La importancia de reflexionar

 en Verónica Vázquez

Verónica Vázquez Escalante*

Al estar envueltos en los roles de vida que nos toca desempeñar, fácilmente olvidamos que somos como estrellas fugaces, aquellas que están en el firmamento moviéndose rápido y repentinamente desaparecen de nuestra vista. Casi nunca hacemos pausas para pensar en lo frágil que es el ser humano, al mismo tiempo su enorme fortaleza. Así como puede morir de una gripa puede salvarse de un grave accidente.
Si deliberadamente observamos por breves momentos la esencia humana, resulta que tiene particularidades como la paciencia, la tolerancia, la calma, el gozo, la paz y, principalmente, la existencia misma; aunque muchas veces lo último que hacemos es detenemos a reflexionar.
En el campo de la educación reflexionar constantemente, debe de ser tarea diaria porque nos mantiene en relación con la disciplina. Se llega a meditar cuando algún hecho ha sucedido y generalmente impacta en nuestra vida. Puede ser porque se vio algo que no es común afrontar o situaciones que implican sacar conclusiones que serán trascendentes, entonces caemos en la cuenta de que se tienen una clara conexión con el mundo exterior y tal vez así comprendemos “nuestro” mundo.
En Pedagogía hay teorías del conocimiento y, navegar en esos mares, implica reflexionar cada lectura así como las circunstancias que lleven a comprender y entender la labor que tiene el sujeto en su propio espacio. Se percibe entonces que el tesoro de reflexionar implica crear conocimiento y sobra decir que esa es una consigna altamente difícil. La buena noticia es que el acto de reflexionar, es un rasgo del ser pensante y aunque existen excepciones, es decir, personas que no se detienen por algunos segundos en una zona reflexiva, se puede llegar a comprender a Aucouturier (pedagogo francés) quien escribió que se viva “del placer de hacer al placer de pensar”.
Lo que sí es importante acentuar, es que la reflexión debe ejercitarse, trabajarla frecuentemente porque estimula a pensar sobre lo que se ha hecho, el porqué de lo que se está haciendo en ese momento y sobre los impactos o consecuencias que pueden emerger de alguna situación como lo mencioné anteriormente.
Saber si una actitud es positiva o negativa y qué aprendizaje se obtuvo de ésta, será el resultado de la mezcla de verdades con creencias, obteniendo así nuestro conocimiento y aunque hablar del conocimiento es otro tema amplio, si puede alcanzarse la posibilidad de vislumbrar situaciones que describan lo que se ha descubierto. Hagamos de la reflexión una convicción. Ser librepensador en estos tiempos implica conocimiento y argumentación, sin embargo, difícilmente pierde alguien la vida por el don de la reflexión que hemos recibido por el simple hecho de existir.

*Doctora en Ciencias de la Educación. Profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 145 Zapopan. veve30@hotmail.com

Comentarios
  • DAYANARA

    MUY BUENA REFLEXION

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