Humedades

 In Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

La estación del verano sorprende en la geografía de Jalisco con generosas lluvias.
La psicología social de los contemplativos, al recorrer sus cortinas, al abrir sus ventanas, tiende en general a la paz, mientras Israel y Estados Unidos, con bombas, colapsan la paz universal, la paz de muchos; mientras Irán, con misiles, evade domos de hierro y llega a ciudades como Tel Aviv, Haifa o Jerusalén.
La frágil tregua y el Medio Oriente en tensión creciente.
Ciudades como Guadalajara, que se ha atrevido a optar por una opción política que apenas hace tradición y gobernanza, no ha podido hacer reingeniería fluvial eficaz y padece de nueva cuenta el flagelo de las inundaciones y pasos a desnivel.
Las humedades y las lluvias, la ingobernabilidad de las fuerzas naturales y la ausencia de talento y disposición política para soluciones de fondo, las inundaciones y las pérdidas, la cultura de protección civil en formación.
Los cambios y las transiciones democráticas que se alternan una tras otra y que, inútiles y ausentes de compromiso social, se montan sobre el poder donde hay recursos y potencial y desdeñan áreas invisibles de drenajes y alcantarillados.
Los automovilistas y usuarios del transporte, pecadores urbanos que pagan peaje en la selva de asfalto, se suman a una vialidad colapsada por la explosión demográfica de automotores y padecen resignados los atrasos ante un sistema de semáforos falible agravado por las precipitaciones copiosas.
Los pasos de la muerte a desnivel, los usuarios varados como parte del escenario de riesgo en donde ni la Secretaría de Vialidad ni Protección Civil tienen capacidad oportuna de respuesta.
Para el transeúnte es el momento de sacar los impermeables o los paraguas chinos de varillas chuecas y sobrevivir al campo minado y privatizado que son las banquetas públicas.
Para el hombre y la mujer, ciudadano común, la puesta a prueba de la calidad de sus viviendas, en particular de bóvedas y techos ante la humedad imparable y el riego por goteo de salas, cocinas y habitaciones.
El verano, las lluvias y las humedades, el imperativo de mantener las escuelas, distraídas ahora en actividades sustantivas como el cierre del proceso de aprendizajes y tareas de evaluación y emisión de boletas y certificados, en actividades de organización de la octava sesión ordinaria de Consejo Técnico Escolar.
Los árboles y bardas que representan riesgos de caídas, los accesos inundados y la humedad que pone en riesgo instalaciones eléctricas y fontanería, el acervo de biblioteca, materiales de papelería y computadoras.
Las actitudes y apresuramiento en materia de calificaciones, los alumnos y alumnas que asisten poco, en parte porque llueve, en parte porque se saben evaluados.
Indiferentes, el credencialismo campea como horizonte del mes de junio.
El incidente crítico en materia de aprendizajes reales y evaluación formativa en el que se ha convertido el ajuste al calendario escolar.
La Nueva Escuela Mexicana y el proyecto Jalisco en un ciclo escolar de transición de poderes ejecutivos nacional y estatal.
Las continuidades y discontinuidades, el tejido imposible de la calidad en condiciones de guillotina del tiempo real de aprendizaje.
Los proyectos de izquierda y de derecha ideológicamente incompatibles que, por la magia de la coexistencia política, dejan ser y hacer en una especie de laissez faire consentido; cuando es flexible la rectoría del Estado en materia educativa, las confusiones de las direcciones, las rutas sin punto de llegada, el telón del fin de un ciclo escolar en un tercer trimestre acotado por la anormalidad mínima en materia de asistencia y puntualidad.
Los aprendizajes que no hicieron nido a tiempo, que no llegan por la ruta corta y en los mínimos segunderos de trabajo formativo, mosaico de calidades diferenciadas en el salón de clases.
El gobierno nacional y la agenda de elecciones en el poder judicial, la finta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la calidad y excelencia en deterioro crónico en entidades federativas del sur donde suenan y se dicen proyectos alternativos y se proponen epistemologías del sur, pero hay un primer momento discutible de vaciamiento de futuro de las nuevas generaciones de niñas, niños y adolescentes.
Las secciones sindicales en Jalisco en busca de espacios y poder, el gobierno estatal urgente de legitimidad, el servicio educativo como balón de fútbol a la deriva de sus pateadores amateur.
Los humedales ideológicos que trasvasan ideas en la coyuntura y sueños de descolonización que a ese paso serán imposibles.
Los bastiones de la derecha que no juegan en lo que atañe a su proyecto formativo clasista y sectario. Los profesores apolíticos, contemplativos y oportunistas adscritos a un proyecto educativo migajero que vende su débil conciencia social y da la espalda al gremio y a los compañeros de clase, lucha y resistencia.
La sequía organizativa y pobreza de miras en la planeación participativa en las formaciones y deformaciones inicial y continua, discontinua de los y las docentes.
Las maestras y maestros y su hartazgo que regurgitan la oferta de cursillos intrascendentes y desalineados, los que gastan su tiempo de descanso observando vitrinas en las plazas comerciales o paseando perros en parques y jardines.
Los que nombran actualización y capacitación a cualquier cosa, las humedades del corpus formativo pedagógico.
La lluvia ácida de deformaciones prealfabetizadoras de papel y medios digitales.
La colonización e ingenuidades en la propuesta donde se proponen vacíos como la formación del carácter hecha en IPADE o la capacitación en inteligencias artificiales importadas.
La formación continua errática en su propio laberinto, cocinado al caldo de una masa crítica ayuna en ideas pedagógicas.
La holganza intelectual como desafío en colchones y marcos reproductores indeformables, la somnolencia en la hamaca donde acurrucan manos externas las actitudes.
La formación inicial pública, politizada y desfondada, a la que le ganan el mandado proyectitos privados “patito” sin supervisión, que impunes se lucen con padrinazgos en tiempo de clausuras; vendedores de ilusiones a la cacería de más clientes sin exigencias mínimas.
Las humedades donde se pierden ética y perfiles profesionales.
La lluvia y la llovizna que mojan más territorio de la iniciativa privada en lo que por definición es público.
Cohortes de alumnos del primer ciclo de la educación primaria, paganos del derecho al descanso de un magisterio que acepta ser masa acrítica de un sindicalismo que le vende el tiempo que es de los niños y adolescentes.
Masas que se montan en lentes oscuros de ceguera deontológica y paradigmática, incapaz de solidaridad de clase, incapaz de conciliar contradicciones.
Las humedades que no encuentran lista la buena simiente en las escuelas en un ciclo escolar que ya escucha otra vez las golondrinas.

