La importancia de las prácticas educativas y las prácticas en educación

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

A Víctor Manuel Ponce Grima,
por las interminables discusiones en torno a este asunto.

Y a mi gran amigo Francisco Millán,
por vivir el diálogo interminable en torno a este y otros temas,
el cual se ha interrumpido por motivos de salud.

Tal vez fue a partir del trabajo clásico de Phil Jackson “La vida en las aulas” (Ediciones Morata) publicado en 1968, en donde las y los investigadores ingresan a las aulas y a partir de una mirada etnográfica dirigida a observar, describir, preguntar y escuchar para encontrar el sentido del complejo entramado de hacer educación desde la práctica o hacer práctica desde la educación; es la forma de cómo se transforma el paradigma para investigar y conocer en educación.
A partir de ahí, se ha puesto especialmente de moda el estudio de las prácticas educativas y la práctica en educación como un componente estelar, el cual sirve para conocer la forma en cómo se concretizan las prácticas al hacer educación.
De esta manera, expresiones como análisis de la práctica, prácticas reflexivas, prácticas in situ, prácticas en contexto, prácticas situadas, intervención de la práctica, sistematización de la práctica, prácticas holísticas, prácticas para la reflexividad y el fomento del pensamiento crítico, prácticas para la liberación y la emancipación y un largo etcétera. De esta manera, la noción de práctica educativa o práctica docente es un componente estelar que ha dado lugar a trabajos de investigación, propuestas pedagógicas, de acción y de intervención, incluso el diseño de maestrías tiene como nombre genérico la de práctica educativa, etcétera.
¿Qué sabemos hoy en día al respecto y qué nos falta por conocer? Cabe aclarar que, con el pretexto de mejorar nuestro conocimiento de la concreción de prácticas educativas, se realizan congresos, discusiones, seminarios, webinares, cátedras académicas que colocan, de igual manera, en el centro de las indagaciones los asuntos ligados con la práctica. Y no es para menos.
La práctica es el componente visible de la labor educativa. Es el lugar y el espacio en donde se concretiza la educación, se conjugan o se condensan las concepciones curriculares en la acción de los sujetos, los marcos teóricos o de referencia, las teorías implícitas, las intencionalidades que subyacen a las propias acciones, entre otros.
El problema al que nos enfrentamos, con relación al análisis de las prácticas educativas; es que estamos ante un discurso circular que le da vueltas en torno al mismo asunto. Los sujetos que hacen educación: docentes, directivos, asesores técnicos, supervisores, gestores, orientadores educativos, etcétera, cuando hablan de la práctica no lo hacen desde sí, sino que más bien repiten los discursos que elaboraron otros. El discurso como referencia se distancia en demasía de la parte nodal, que es la concreción de una forma particular de hacer educación, en el aquí y el ahora en un contexto determinado y con relación a la historicidad del encuentro de los sujetos que hacen educación. Es por ello que se recomienda hablar de la práctica en primera persona, desde el sujeto en el contexto determinado en donde realiza la tarea y pensar en torno a lo que interviene en la misma.
Hay asuntos nuevos que aún no son plenamente tocados en el asunto del estudio de las prácticas. Menciono solo dos:

a) El problema de la apropiación de las disposiciones curriculares a partir de lo que se piensa, se diseña y se decide en otro lugar y que deberá aplicarse en un contexto diferente al del diseño. La apropiación como un compromiso del sujeto, no solo de darse cuenta de lo que se trata, sino también de “adueñarse” de lo que está en juego en su tarea. A iniciativa de la Unidad de la UPN de Colima se está desarrollando una investigación de carácter nacional con respecto al proceso de apropiación desde la práctica docente en el marco de la NEM. En esta investigación estamos participando cerca de la mitad de estados del país, a modo de estudio de caso. Su primera fase ha llegado a la parte final y se está construyendo una segunda fase de indagación.
b) El otro asunto tiene que ver con la relación del sujeto con sus concepciones educativas y la relación que existe con las políticas públicas en curso y con la concreción de las propuestas curriculares, y de cómo todo ello se concretiza en una forma particular de desarrollar la práctica. Por ejemplo, la Nueva Escuela Mexicana (NEM) y el modelo educativo de la 4T que rompe con las concepciones y los modelos anteriores, cuya concreción se tiene desde la práctica.

Concluyo que es importante, al hablar de la práctica docente y de la práctica educativa, que actualicemos la mirada; para ello es necesario que dichas elaboraciones surjan desde narrativas vivenciales, del sufrimiento cotidiano de los sujetos educativos y de mirar con y contra, lo que se hace, junto con la detección de inconsistencias, escribir también lo que es exitoso desde la práctica misma. Es lamentable que se permitan iniciativas supuestamente formativas y que se obsesionen por encontrar a toda costa problemas de la práctica en donde no los hay; para ello, es necesario renovar nuestras formas de entender, de concebir, de pensar y de actuar en torno a todo lo que gira alrededor de la práctica educativa. Cuando hablamos de las prácticas educativas ¿a qué nos estamos refiriendo?
A la práctica, también se le conoce como uno de los componentes estelares en el modelo de formación de los nuevos docentes, pero caben las preguntas: ¿qué cambia o qué hace diferente la concepción y concreción de práctica educativa en los estudiantes normalistas en formación, en comparación con las y los docentes que fuimos formados hace 20, 30 o 40 años? ¿Qué cambia en el discurso y qué cambia en las formas de analizar las prácticas? Todo lo anterior sirve para seguir pensando y reflexionando en torno a este complejo universo llamado práctica educativa y práctica en educación.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

Comentarios
  • Adriana Piedad García Herrera
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    Las prácticas, en plural. Bien dicho. Una mirada a planes y programas y otra mirada al aula. Prácticas que en ocasiones toman también rumbos diversos, y no conectan. Una cosa es lo que se dice que se hace y otra lo que se hace y queda en el ámbito privado.
    Un tema que da para mucho
    Saludos

  • Francisco Millán
    Responder

    Ciertamente, como expresa Adriana Piedad, el tema da para mucho; y su relevancia no es menor, si tenemos alrededor de $1,000,000 de docentes que desarrollan prácticas que se pretende sean educativas.

    Un abrazo “y seguimos”, como dice otro amigo mutuo.

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