Investigaciones Der Detektiv
Luis Christian Velázquez Magallanes*
Se construyen miles de textos, promesas y propósitos cada vez que inicia un ciclo. Cuando está por concluir un período de tiempo, nos han inculcado la necesidad de hacer una revisión de nuestros pensamientos y hechos, para que con el resultado de ese análisis, formulemos los dichos que nos harán ser mejores humanos, profesionistas, hermanos, padres y demás… docentes, directores o secretarios de Educación.
La idea de concluir cosas y empezar otras -terminar de ser y buscar una renovación- alude necesariamente a la concepción que tenemos del tiempo. Muchos pensadores han utilizado la categoría de temporalidad para formular ontologías, epistemologías y perspectivas éticas. La imagen del fuego de Heráclito, por ejemplo, me ha parecido una metáfora perfecta sobre la ejemplificación de lo efímero de los entes que componen la Res Extensa en su relación con el tiempo.
Entonces, ¿cómo nos hemos de relacionar con el tiempo y cómo sus preceptos permiten la idea de dejar de ser y reconstruirse en algo mejor?
Mircea Eliade, por ejemplo, habla de la idea de la repetición de nuestros actos y de cómo, a pesar de que el hombre pretenda hacer o reconstruir, siempre regresa o repite patrones. El mito del eterno retorno, de ser cierto, condena al hombre a la permanencia. Hagamos lo que hagamos no saldremos del molde de la humanidad. García Márquez construyó Cien Años se Soledad utilizando está idea.
Albert Camus también utiliza la noción de tiempo para construir una perspectiva sobre la relación que establecemos con nuestro deseo de ser mejores y la posibilidad de cambio. Si bien Sísifo está condenado a subir a la cima de la montaña una y otra vez, puede decidir y definirse a partir de cómo afronta su lucha.
Lejos de plantear propósitos o frases motivadoras para arrancar de lo mejor el año, me parece que lo más sensato es formular líneas específicas de atención o de investigación para el ámbito educativo y más, porque a pesar de que inicia una nueva administración en la hermana república de Jalisco, parece que, tal y como lo describe el mito del eterno retorno, se repetirán patrones y se cometerán las mismas pifias. “Es que siempre caigo en los mismos errores; si ya saben cómo me las gasto pa’que me eligen”.
La lista de propuestas para realizar investigación educativa es limitada porque es tan solo la visión de una perspectiva emanada de la subjetividad, pero por algo se empieza, que no:
- Presupuesto destinado a la educación. Tanto el gobierno federal como el estatal tienen un presupuesto asignado y una serie de programas para el rubro de la educación y su mejora. Los recursos y programas se despliegan en dos áreas concretas: la inversión, cuidado y mantenimiento de la infraestructura de los centros escolares y las percepciones de su personal. Luego entonces, se tendría que revisar cómo se ejecutan y se invierten los recursos destinados porque, en apariencia, parece que la corrupción sigue obstruyendo y perjudicando los resultados. Seguimos viendo inmuebles que no son dignos para otorgar su servicio. En este sentido, también deberíamos revisar cómo se designan y otorgan las plazas del personal. La evidencia muestra que a pesar de los múltiples mecanismos, protocolos y demás instancias que buscan transparentar el uso de los recursos y plazas, seguimos con deficiencias de fondo y forma. Sigue prevaleciendo la ley del rastrillo. Aquí yo soy el jefe. La escuela no debe ser el negocito de alguien.
- Calidad educativa. La evaluación de la políticas en educación necesariamente deben abordar la noción de calidad. La calidad en educación se entiende como la eficiencia en el desarrollo de los perfiles de egreso de los distintos niveles de formación. La calidad educativa se demuestra a partir de los resultados en las pruebas estandarizadas y la capacidad ostentada por los alumnos en la resolución de problemas en el día a día por haber desarrollado satisfactoriamente habilidades, nociones teóricas y perspectivas éticas del nivel relacionadas con su grado académico. Los resultados son contundentes y los programas siguen egresando alumnos con severas deficiencias porque las prácticas no parten de la construcción de un proyecto que persiga la calidad en sus procesos. Por ende, resulta importante investigar las causas de este desdén.