*Doctor en Educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Showing 2 comments
  • Gris Gomez

    Padécenos la falta de voluntad política para resolver a fondo el problema de las inundaciones en la zona metropolitana, invertir en la construcción de un sistema de drenaje profundo y la captación de agua de lluvia para abastecer las necesidades de los pobladores en su rehuso y potabilización, sería tal vez, una alternativa de solución. Solo es necesario que en vez de invertir en obras relumbrantes, se cuente con voluntad para las obras que quedan bajo tierra, que no se ven, pero que en estos momentos son fundamentales.

  • Maria Catalina González Pérez

    Después de la tormenta viene la calma. Y de veremos la pasividad y letargo de quienes las lluvias pasan como una molestia. Y también veremos a quienes portando esperanza y utopías entre sus materiales educativos, llegarán a la escuela para recibir a sus estudiantes en un nuevo ciclo escolar. Muchos cruzarán senderos, veredas, arroyos y ríos para acudir con empeño. Se treparán a camiones de redilas o algún medio de transporte y ahí estarán en el cumplimiento de su deber con lo que puedan y tengan a la mano. También están maestras y maestros que no se rinden, aunque el sistema los ha mal-tratado y olvidado,, no renuncian. Y enmedio de la precariedad, verán la oportunidad. Así hay, de verdad que si. Tengo la esperanza que sí.

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