La SEP, 99 años…

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Casi la totalidad de mexicanos tenemos un documento emitido por la SEP que da cuenta de nuestro paso por las aulas y las escuelas en condición de educandos.
Muchos títulos profesionales que facultan para el servicio de una profesión lucen también en las paredes de bibliotecas personales y oficinas con el orgulloso escudo nacional y las siglas de la SEP.
Hay saldo social a favor de esa ya casi centenaria institución que a pesar del manoseo político sobrevive.
Manoseo cíclico de gobernadores y líderes sindicales, manos y recomendaciones algunas veces de diputados y senadores, presidentes municipales.
Juntos han hecho gestión de favoritismos y simulación que ha sido factor de pérdida de calidad y de debilitación de los filtros de selección de los equipos laborales.
Entropía provocada.
Los gobiernos de algunas entidades federativas como franquicias de gestión de presupuesto, como oposición militante del lado empresarial en contra de decisiones federales como la salud (Insabi), la pandemia (López Gatell) y ahora en contra de la desaparición de fideicomisos.
La oposición tersa en contra de la Nueva Escuela Mexicana, la gestión tibia del federalismo educativo y la urgente necesidad de rendición de cuentas; los advenedizos liderazgos sindicales que nadan de muertito en uno y otro nivel de gobierno, el peso del dinero federal en la operación de los servicios educativos, la SEP y su centenario, la SEP y la prospectiva, las campañas políticas de 2021.
En el último tercio de la historia de la SEP los casos del normalismo y su fallida reconversión como instituciones de educación superior para la formación inicial en sus opciones urbana, rural, Centro Regional, IFCM, UPN, Experimental, Normal Superior, entre otras.
Son claros ejemplos del análisis institucional necesario y de la ausencia de control de la factores que tienen que ver con su calidad.
Análisis y evaluación urgente a los proyectos universitarios que atrincherados en feudos, como la Universidad Autónoma de Hidalgo, han sido ejemplo de uso discrecional de presupuestos y fideicomisos.
La educación, de necesaria revisión en estados con desarrollo industrial como Jalisco y Nuevo León que asumen una visión de formación de capital humano con canto de sirenas del “bien común” y que a la postre generan inmovilismo de los indicadores de calidad, por incomprensión del tipo de proyecto a construir para las masas crecientes de educandos con privaciones socioculturales históricamente producidas, ahora tecnológicamente privadas.
Análisis y evaluación aparte merecerían los programas de posgrado y la cortina de autonomía en la que se ocultan algunos proyectos universitarios de las entidades federativas que evaden la rendición de cuentas.
La SEP, venerable anciana de 99 años.
La cobertura en los niveles de educación básica es uno de los logros mayores, en tanto que progresivamente se ha extendido la cobertura en educación media superior y superior en una lógica de expansión de oferta clientelar.
El tema de la calidad es una asignatura pendiente en todos los niveles y modalidades porque las estrategias y programas adolecen de articulación y continuidad, porque la apuesta a la reforma curricular verbalista es muchas veces ciega de contexto y finalidades opacas.
La institución se ha encargado de diseminar algunos bienes cognitivos y bienes culturales que forman parte de las relaciones familiares y comunitarias, que forman parte del comportamiento individual con lectores y escritores funcionales, con sujetos que hacen uso ético de las habilidades matemáticas y científicas en su quehacer cotidiano profesional o de relación humana y social.
Antes de que concluya el mes de octubre quepan algunas notas sobre el cumpleaños de la Secretaría de Educación Pública y de la llegada de su primer secretario, el intelectual José Vasconcelos Calderón.
Quepa la recuperación de sentido nacional como imperativo y la necesaria concurrencia de las entidades federativas a la autoevaluación proactiva para un buen primer centenario.
La concurrencia de los Estados en términos financieros y de políticas públicas sinergicas con el tema de la calidad es componente necesario.
El 3 de octubre de 1921 se decreta la creación de la SEP por Álvaro Obregón y el 22 de octubre es nombrado Vasconcelos como primer secretario.
Ardua tarea fundacional que tenía ante sí el escenario de un país rural y una diversidad de problemas, entre ellas la carencia de recursos suficientes, la dispersión geográfica, el ambiente político de inconformidad por el Artículo Tercero de la Constitución de 1917.
Insuficiencia de voluntades pero claridad de mira para instaurar el proyecto educativo centrado en una visión misionera cultural y de desarrollo humano.
La visión de aquel momento, la organización de un sistema educativo que diera respuesta a una de las demandas sociales durante la revolución mexicana y que, por encima de intereses de los estados, garantizara visión nacional en materia educativa.
Mirada extensiva de casi un siglo de obra constructora de un sistema, algunas notas finales:

1. La SEP es más antigua que los partidos politicos, el más antiguo de 1929, el PNR hoy PRI; más antigua que el derechista PAN (1938). Aunque los partidos políticos conocedores del consenso social que genera la escuela siempre atenderán el tema educativo en sus programas y plataformas electorales y electoreras con más o menos énfasis en la defensa de la escuela pública. Instituciones políticas clasistas, reproducción velada de inequidades e injusticias. Partidos que dieron la espalda a su gente, educación de calidad que no puede aterrar su esperanza.
2. La SEP ve nacer en su seno al SNTE (1943). Mucho daño ha generado la forma como se ha practicado el sindicalismo; su rol en el empoderamiento de personajes en el campo de la política partidista o como la página inolvidable de su rol nefasto en la reforma peñista. Emancipar las decisiones del SNTE y sus sospechosas mesas de negociación y comisiones mixtas, trabajo y militancia de la docentes.
3. El SNTE y su democratización pendiente. La emancipación de la SEP de las fuerzas restrictivas del pseudosindicalismo acomodaticio, la ruptura de las prácticas democráticas simuladas, los congresos seccionales, el teatro de la representación.
4. La historia política en México ha sido casi monolítica y la alternancia ha sido falaz. Por tanto el proyecto político de la educación fluctuante en las arenas movedizas de pseudopreocupación por la calidad ha sido objeto de tentación de intereses ajenos a la tarea sustantiva.
5. Escolarizar a la sociedad mexicana y llevar los bienes del alfabeto a la niñez y adolescencia es una obra a recordar en la memoria colectiva. Educar al nuevo mexicano con rigor científico, espíritu laico y ética son áreas de mejora.
6. A través de la Educación se genera gobernabilidad y el necesario consenso en una sociedad en la que de manera externa siempre hay intereses dispuestos a cultivar el disenso y a ocultar las verdaderas causas de la problemática. Formar al moderno ciudadano para descubrir el juego de política enferma de los retóricos.
7. Aunque para algunas miradas de orden sociológico la generación de expectativas de movilidad social es ilusoria e insostenible por los datos duros del desarrollo nacional, sembrar escuelas en el territorio nacional ha sido un activo para las últimas generaciones de mexicanos. Seguir sembrando buena escuela aún en la emergencia es necesario.

Enhorabuena por un cumpleaños más de la SEP. Enhorabuena por la misión cultural en la que convirtió la gestión educativa en la década de los veinte, su primer secretario.
Octubre de conmemoración. 99 años y sus velitas en condición de educación a distancia, educar en tiempos de pandemia.
Octubre de repaso del pasado y de detección de la problemática aún por resolver.
Construir una SEP realmente rectora de la educación nacional, fortalecerla, renovarla y rescatarla, he ahí parte de los desafíos.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]

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