La reforma educativo en su laberinto. El laberinto de la reforma educativa

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La reforma educativa se ha tornado en un verdadero laberinto, ¿quién entiende el contenido de lo que quedó en el decreto publicado el 15 de mayo en el DOF?, ¿qué cambia de esta propuesta con relación a la anterior?, ¿por qué todo el esfuerzo sigue centrado en la parte política de la reforma?
Desde el año 2013 la educación en nuestro país se metió en un complejo laberinto del cual aún no ha podido salir. Dicho laberinto inició mandando falsas señales de una reforma educativa que no lo era tal, sino que se reducía a los cambios y ajustes laborales e incluso administrativos.
El laberinto de la reforma y la reforma en su laberinto viene siendo una dialéctica en torno a la cual han girado gran parte de acuerdos y desacuerdos, de propuestas y contrapropuestas, de proyectos y contraproyectos; pero todo ello al interior de un laberinto, para encerrar y complejizar las propuestas y las diversas salidas para una mejor educación.
El laberinto ha iniciado a partir de discusiones ideologizadas, chantajes políticos y negociaciones con grupos sectarios que han dejado afuera las propuestas de docentes frente a grupo y de maestros y maestras que trabajan abajo, muy abajo del sistema.
El laberinto de la reforma se ha tejido en forma sesgada, confundiendo y haciéndose confundir al plantear asuntos laborales disfrazados de educativos, modificando la ruta de trayectorias profesionales de las y los docentes al hacerlas más largas, más tortuosas a partir de restar derechos, de hacer perder conquistas logradas en otro tiempo.
La reforma en su propio laberinto, se fue envolviendo dentro de sí misma y parece que no ha podido salir de ahí: hay decretos, hay nuevas leyes, hay aparentes acuerdos, pero la sensación de insatisfacción sigue permeando gran parte de los actores del sistema, ¿es ésta la reforma a la que aspiramos?
La reforma educativa en sus distintas etapas ha quedado atrapada en su propio laberinto, desde ahí pretende controlar el sistema, desde ahí lanza señales y anuncios, desde ahí pretende mejorar todo o casi todo, desde un laberinto que ha cancelado su propia salida.
La reforma como laberinto tuvo el pecado original en su génesis, en un acuerdo político denominado el Pacto por México, acuerdo cupular y perverso, que puso por encima el envío de señales políticas para evadir debatir las verdaderos necesidades educativas de lo que este país necesita en educación.
El laberinto sigue ahí, a unos meses después de tanta discusión, consultas, protestas; no es ésta la reforma que necesitamos, es la otra, la que debe nacer libre y que logre darle claridad a la educación de México en sus contenidos y en el rumbo a seguir. Esa reforma la siguen esperando miles de docentes, de niños, niñas y jóvenes de este país.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]

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