La formación de agentes educativos que aún hacen falta
Miguel Angel Pérez Reynoso*
Las instituciones educativas de educación superior (IES) tienen la encomienda, por mandato legal, de formar profesionales y agentes educativos para hacerse cargo de la atención profesional en las distintas áreas y campos del conocimiento, desde los más rigurosos como ingenierías, médicas, pasando por las contables, hasta las humanidades que forman agentes educativos para atender las distintas tareas de la educación.
La formación dentro del campo educativo se compone de diversas modalidades: formación de docentes o educadores áulicos para los distintos niveles de la educación básica, formación de pedagogos, orientadores educativos y profesionales en ciencias de la educación y, desde hace veinte años, la UPN forma interventores educativos y, de una manera más especializada la formación para el trabajo, formación para la atención de las personas adultas y de sujetos con necesidades educativas especiales o con capacidades diferentes, entre otros.
Dentro del campo educativo, los sujetos formados para atender tareas de enseñanza, de asesoría técnico-pedagógica, de auxiliares de investigación, de diseño de proyectos, etcétera, se han venido formando a partir de una de tradición académica que se origina desde las Escuelas Normales, las cuales provienen de una tradición centenaria, las escuelas de especialización, las Unidades de la Universidad Pedagógica, hasta llegar a escuelas o facultades de Pedagogía y de Ciencias de la Educación; el abanico formativo es basto pero insuficiente. Los cambios sociales de una sociedad global, junto con el galopante auge de las tecnologías, reclama nuevos profesionales de la educación que tengan una mirada más especializada, no sólo en el sustento teórico, sino también en la parte operativa y en el diseño de propuestas, así como proyectos de acción y de intervención.
De manera transversal, la investigación es un componente que atraviesa todas las profesiones y los distintos ejes de formación, de ahí que la formación teórica y metodológica (desde el pregrado) debería ser más rigurosa o atenderse mejor para que los sujetos no sólo aprendan a hacer cosas sino también aprendan a investigar sobre esas mismas cosas.
Pero, regresando a las necesidades emergentes de formación de agentes educativos no atendidos, tenemos asuntos ligados con la convivencia y las necesidades que puedan ser atendidas por educadores y educadoras que actúen por la cultura de paz y en contra de la violencia, el fomento de una educación que garantice el respeto a las equidades a partir de la perspectiva de género. Las nuevas necesidades implican nuevos esquemas de formación, que anticipen o que prevengan las complejas problemáticas que estamos viviendo.
En contraparte, debemos reconocer que tenemos un agotamiento de los modelos de formación tradicionales, las escuelas Normales que estaban a punto de desaparecer en años pasados; de nuevo han sido refuncionalizadas, el tanque de oxígeno que se les proporciona no es suficiente para garantizar que la formación de los nuevos agentes educativos (docentes) sean capaces de responder ante un mundo cada vez más complejo y demandante.
La formación deberá pensarse en modelos flexibles y versátiles, en donde (junto con todo lo aquí propuesto) estén atravesados por la innovación. La innovación tecnológica de las prácticas educativas y de la relación entre sujetos, entre muchas cosas, deberá ser una constante de los nuevos intentos por formar educadores y agentes educativos.
Ojalá mañana despertemos y podamos tener a educadores que han sido formados para atender las demandas y necesidades educativas del nuevo milenio.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]
totalmente de acuerdo con el profesor Miguel Ángel, existen retos que proponen un cambio de paradigma para este nuevo Marco Curricular 2022 que esta delineando cambio en ritos educativos que tienen alumnos, docentes, autoriades ( como dice Diáz Barriga) por lo tanto coincido en esta idea de la formación de los docentes que nos hacen falta, pero debemos ir más allá, los docentes de las pedagógicas estamos preparados para este cambio paradigmatico (cada uno de nosotros al interior de las upn regionales o centrales podrá contestar o seguir en su devenir sin que los aires de cambio lo toquen.