La educación bajo un escenario pospandémico

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Podemos preguntarnos si ya ha pasado la tormenta, si ha regresado la calma a nuestras vidas y la sociedad en su conjunto o, si aun nos encontramos bajo el siniestro manto de la pandemia. Algunos autores comienzan a afirmar que ya estamos ante un contexto pospandémico, cuyos rasgos y manifestaciones dan cuenta de que poco a poco vamos viviendo un proceso para llegar a la verdadera nueva normalidad. Bajo esta perspectiva, tanto la educación como distintas esferas de la vida pública dan cuenta de dichos rasgos bajo este contexto.
En educación, que es el tema que nos interesa, puede decirse que ya hay un regreso a la normalidad en formatos combinados, mitad en la escuela y mitad en casa o con el apoyo de dispositivos de trabajo híbrido. Pero esto es solo lo que aparece en la superficie del fenómeno de la educación pospandémica, habría que buscar algo que se ha colocado por debajo y, de esta manera, poder develar lo que subyace, a este complejo fenómeno llamado pandemia y más adelante pospandemia.
De esta manera, dicho fenómeno pospandémico se pudiera pensar desde tres componentes básicos:

a) La situación de los sujetos y las nuevas concepciones y manifestaciones que han sido aprendidas para este contexto.
b) Las relaciones sociales que se establecen al lado de otros.
c) El aprendizaje para la prevención en el terreno de la salud y la observación para la vida.

Es verdad que el Covid-19 aún no ha sido erradicado, que el fenómeno del riesgo al contagio aún persiste, un primer elemento de análisis es pensar la forma de cómo estamos esta situación de riesgo en este momento, con la población adulta prácticamente vacunada al 90%, estos cambios en el estilo de vida y en las relaciones sociales que establecen los sujetos bajo esta nueva cotidianidad sirven para pensar, que es ahí en donde se sedimenta esto a lo que le llaman contexto pospandémico.
Los tres componentes: representaciones, relaciones y aprendizajes, conjugan el nuevo estilo de vida y hay una serie de posturas críticas al respecto: acaso hoy ¿somos más empáticos con los otros?, ¿respetamos el entorno en donde vivimos?, ¿anteponemos el cuidado personal y el de los demás? Es difícil y aventurado responder con un sí o un no ante las preguntas anteriores, relativamente podemos decir que aún no hemos logrado alcanzar un nivel esperado que sirva para manifestar que hemos sido capaces de aprender del riesgo y las circunstancias. Pero también se torna complicado pensar en dónde o cuándo hay negligencia en las formas que hemos asumido en la vida del postpanderismo.
Pero también, una pregunta de difícil respuesta sería: ¿cómo es posible dar evidencias reales tanto dentro como afuera de las escuelas de que civilizadamente hemos aprendido la lección de la pandemia y hemos igualmente aprendido a vivir mejor al lado de los demás? El relativismo nos gana y la exigencia de conocimientos para seguir adelante es la mueva agenda pública para el presente pospandémico.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]

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