I.A… ¡Al estilo Jalisco!

Luis Christian Velázquez Magallanes*

“Su internet en las escuelas no funciona, es muy lento.
Y no podemos usar la computadora que prestaron en comodato.
Aparte, no se puede trabajar con Office”.
Maestro comentando en un webinar de la SEJ sobre I.A.

La inteligencia se define como la capacidad de aprender, entender, reflexionar y resolver problemas de manera inmediata. Ser inteligente no significa ser listo o erudito; la inteligencia ostenta la capacidad para aplicar lo que se sabe en la solución de conflictos.
La inteligencia incluye capacidades como el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad. Luego entonces, inferimos que los sujetos inteligentes son aquellos que pueden resolver diversas complejidades adaptando categorías de análisis en la creación de respuestas eficaces.
Platón, al explicar qué es la inteligencia, recurre a narraciones dignas de revisar a profundidad. En su diálogo, Fedro desarrolla el mito del Auriga o Carro alado. Platón considera que el hombre que pretende ser inteligente debe procurar la búsqueda permanente de la verdad a través de la reflexión o pensamiento crítico; conocer es recordar.
El Auriga alada se utiliza como una metáfora para simbolizar el proceso complejo de pensar mediante habilidades cognitivas superiores. Para Platón, el alma (entiéndase la razón) es una Auriga movida por dos caballos: uno blanco que representa el lado noble y bello del alma con una tendencia a la búsqueda de la verdad, la belleza y el bien; el otro es un corcel negro que representa la parte más instintiva del hombre; las pasiones y deseos desenfrenados como la ira, el orgullo y los placeres sensuales lo constituyen.
La razón, al ser conductor del Auriga, debe dirigir el coche hacia el descubrimiento de la verdad, la belleza y el bien, pero el reto se encuentra en que, cada caballo tiende a una dirección contraria; mientras que uno siempre se quiere dejar llevar por lo efímero e instantáneo, el otro quiere encontrar la verdad. El deber del hombre, entonces, se centra en controlar las pasiones del caballo negro para que la dirección del blanco nos conduzca a la verdad.
El mito del Auriga tiene un complemento con el mito de la Caverna que se plantea en el diálogo llamado La República. Si el hombre debe controlar sus pasiones para dar prioridad a las facultades intelectivas, ahora la pregunta es qué es la verdad como tal y qué es la apariencia. Los griegos presentaban una distinción entre Episteme y Doxa. La Episteme hace referencia al saber objetivo y fundamentado y la Doxa agrupa lo que parece ser un conocimiento, pero es, únicamente, una opinión o creencia sin fundamento.
El mito de la Caverna, por tanto, explica cómo el hombre, a pesar de reconocer la necesidad de encontrar la verdad, se deja llevar por las apariencias. Platón cuenta que los hombres están encerrados en una caverna oscura en donde solo pueden contemplar las sombras de los objetos que se proyectan a partir del fuego situado detrás de ellos. Con esas imágenes se construye una supuesta realidad y se utilizan como referentes para una especie de conocimiento, pero hasta dónde una sombra es un objeto en sí, el mismo sentido común indica que una sombra no es el objeto, y no se puede formular un conocimiento epistémico. Sombras nada más, entre tu vida y la mía.
La simplicidad del mito de la Caverna encierra elementos metafóricos inigualables: la oscuridad es sinónimo de ignorancia; el encierro y las ataduras representan cómo se adoptan sin ningún cuestionamiento prejuicios y sinsentidos como verdades universales; la luz simboliza la adquisición de la verdad.
La alegoría platónica narra cómo, con un esfuerzo desmedido, un hombre logra salir de la Caverna y contempla la realidad en sí; su impacto fue tal que, de inmediato, regresó para contar a los demás su descubrimiento e intentó persuadirlos de usar la misma ruta u otra. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
La reflexión planteada por Platón sobre la inteligencia posibilita la revisión de los programas presentados por las autoridades educativas actuales. Es crucial analizar hasta dónde sus panaceas son verdades en sí o solo el acercamiento a una sombra. A whiter shade of pale.
La modernidad ha llegado a un punto de inflexión porque es importante preguntar y reflexionar cómo se incorporan a las diferentes políticas públicas los avances de las diferentes áreas del conocimiento.
Existe un boom desmedido por la Inteligencia Artificial, prácticamente en todos los sectores se intenta incorporar con el propósito de mejorar los resultados o para incrementar su eficacia. Quizá, vale la pena volver a leer a Heidegger o a Sartre para pensar la necesidad o no de regresar a la razón instrumental.
En este sentido, el Estado tiene el deber moral de revisar cómo se incorporan los avances del saber en los programas educativos porque, una cosa es hacerlo seriamente y, otra, desde la ocurrencia. De qué sirve tanta discusión sobre la necesidad de diseñar procesos de mejora continua supervisados y dinámicos si la misma autoridad no elabora un plan con ejes fundamentales para su desarrollo y contextualización.
Durante la jornada del consejo técnico escolar del pasado mes de febrero, el secretario de Educación y el gobernador de Jalisco presentaron un programa que busca que los procesos de enseñanza-aprendizaje involucren a la Inteligencia Artificial. La presentación cayó en todo aquello que los pensadores griegos despreciaban.

• En primer lugar, les pareció correcto silenciar o desactivar el chat en vivo durante la presentación porque, desde su perspectiva, una idea genial no podía contaminarse con las críticas de un grupo de docentes enojados por las diversas pifias de los administradores de la educación. Entonces, están desinteresados en sentar las bases para debatir la pertinencia o no de sus propuestas; mejor ignorar y callar.
• En segundo lugar, su programa carece de un estudio preliminar, porque el uso de la inteligencia artificial requiere de un servicio de internet que garantice estabilidad en la navegación y, lamentablemente, la Red Jalisco no ha dado el servicio para la cantidad de usuarios que se conectan. Además, antes de pensar en dotar de tecnología a los procesos escolares, deberían hacer una revisión para equipar de mobiliario digno y resolver los problemas de infraestructura de las escuelas. ¿O acaso es necesario que se caiga otra barda?
• En tercer lugar, es importante someter las políticas educativas a un análisis severo porque la administración vigente ha dado visos de construir modelos a partir de doxas o apariencias. Las verdaderas reformas surgen de la comprensión de los contextos y sus problemas, o, a poco, no se puede construir una política educativa basada en saberes argumentados y sólidos. Es complicado, cuando a la administración vigente solo le interesa la política del spot publicitario.

La auriga de la educación del Estado, luego entonces, tiene a un par de conductores que no han procurado cuidar la tendencia del corcel virtuoso porque, la mayoría de sus decisiones se basan en la satisfacción del culto a la personalidad y, como ya sabemos, finalmente es más sencillo caer en los placeres efímeros y superficiales, pero eso sí, al estilo Jalisco.

*Licenciado en Filosofía. Profesor en la Escuela Secundaria General 59 “Francisco Márquez”. [email protected]