La reforma a las leyes ya, ¿la reforma educativa, cuándo?

 en Juan Campechano Covarrubias

Juan Campechano Covarrubias*

Cuando se anunció la llamada reforma educativa, tuvo el consenso y aprobación de la gran mayoría. No exentas de protestas, se aprobaron las reformas al Artículo Tercero y 73 de la Constitución. Luego, se reformaron artículos a la Ley General de Educación, se crearon la Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Sin embargo, en nuestro país existe poco respeto a las Leyes, al Estado de Derecho y en muchos casos, las reformas a las Leyes son más aspiraciones que normas que se cumplan o acaten. En educación, se pueden dar múltiples ejemplos: la obligatoriedad de la educación preescolar, el 8% del PIB que se debe destinar a la educación o el 1% del PIB a la investigación.

Si las transformaciones del sistema educativo avanzaran con la rapidez con que se emitieron las reformas, leyes y acuerdos, de seguro ahora estaríamos a la altura de los países europeos, no de los más altos, pero sí de los de media tabla hacia arriba en las evaluaciones internacionales.

Ahora se realizaron consultas para definir el modelo educativo para educación básica, la media superior y para la formación de docentes. Conocer las finalidades del proceso educativo, el ciudadano que queremos formar, definir lo que entendemos como formación integral de la persona y cómo hacerlo, con qué maestros, con qué métodos, con qué recursos, se nos presenta como lo primero, con sentido educativo.

Pero todos los que saben de reformas educativas, dicen que para que tengan éxito, se necesita del conocimiento y apropiación de quienes las llevarán a cabo. Es decir, de los profesores y los trabajadores de la educación.

En el momento actual, con el cúmulo de disposiciones legales y reglamentarias, pareciera que se desarrolla y está en marcha, la gran reforma educativa. Sin embargo, en la complejidad del sistema educativo mexicano, la mayoría de los docentes, aquellos que sí pueden realizar la gran reforma educativa, entre la avalancha de normas, hacen la mejor educación que pueden, no pensando en Finlandia, Corea o China, sino en estos niños que les toca atender.

La impresión que tiene el magisterio, es que las reformas legales y normativas, lo que menos buscan es mejorar la educación. Si se quiere reformar la educación es necesario que se transformen las prácticas educativas. Pero ¿cómo?

*Miembro del comité ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). ciceron13579@hotmail.com

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