La docencia: una decisión acertada

 en Adriana Piedad

Adriana Piedad García Herrera*

El uso de las TIC, maravillosas, me ha permitido mantenerme en contacto con mis alumnos (debería decir ex alumnos) de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco, ahora docentes jóvenes en servicio. Por diversas razones me buscan o yo me pongo en contacto con ellos y mi pregunta de siempre es: “¿te gusta tu profesión?”, ahora que ya están de tiempo completo en las aulas y las escuelas de educación primaria.
Para mí es un gusto escuchar un sí como respuesta. Les gusta su profesión, la disfrutan, tomaron una decisión de vida acertada: ser maestros.
Todos ellos se formaron y se integraron al servicio en tiempos de reforma. Muchos fueron de la última generación en la que la convocatoria para participar en el Concurso de oposición era solo para normalistas. Los egresados de las últimas generaciones ya les tocó participar en un concurso abierto, pero eso no cambia su respuesta: les gusta su profesión y la disfrutan.
A todos les tocó integrarse al servicio con las reglas establecidas por la Secretaría de Educación en el estado, y que se han ido modificando cada año para ajustarse a distintas demandas. En el estado no fueron las mismas condiciones para la asignación de plazas para los que se integraron en 2017, que para aquellos que lo hicieron en 2016, sin embargo, eso no cambia la apreciación de los docentes jóvenes que se integran al servicio: les gusta ser maestros y lo disfrutan.
En las actividades del Consejo Técnico Escolar, en muchos de los casos, son los valientes profesores que les toca que los observen. Yo he sugerido a varios de ellos que documenten esa experiencia docente para convertirla realmente en una experiencia formativa. Contentos de ser los protagonistas, confirman su decisión de vida: les gusta la docencia, la disfrutan.
Sus preocupaciones de docentes nóveles están puestas en sus alumnos, es decir, los niños: su vida en la escuela y más allá. Sus inquietudes legítimas en tiempos de bullying, acoso y situaciones de riesgo, en ocasiones, no son compartidas por el colectivo docente con otro tipo de preocupaciones. Para los jóvenes profesores su tarea trasciende las bardas y paredes de la escuela, les gusta su profesión y la disfrutan.
Han transitado sus primeros años de servicio en la reforma con la promesa del acompañamiento de un tutor que nunca llegó. Si bien les ha ido, reciben la visita de su director o de otro personal una vez al mes sin un propósito claro para esos encuentros. A pesar de todo, les sigue gustando su profesión y la disfrutan, claro que les gustaría ejercerla con mejores condiciones.
Se sienten contentos como docentes y en muchos casos en su foto de perfil están con sus alumnos o muestran imágenes que hacen referencia a su estatus de maestr@s (Licenciad@s en Educación Primaria).
Sin embargo, ese gusto por la docencia, el cariño a la profesión y a los niños significa, de ninguna manera, verse ajenos a los avatares de la reforma. La viven en carne propia, reflexionan acerca de sus implicaciones y participan también en la búsqueda de mejores condiciones para formar a los niños de un siglo XXI que avanza con rapidez. Su mirada fresca sobre la docencia, y ejercerla en tiempos de reforma, es un motor para la reflexión y la mejora del trabajo docente con las demandas de una realidad educativa compleja que les ha tocado vivir en las aulas y las escuelas de educación primaria.
Va una felicitación especial del día del maestro a los docentes jóvenes que les gusta su profesión y la disfrutan, a pesar de haberse formado en tiempos de reforma.

*Doctora en Educación. Catedrática de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco. adrianapiedad.garcia@bycenj.edu.mx

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