- Rezago. Si los programas de los diferentes niveles no persiguen la calidad en sus procesos, la consecuencia inmediata es el incremento en los indicadores de rezago académico. Este problema requiere una intervención que analice, no solo los procesos, sino las circunstancias sociales, económicas y afectivas en las que se desarrollan las niñas, niños y adolescentes. Es una tremenda ilusión pretender el desarrollo de contenidos académicos, si los alumnos están situados en condiciones de vulnerabilidad. Es crucial, por tanto, realizar una investigación de cómo las escuelas diagnostican y analizan sus contextos para saber qué se debe hacer y qué es imposible plantear por las circunstancias del medio. Atender el rezago es cumplir con la misión de la escuela porque el equilibrio de las circunstancias y la igualdad en las posibilidades entre los individuos se da solo en las aulas.
- Altos niveles de deserción. ¿Por qué los alumnos dejan de ir a la escuela? Por el simple hecho de que la educación es un derecho inalienable, las políticas del estado, en sus distintos niveles, deberían tener como principal objetivo el ingreso y permanencia en las escuelas de los alumnos en edad escolar. Los datos demuestran que, en la última fase del nivel básico y en el nivel medio superior, las cifras de abandono han incrementado a pesar de la creación de programas sociales que buscan ayudar económicamente a las familias para que los hijos no dejen la escuela. El problema no se resuelve solo con dinero, es necesaria una investigación que indague las verdaderas causas del abandono escolar para que, con la información y su análisis crítico, se diseñen rutas de acción más eficientes.
- Infraestructura y acceso a tecnología. Michel Foucault ha señalado en su arqueología del saber que los planos que se usaron para diseñar los primeros centros penitenciarios también se implementaron en la construcción o distribución de los espacios en los centros escolares. Quizá el principio sea que, mientras en las cárceles se desarrollan procesos de readaptación, en la escuela los alumnos asumen procesos de adaptación. La realidad ha demostrado que en los espacios donde la gestión de directivos y la terquedad de algunos docentes de pensar en una escuela distinta al modelo tradicional, es en donde se han logrado mejores resultados. Por tales razones, parece importante investigar cuál sería el diseño que debe tener el inmueble de la escuela. Además de explicar y justificar las razones de porqué la escuela debe contar con los materiales para desarrollar sus programas académicos: dotar a los centros de materiales para los laboratorios, libros en las bibliotecas y herramientas para las actividades relacionadas con la actividad física.
- Pertinencia de prácticas educativas. Los individuos, ocasionalmente, presentan rasgos de genialidad y, aunque parezca inverosímil, la liebre salta donde menos pensamos. Aurelio Nuño cuando fungió como secretario de Educación en una entrevista donde pretendía defender una reforma educativa sin pies ni cabeza dijo: buscamos que los mejores docentes estén en las aulas, por eso es necesario evaluarlos. La idea es digna de destacar porque los procesos de enseñanza y aprendizaje requieren maestros que acudan a las herramientas viables y a mecanismos eficaces para lograr que los alumnos adquieran los aprendizajes de los programas. Hablar de prácticas educativas pertinentes, por tanto, implica la descripción de cuáles son los diseños instruccionales más efectivos porque logran responder a las necesidades e intereses de los alumnos y, en consecuencia, disminuyen las barreras para el aprendizaje y la participación social. Ergo, la investigación para dilucidar las prácticas pertinentes adquiere un sentido de emergencia.
- Abordar los problemas sociales en el aula. En la actualidad la desigualdad y la marginación siguen representando facturas pendientes para el Estado Mexicano. Ignorar o postergar su tratamiento puede considerarse, además de una terrible omisión, una de las causas en el detrimento del tejido social y de la pérdida del sentido de la escuela como lugar para abordar y ofrecer estrategias para solucionar los problemas sociales. En la actualidad, los alumnos no saben a qué asisten a la escuela formal y en un porcentaje elevado piensan que los procesos informales son más efectivos y aportan más a la solución de sus dificultades inmediatas. Ezra Pound decía que la poesía tenía la misión de fungir como la antena de la sociedad porque, la sensibilidad del poeta podía identificar si el rumbo de la especie era el indicado o no, el maestro, continuando con la analogía, debe usar sus herramientas para establecer relaciones que ayuden a identificar los problemas que aquejan a los alumnos y propiciar el diseño de alternativas de solución. ¿Cómo podemos derribar la muletilla construida en la evasión de los alumnos catalogados como problemáticos? Yo ya lo pasé, que lo repruebe la vida; yo solo batallo un año, sus padres sufrirán siempre.
- Capacitación docente. La capacitación hace referencia a los procesos de actualización. En una editorial previa, (https://revistaeducarnos.com/capacitacion-a-la-mexicana/) Capacitación a la mexicana, hemos planteado la necesidad de ofertar verdaderos programas de actualización en dos niveles: aspectos pedagógicos y actualización en los avances de las distintas disciplinas. Los cursos ofertados se presentan como bromas que no logran su cometido y tan solo se cursan para adquirir la cantidad de horas requeridas en los procesos de promoción.
