La violencia rompe el tejido institucional de las escuelas
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Una de las ultimas aportaciones de nuestro querido amigo Víctor Ponce fue el análisis que estaba realizando en cuanto a la relación entre el tejido social y el tejido institucional al interior de las escuelas.
La tesis que manejaba Víctor era que el tejido social se había roto debido al clima de violencia y de inseguridad que se presentan en el contexto social y que dichas rupturas, fisuras o resquebrajamientos afectan estructuralmente a las relaciones sociales y la convivencia en general que se viven en cada una de las escuelas de educación básica.
Esta tesis es vigente hoy en día, la convivencia en las escuelas de educación básica se ha visto amenazada por la violencia, el clima o el entorno violento es la parte negativa; la convivencia es la parte positiva.
Los problemas de convivencia al interior de las escuelas de educación básica tienen un origen diverso, sus factores pueden ser endógenos (propios del entorno escolar) o exógenos (ajenos a la escuela) y se vincula con los sujetos de cierta manera y es ahí en donde se presentan los mayores impactos.
Nadie escapa a los tentáculos de la violencia, la violencia se va tornando en una red que va envolviendo a los sujetos, nadie escapa de la intimidación, la persecución, el acoso, el bullying, el hostigamiento entre pares; en todo ello, el problema no se puede resolver.
Los problemas de convivencia al interior de las escuelas enrarecen el clima institucional, con-vivir como dicen los textos clásicos significa saber estar al lado de los otros. Pero parece que este principio se ha visto cuestionado desde las prácticas y las ideas pedagógicas.
Convivir significa ahora aprender a sortear las amenazas de los otros y otras o de los demás. La formación y la práctica de las y los docentes no ha estado a la altura para entender el tamaño del problema, ni tampoco para poder actuar preventiva o correctivamente ante un problema complejo, multifactorial, multidimensional.
Los problemas de convivencia al interior de las escuelas de la educación básica nos están llevando a un escenario inédito que nunca habíamos vivido, ante ello la práctica de las y los docentes no sirve para neutralizar el clima de riesgo que se vive.
La violencia no solamente es el horizonte más amenazante de una realidad con muchas aristas, la convivencia cuando se ve amenazada huye, pero aquí no se sabe cuál es el lugar y cuál es el camino que siguen las escuelas. Dichos ámbitos de trabajo escolar requieren rutas de escape o vías de salvación para salirse o contrarrestar la violencia.
Víctor tenía ideas muy trabajadas en este sentido, ideas brillantes; para él los problemas de convivencia obedecen a una sociedad que se deteriora a sí misma.
En cualquier lugar en donde se encuentre mi querido maestro Víctor Ponce será recordado por la pertinencia de su pensamiento y por la solidez de sus ideas.
Gracias Víctor porque desde donde estés nos sigues poniendo a pensar.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]