Centrales de Lucha).
c) Las Promotoras de la CNTE en los estados.
Mas adelante y con la suma de los nuevos contingentes del centro del país, la manifestación en el Zócalo en la Ciudad de México, el 15 de mayo de 1993 da cuenta del auténtico reclamo con una gestión sindical diferente a la que han llevado a cabo los cacicazgos del SNTE a nivel nacional y en la materia de las secciones sindicales del país. Un poco antes fue asesinado Misael Núñez Acosta de el Estado de México y fue abusado por los charros sindicales Ariel Bárcenas del estado de Morelos. De esta manera, el movimiento aprende a dimensionar lo que significa enfrentarse al Estado y a los distintos cacicazgos representados por el charrismo sindical.
En el año de 1982 se democratiza por primera vez la Sección 22 de Oaxaca, esto significa que dicha sección sindical, por primera vez tiene la capacidad de autodeterminarse en todos los aspectos desde este momento sin depender de la tutela del CEN del SNTE.
En Jalisco en paralelo, se dan distintos intentos por conformar una instancia que se acople con la dinámica nacional del movimiento magisterial:
a) En 1980 se crea la promotora de la CNTE en Jalisco en Melaque con 40 cuadros destacados.
b) En el año de 1983 en las instalaciones del Auditorio Salvador Allende de la UdeG, se ratifica entre diversas posturas magisteriales la constitución de la Promotora de la CNTE Jalisco. Se distinguen aquí los destacamentos de la herencia de lo que fue el MRM, los núcleos provenientes de algunos egresados de la Escuela Normal Rural de Atequiza y algunas células dispersas ligadas con el Frente Magisterial de Insurgencia (FMIN) y la Alianza de Trabajadores de la Educación (ATE) que llegaron a Jalisco, así como un colectivo de maestros egresados de la entonces Escuela Normal de Jalisco vinculadas con el proyecto político del CIPCP y la Organización Revolucionaria Punto Crítico (ORPC), junto con egresados del CREN de Ciudad Guzmán. Lo que teníamos claro era que no le íbamos a hacer el juego al charrismo sindical y el deslindarse de las formas corporativas del SNTE de control y de corporación fue un asunto de principios, de esta manera, muchos docentes en Jalisco sufrieron las consecuencias de los cacicazgos regionales: a) bloqueos para cambio de adscripción, b) negación y bloqueo para trámites del ISSSTE y c) dificultades en el expediente escalafonario para promoción entre muchas otras cosas.
Luis Hernández a través del análisis de las distintas oleadas del movimiento magisterial reconoce una fase de reflujo que va del año 1983 a 1989. En esta etapa prácticamente no pasa nada. En Jalisco ratificamos una vez más la importancia de un organismo democrático, pero prácticamente somos los mismos que, desde el origen nos involucramos en el movimiento. Sin embargo, la disputa ideológica por una hegemonía de algo que aún no está plenamente consolidado.
En el año de 1989 se tiene la gloriosa primavera del movimiento magisterial que culmina con la democratización de la Sección 9 del DF y que agrupa a docentes de preescolar y de primaria en el centro del país. La década de los ochenta (reconocen los expertos) es la década perdida en educación (Juan Carlos Tedesco), pero también es la década en donde se profundiza la crisis económica a nivel internacional. Dos terceras partes del magisterio nacional se han movilizado, los aparatos de control sindical han sido rebasados, se acaba el cacicazgo de Carlos Jonguitud. Y a nivel nacional se corean las consignas “Escuela por escuela, zona por zona, el maestro exige a diario democracia y más salario”, “El maestro luchando también está enseñando”.
El movimiento democrático encabezado o aglutinado en la CNTE carece de un proyecto nacional, que sirva para hacerse cargo de la educación del país y también del sindicato. El gobierno de Carlos Salinas de Gortari impone a Elba Esther Gordillo, un personaje de filiación trotskista que proviene de las filas del movimiento democrático, surgida de la Sección XXXVI del Valle de México. Elba Esther conoce las dinámicas que se viven desde la iniciativa magisterial. Ella acepta el reto y en sus primeras acciones, lo que hace es dividir el movimiento. La primera tarea de Elba Esther fue la de coptar cuadros surgidos del movimiento democrático para dividirlo y coptar cuadros académicos de estudiantes de excelencia que estudiaban los primeros programas de Maestría a nivel nacional, para que le ayudaran a pensar por ella. En el año de 1992 es ratificado su mandato en el Congreso de Tepic y desde ahí comienzan los excesos. Un presidente la puso y otro le quita el poder, como ha sucedido siempre en la historia de la organización sindical del magisterio mexicano.
