La necesidad de operar un programa de doctorado para formar investigadores en el estado de Jalisco
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
A inicios de la década de los noventa del siglo pasado, inició el posgrado en educación con dos finalidades institucionales:
1. Generar movilidad en las plantillas de docentes a partir de la ecuación de que, a mayor formación formal, será mejor el desempeño de la calidad docente.
2. Formar cuadros académicos de alto nivel para mejorar y diversificar las prácticas educativas.
Hoy, a más de treinta años de distancia, se ha diversificado y complejizado el sistema que regula el posgrado en México, a partir de un crecimiento atípico y desordenado de ofertas de programas académicos.
Después del incremento masivo de programas de maestría en Pedagogía, Educación, Investigación Educativa, etcétera, más adelante se dio lugar a programas de doctorado, que van desde programas de excelencia inscritos en el padrón de posgrados del CONACYT hasta llegar a programas de instituciones de dudosa solvencia académica, cuya racionalidad reside en el interés financiero por encima de todo; pasando por programas de instituciones públicas que laboran en condiciones deficitarias debido al casi nulo apoyo gubernamental.
Aun con todo ello, ahora se necesita y se justifica la formación de cuadros académicos de alto nivel, que tengan la capacidad de investigar lo que sucede en nuestra realidad educativa. Para ello, es prioritario contar con la oferta de un programa que sirva para cumplir con dicho cometido.
El sistema de unidades de la Universidad Pedagógica cuenta desde hace algunos años con programas de doctorado, aunque la autoridad nacional de dicha universidad establece como condición que la operación de programas de doctorado deberá ser de carácter regional. En estos momentos se ha conformado un equipo regional cuyo objetivo es diseñar un nuevo programa de doctorado, cuyo énfasis será la formación para la investigación que sirva para atender las necesidades y las demandas regionales de los tópicos relacionados con la agenda educativa de los estados de la región.
Dicho programa, desde su diseño, deberá de tener algunas distinciones que lo hagan diferente con respecto a la oferta tradicional. Algunas recomendaciones y algunos cuidados que debieran considerarse en dicho diseño serían los siguientes:
1. Pensar en un modelo semiflexible que combine la presencialidad con la tutoría y el trabajo a distancia.
2. Los ejes de formación deberán definirse a partir de las fortalezas de cada ámbito, de tal manera que las líneas de formación estén articuladas con las fortalezas y la producción del cuerpo de doctores de cada ámbito en turno.
3. La formación de los futuros doctores en sus proyectos de investigación deberá responder a las necesidades sociales y educativas de los contextos específicos en donde se desenvuelven.
4. Es importante considerar la elaboración de diagnósticos e incursionar de esta manera a lo que pudiera ser la investigación diagnóstica.
5. Considerar la importancia de la perspectiva de género como un componente transversal, el cual deberá atravesar todo el diseño del programa de doctorado.
6. Otorgar apoyo a los usuarios del programa a través de la generación de una bolsa que permita incentivar con un sistema de becas para el estudio, que garantice la culminación de los estudiantes de una buena eficiencia terminal y la calidad en la producción académica que genere el programa.
7. Por último, y a partir de un elemento académico, se trata de que, como parte del proceso de formación doctoral, se incursione en las metodologías emergentes, superando el dilema un tanto absurdo entre cuantitativo versus cualitativo; a partir de combinar las distintas perspectivas metodológicas en el uso de datos y con el compromiso de generar conocimientos pertinentes, exigir a los estudiantes que realicen desplazamientos epistémicos en el abordaje de sus objetos de estudio y, por último, poder realizar intercambios y estancias académicas, sobre todo en países latinoamericanos, para mejorar la producción académica y poder presumir que se cuenta con un programa de doctorado de clase mundial.
*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com