La balacera de la vida. Adiós 2021, bienvenido 2022

 en Graciela Soto

Graciela Soto Martínez*

Otro año ya se ha ido
Cuantas cosas han pasado,
Algo hemos aprendido y
Algo hemos olvidado.

Marco Antonio Solís

Un año que se va, representa un ciclo, 12 meses vividos para la reflexión y el recuento. En retrospectiva, es hora de pensar que hemos hecho con el regalo de la vida, la edad que se tiene es el acumulado de oportunidades brindadas, el año que llega significa más tiempo, como lo dice Fito Páez, músico argentino: “Al final, lo que queda es abrazarse, confiar en el otro, amar y dejarse amar en medio de la balacera que es la vida”.
Se hace el recuento, con la propia historia, con pérdidas y ganancias, tal vez solo digamos que nos fue “bien”, pero en lo interno se puede realizar un análisis más a conciencia. Hemos de traer aquellos hechos en los que directa o indirectamente participamos. A veces, en el reconocimiento de logros o fracasos, en la repartición de culpas por lo sucedido, podamos pensar que el único responsable es uno mismo, reconocer los errores y dejarle a los otros los suyos, evitando el papel de víctima, esto para poder empoderarnos y tomar el control de nuestras acciones. Mientras haya vida a seguir trabajando y luchando por las motivaciones.
Se termina otro año difícil, para unos más que para otros, estamos listos para cerrar el ciclo del 2021 que prometía dejar atrás virus y enfermedades, pero esto asemeja una pesadilla de larga duración, es toda una saga, sus variantes y letras del alfabeto griego se suceden con nombres cada vez más amenazantes, con un final anunciado desafiado por los antivacunas, este virus ya lleva 3 años presente en el mundo, las noticias señalan que se convertirá en enfermedad endémica, dejan entrever que las vacunas siguen vigentes. El ciclo del contagio se sigue reproduciendo, concluirlo no parece sencillo.
De fuera miramos los sucesos que pasaron en el mundo internacional, nacional y local, cambios en los gobiernos como el de Estados Unidos, la reapertura de las fronteras en varios lugares, también golpes de Estado, la toma del poder de los talibanes en Afganistán, los juegos olímpicos realizados sin público, el retorno de las restricciones en diferentes países donde alarma la presencia de la variante Ómicron.
En México se realizaron elecciones, se reanudaron las clases presenciales en algunos estados, solo las campañas se hicieron con mucha gente, la Feria Internacional del Libro (FIL) se volvió a realizar en Guadalajara, los pasillos de la Expo convocaron a los lectores y escritores, fue diferente, las salas cambiaron de lugar, hubo menos stands con editoriales, pero se agradecen los eventos en vivo, nada como escuchar la voz de un autor con sus matices y experiencias, sentir el ambiente que comunica, restringido el número de personas en los auditorios, sin embargo, se volvió a dar la magia.
En navidad, se han celebrado eventos, reuniones pequeñas con los amigos o en el trabajo, las posadas ahora tienen protocolos, las familias nuevamente convocan a todos sus integrantes, existe el temor, sin embargo, ya hay abrazos, nos conmovemos además, recordando a los que se fueron sin despedirse.
Los años van marcando las hojas de la vida, cada segundo, minuto, hora, día, semana, mes, año, décadas, siglos, van presentando los eventos a los que estamos convocados tanto por decisión como por destino. Unas situaciones en las que somos protagonistas y otra solo el reparto o tal vez nos elijan como extras, esto dependiendo del dueño de la historia.
Los propósitos nos ayudan a orientar lo que queremos atraer para nuestra vida, aunque en las incertidumbres ya pensamos diferente, el viaje puede esperar, la salud no, importan más las personas, pasar tiempo con ellas, dejar el miedo, vivir seguros, mejores trabajos, un medio ambiente sano. Antes, los propósitos eran viajes, proyectos, tener casa o auto, esto escrito en la famosa lista en la que cada persona los anotaba.
Sara Fratini, artista italiana menciona que desde hace un par de años la lista se ha vuelto cada vez más simple o inexistente. “Me pregunto si estos años son una prueba de fuego para que solo las personas que mantengan vivo el poder de desear desde el corazón logren lo que quieren realmente… Quiero desear desde el corazón otra vez y no desde lo que necesito o lo que debo hacer”.
Un año nuevo es apenas una promesa, deseos que se dibujan en el horizonte, pero para poder seguir en el ciclo de la vida son importantes las decisiones y los propósitos, en esto cobra sentido los que se formulan para afrontar con buena actitud el 2022. También hay que plantear lo que ya no se desea para este nuevo ciclo, el estrés, la falta de tiempo, las deudas, la desvalorización, el descuido, la negligencia, la ignorancia, la falta de respeto, entre otras oscuridades, que requieren eliminarse.
En una encuesta realizada en el grupo familiar y de amigos mencionan lo que pedirían más, además lo que piden menos, esto como vibraciones o deseos para este 2022:

• Más salud para poder disfrutar de todo lo demás y menos temor a las circunstancias adversas.
• Más salud para familia y amigos, plenitud, menos violencia y muertes, menos pobreza.
• Actitud para resolver lo que se venga, gratitud ya que me hacen ser mejor persona, trabajo para merecer descanso en resumen Dios para que no me falta nada. No quiero malas compañías, malas vibras o envidias.
• Menos miedos, enfermedades, más ganas, fuerzas, determinación, estabilidad, dinero.
• Más vida, salud, amor, estabilidad económica, bodas, menos problemas y enfermedades.
• Buscar lo espiritual para que de ahí pueda venir la salud, bendiciones, armonía y que haya menos violencia.
• Más paciencia, tolerancia, fluidez, flexibilidad, enfoque, armonía, amor por lo que uno hace, trabajo, familia, cuidado personal, fuerza para lo que se avecine; menos miedo, crítica, envidia, enfermedades, estrés, irritabilidad y menos preocupaciones.
• Salud y aplicación de leyes, que se haga justicia a quien se le tenga que hacer, para que no haya tanto desplazado (he visto parejas con niños pidiendo ayuda, unos migrantes dormir en el cauce del río).
• Pido más salud, armonía, tolerancia, organización de mi tiempo, decisión para cumplir las metas, más fe, paz y amor, Quiero menos enojos, tristezas, apatía o enfermedad”.

Es en el 2022 cuando tenemos que trabajar en las peticiones o deseos, a cerrar este ciclo para llegar al nuevo agradecidos y con renovadas energías para lograr los anhelos del corazón. ¡FELIZ PRÓSPERO AÑO 2022!

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. grace-soto@supervisores.sej.gob.mx

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