Del 1992 al 2012 es el auge de un nuevo cacicazgo en el SNTE encabezado por la maestra Elba Esther Gordillo Morales, con un estilo muy sui generis de asumir el control del sindicato más numeroso de América Latina. En paralelo, los destacamentos democráticos luchan por todos los medios posibles por conservar sus secciones democratizadas. La XXII de Oaxaca, la XVIII de Michoacán, la VII de Chiapas y la XIV de Guerrero, teniendo a la Sección 9 como un ícono o referente nacional.
La CNTE en estos 44 años de sufridos intentos por sostener un proyecto democrático al servicio del magisterio nacional, no ha sido capaz de dar el gran salto y convertir su iniciativa, en un verdadero proyecto que trascienda lo regional, para establecer una presencia nacional estable y homogénea. Hay cuadros que han surgido y se han fortalecido, hay otros que han sido intimidados por los tentáculos del poder y hay unos más que combinan su supuesta militancia democrática combinándola de manera oportunista con beneficios y favores recibidos por el sindicalismo oficial y hay unos más que han existido y se han quedado en el camino, hay miles de maestras y maestros que han entregado su vida en la lucha democrática. El SNTE ha sido más inteligente y ha aprendido más rápido de los distintos escenarios de coyuntura y actúa de manera anticipada. La CNTE con su propuesta democrática camina a la zaga, a la espera de que las cosas se le acomoden. En Jalisco, durante la década de los ochenta la CNTE cede sus siglas para dar lugar al MBM, Movimiento de Bases Magisteriales, que de nuevo es la iniciativa de un movimiento plural que aglutina las diferentes fuerzas e iniciativas y proyectos democráticos locales. Las disputas ideológicas y las aspiraciones por hegemonizar el movimiento de las distintas fuerzas o sub organizaciones regionales, lejos de servir para avanzar contribuyen al estancamiento del movimiento. Además, después de la reforma estatutaria el movimiento acepta carteras por representación o por negociación, en algunos comités seccionales de ambas secciones locales. Esto lejos de contribuir al avance democrático en el proyecto estatal, se tornó en un error ya que los cuadros terminaban sirviendo más al charrismo que al proyecto democrático estatal.
Con el arribo del presidente Enrique Peña Nieto en el año de 2012 la ya cacique del SNTE tiene muchas cuentas pendientes con él, pero una de ellas dentro del mismo grupo político. Elba Esther Gordillo es encarcelada acusada de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. Su principal delito es no ser afín con el grupo político en el poder.
A 44 años de distancia del surgimiento de la CNTE, el escenario político del país se ha modificado radicalmente, la esperanza para la democratización de los trabajadores de la educación en México sigue siendo una utopía y el poder mandar a la calle a los charros sindicales. El charrismo tiene la capacidad de refuncionalizarse. Después de Elba Esther Gordillo y Juan Diaz de la Torre; Alfonso Cepeda Salas ha sido capaz de leer acertadamente lo que pasa en el país, se ha sumado con MORENA y con el presidente en turno, pero no tiene el control pleno de toda la estructura nacional del SNTE y ha resentido las consecuencias que de ello se desprende, peligrando la unidad del sindicato hoy y a futuro.
El movimiento magisterial de la CNTE había fincado una especial expectativa en el gobierno del presidente López Obrador de que habría un cambio profundo en el SNTE. Sin embargo, no fue así, el presidente López Obrador ni pudo respetar los acuerdos, ni tampoco quiso hacerlo. Y todo quedó en una iniciativa transitoria. Es responsabilidad de los actores continuar con dicho compromiso.
En Jalisco muy pronto se estará convocando a las maestras y los maestros democráticos desde el preescolar hasta la educación superior, para refundar con las siglas de la CNTE la iniciativa del movimiento magisterial. Sin despreciar las condiciones coyunturales del presente, y que han dado lugar al surgimiento de nuevos destacamentos y nuevos cuadros del movimiento. Teniendo claro lo que somos, lo que buscamos y lo que nos hace diferentes a los personajes ligados al charrismo magisterial.
Esta iniciativa es sana y es auténtica, basada en principios y en un deslinde táctico y en la autorregulación de una fuerza democrática desde el origen, y que pretende trasformar no sólo la organización sindical, sino también toda la educación en Jalisco. Nuestra ventaja es que tenemos vínculos orgánicos con las secciones democráticas del SNTE como la Sección 9 de la Capital, la VII de Chiapas y la 22 de Oaxaca. Sin embargo, no reducimos la capacidad de nuestro avance a través de acuerdos cupulares, le apostamos a la dinámica propia y a la capacidad en la movilización y aspiramos a convertirnos en interlocutores válidos en la defensa de los intereses de las y los trabajadores de la educación de ambas secciones sindicales en el estado de Jalisco.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]