La importancia de la práctica profesional para los estudiantes en educación
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
En España le llaman el practicum, y nosotros lo conocemos como las Prácticas Profesionales (PP). Las podríamos definir como un espacio de acercamiento profesional para los sujetos en formación, dentro del cual son capaces de evidenciar el logro de las competencias que han venido desarrollando como parte de la propia formación y el perfeccionamiento de las mismas competencias.
Las PP se componen de una serie de cursos obligatorios, los cuales permiten acercar a los sujetos a los escenarios laborales. Las PP tienen algunas ventajas para los sujetos en formación, rescato tres:
a) Su desarrollo se realiza en escenarios reales y naturales de trabajo, es decir no se trata de artificializar la realidad; los retos y desafíos se viven dentro de una realidad que se les propone a los sujetos en formación para que den respuesta profesional a la misma. Es decir se trata de que hagan cosas y que sean capaces de defender o de justificar estas cosas que han hecho.
b) El escenario de PP permite demostrar lo que ya se sabe o se ha aprendido a lo largo de la carrera (puede ser de magisterio, intervención educativa, psicopedagogía, ciencias de la educación, etc.), se trata de proponerle a los sujetos que demuestren pequeños componentes de competencia y que la desarrollen en el ámbito de que se trate.
c) Las PP también se traducen en una oportunidad para seguir aprendiendo, cada sujeto debe detectar inconsistencias formativas y traducirlas en áreas de oportunidad, para la puesta en operación en nuevas jornadas. El manejo de grupos escolares, la utilización de medios y materiales de manera adecuada, la verificación de las evidencias de aprendizaje por parte de los sujetos y la capacidad de transferir lo aprendido a situaciones de la vida cotidiana, son algunos ejemplos de situaciones concretas que se pueden trazar en un compromiso de PP.
Es recomendable en nuestro medio, garantizar que las PP sean asistidas por un tutor o un asesor, que le asegure a cada estudiante en formación un horizonte significativo, es decir, que detecte lo que tiene que corregir, que aprenda de lo que hizo y que perfeccione las habilidades que ha desarrollado.
La parte más desfavorable de nuestros ámbitos en donde se realizan PP es que los sujetos aprenden los vicios con relativa facilidad y no existe un espacio de exigencia profesional. No existe tampoco (salvo casos excepcionales), una demanda personal hacia el perfeccionamiento de la tarea educativa, es decir de la práctica. En ello las PP condensan el mejor escenario de desarrollo profesional, en donde se aprende a ser buen docente o profesional de la educación.
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]