- Violencia y acoso escolar. La primera condición para que se pueda posibilitar el aprendizaje consiste en que, los alumnos perciban a la escuela como un lugar seguro. La administración entrante en Jalisco con su Recrea 2.0 presentó su primer sueño prospectivo respecto a la supuesta eficacia en su modelo para abordar la violencia y acoso en la escuela con sus protocolos para la atención de situaciones de emergencia y vulnerabilidad. No tienen reparo en hablar de cifras, como si de eso únicamente se trata. Ayer El Informador en su primera plana publica como encabezado lo siguiente: Con protocolo, reducen acoso en escuelas de Jalisco. La nota habla de que a partir de la activación de las mágicas líneas de acción se pasó de los 195 casos reportados en el año 2023, a tan solo 145 en 2024, que tremenda barbaridad, verdad. https://www.informador.mx/jalisco/Bullying-Con-protocolo-reducen-acoso-en-escuelas-de-Jalisco-20250112-0028.html Me parece que la labor, como en tantas cosas que se presentan en los reportes oficiales, consiste en revisar las justificaciones de esos dichos, porque seamos claros, la evidencia empírica nos muestra que la violencia en las escuelas lejos de reducir, ha
Tenemos, por tanto, a partir de lo expuesto dos opciones, asumir la imposibilidad del cambio y aceptar el eterno retorno de las mismas prácticas con sus respuestas o, convertirnos en Sísifo que, a pesar de reconocer con plena certeza el final del camino, asumimos que tenemos la opción de elegir cómo luchar.
*Licenciado en Filosofía. Profesor en la Escuela Secundaria General 59 “Francisco Márquez”. [email protected]
La divina autoevaluacion. Quién está dispuesto a reconocer y asumir los errores que repetimos continuamente. Un dicho llega a mi mente. Mil veces repetir la misma mentira se vuelve verdad……
El artículo presentado por el autor (que es mi amigo) sobre la supuesta reducción de casos de acoso escolar en Jalisco gracias a la implementación de protocolos genera más preguntas que respuestas. Si bien los números pueden parecer alentadores a primera vista —de 195 casos reportados en 2023 a 145 en 2024—, debemos preguntarnos si estas cifras reflejan realmente una mejora en las condiciones escolares o simplemente una disminución en la disposición a reportar casos.
La confianza ciega en las estadísticas como indicador del éxito de las políticas públicas puede ser peligrosa, especialmente cuando no se acompaña de una evaluación cualitativa de su impacto. ¿Qué tan eficaces son realmente estos protocolos? ¿Qué experiencia tienen los estudiantes, padres y docentes al interactuar con ellos? ¿Se sienten más seguros, apoyados y comprendidos o simplemente encuentran nuevas barreras burocráticas? Reducir la violencia escolar a números es deshumanizar un problema que, en su esencia, es profundamente humano.
Por otro lado, la metáfora de Sísifo resuena en este contexto. Parece que estamos atrapados en un ciclo donde las soluciones temporales se presentan como cambios estructurales. Sin embargo, al igual que Sísifo empuja su roca hacia la cima solo para verla caer nuevamente, estos protocolos parecen destinados a perpetuar un esfuerzo continuo sin transformar realmente el sistema que permite que el acoso escolar exista.
La lucha contra la violencia escolar no puede basarse únicamente en justificar cifras. Es momento de trascender las narrativas cómodas y enfrentarnos a la complejidad del problema, incluso si ello implica cuestionar las estructuras educativas y sociales que, en muchos casos, perpetúan el acoso. Elegir luchar, como Sísifo, no significa aceptar la inutilidad del esfuerzo, sino encontrar significado y transformación en el proceso, sin resignarnos a las justificaciones numéricas vacías.
Pareciera que el simple hecho de reglamentar es tener la varita mágica para desaparecer el problema cuando no se hace el menor esfuerzo por combatir el problema, si no buscar responsables.
Feax reflexión. Me hace recordar a todos aquellos proyectos que presenté en la que fue mi casa política y nunca se pudieron poner en pie. Falta de recursos no hay agenda, no hay espacio, bla, bla bla. En fin, habemos docentes, profesionales, padres de familiama y estudiantes capaces de crear, cambiar y mejorar, pero es más fácil bloquear.
Excelente texto.
👏🏻👏🏻👏🏻