La educación ¿esta en la lista?

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

Es curioso no encontrar referencias a los temas de la educación en los discursos políticos de los pre-pre-candidatos en sus pre-pre-campañas. Tampoco se escuchan demandas claras por mejoras concretas a la educación, en especial a la educación pública. La educación no está en la agenda de los políticos. Algunos datos clásicos pueden ayudar a valorar esa ausencia.
En 2020, en Jalisco el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más de edad es de 9.9 lo que equivale a casi primer año de bachillerato. Jalisco ocupa el lugar 15 en ese rubro. El primero es de la Ciudad de México con 11.5 años de escolaridad. En el país, de cada 100 personas de 15 años y más… 3 no tiene ningún grado de escolaridad, 50 tienen la educación básica terminada; 24 finalizaron la educación media superior y 22 concluyeron la educación superior. Y el mayor porcentaje de población analfabeta en Jalisco se encuentra entre las personas de 75 años y más, con 18.7%. En el segmento de 15 a 29 años sólo el .8% son analfabetos.
En el terreno de la economía, el aporte de Jalisco al Producto Interno Bruto (el famoso PIB) en el año 2020 fue 7.3% y ocupa el cuarto lugar entre todas las entidades del país. La Ciudad de México aportó el 15.8%, más del doble que Jalisco. La actividad de servicios en el área comercial fue la que más cantidad aportó al PIB: 62.4%. La industria aportó el 32% y las actividades agropecuarias aportó el 5.7% (los datos están tomados de INEGI (https://cuentame.inegi.org.mx/default.aspx) ver información por entidad). Si hacemos una relación entre educación y economía se puede hacer algunas suposiciones. Por ejemplo: el 62% de los educados trabajarán en el sector servicios y comercio. En el campo sólo un 5.7%. La industria ocupará al 32% de los educados.
Desde otra mirada podemos preguntarnos si la educación en Jalisco se corresponde con la economía real del estado. ¿Cuál es el futuro económico de los jóvenes educados? En su mayoría trabajarán en actividades comerciales y de servicios. Así, ¿vale la pena insistir en tener educación media superior y superior dirigida a la ingeniería y las industrias? Igual se puede preguntar por la educación para los otros sectores económicos.
Y, desde luego, la repercusión que las tendencias económicas en la formación de profesores para los distintos niveles y áreas educativas. Por ejemplo (irreal) ¿vale la pena profesores que formen y alienten a los estudiantes a aprender los secretos de las ciencias exactas? ¿O para dominar y trabajar en el sector de las humanidades? ¿La industria necesitará filósofos o sociólogos? Y por consecuencia las escuelas Normales ¿han de formar a profesores para las humanidades? ¿Quién formará a quienes han de formar en la atención de la crisis medioambiental en curso hacia una catástrofe anunciada? Situación está a la cual prácticamente la educación y los estudiantes han dado la espalda.
Así, es obvio que a ningún político le importe la educación, más allá de lo que le sea útil para colgarse una estrellita. Y sin metáfora, sólo la educación hará posible producir los conocimientos, los procesos y los métodos necesarios para responder a los retos de hoy y mañana.

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). [email protected]

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar