¿Habrá un segundo piso del proyecto Recrea para la educación en Jalisco?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Así como la práctica de las y los docentes que tienden a repetir lo que les da buenos resultados, así también las políticas educativas exitosas no se repiten, pero sí se replican en ámbitos más amplios o en otros ámbitos o contextos del propio sistema.
De esta manera, tuvimos en la administración pasada un experimento político del laboratorio de la pedagogía; dicho fenómeno tuvo el nombre de Recrea. Recrea, después de ser una idea brillante de algunos colegas, se fue tornando más adelante en un proyecto hasta intentar convertirse en política pública. Sus fundamentos están sustentados en las Comunidades de Aprendizaje para la Vida, llamadas (CAV), en la relación escuela con la comunidad y junto con otro componente que debiera ser transversal: el uso y, hasta cierto punto, la dependencia con el uso de los avances tecnológicos. De esta manera, Recrea se convirtió en los hechos en otro competidor con relación a la propuesta federal de la Nueva Escuela Mexicana (NEM); desde aquí se generaban iniciativas en oposición a lo que se sugería desde el centro.
El problema de Recrea es de dos tipos:

a) Por un lado, que no fue capaz de incidir significativamente en la conformación de una nueva cultura de participación e involucramiento por parte de las comunidades educativas, léase las y los maestros en servicio de todos los niveles educativos.
b) Y, por el otro, Recrea no tiene la capacidad de demostrar avances educativos de manera objetivable, ni a través de narrativas docentes, ni tampoco a través de mejoras en los aprendizajes, ni de garantizar la incidencia en la capacidad de participación de los sujetos en comunidad. Mucho menos, en poder presumir la claridad en cuanto avance en los resultados educativos. Todo esto molesta a los aplaudidores del sistema, a los que les incomoda la crítica, pero a lo único que se han concretado es a maquillar informes y ha generado un monumento a la mentira.

La pregunta de fondo es: ¿Se justifica un segundo piso de Recrea para los primeros meses de este sexenio? Yo diría que sería conveniente corregir la plana de su propia hechura, de tal manera que no reincidan en todo aquello que salió mal.
Los arquitectos del proyecto Recrea deberán ser más creativos e imaginativos al pensar en construir una propuesta desde abajo y entre todas y todos. Desmantelar la dependencia y la obsesión por la tecnología y pensar más en una forma humanista de proceder. Menos tecnología y más convivencia e interacción directa.
Un segundo piso de Recrea debería estar sustentado en incluir aquellas áreas o aquellas instancias que quedaron al margen de la experiencia anterior, pensar más en pilotajes y en convocatorias abiertas para dar lugar al involucramiento de las y los docentes, considerando, en todo momento, la disposición para participar. Repetir la realización de eventos faraónicos; lo único que demostró fue la riqueza de lo que no existe y la pobreza de lo que está abajo (en la realidad de todos los días).
Además, es importante considerar que los recursos públicos en estos tiempos de austeridad no están o no debieran estar fincados en el derroche y el gasto en cosas que no aportan.
Para las comunidades de aprendizaje, sobre todo en lo que concierne a las y los docentes, se trataría ahora de editar material de distintos textos para estudiar y organizar seminarios permanentes, cuyo corazón sea la mejora de las prácticas, dialogar entre pares y dialogar con expertos y la parte fundamental en la conformación de una propuesta seria de mejora; sería la conformación de un complejo dispositivo de acompañamiento al trabajo de las y los docentes.
Acompañar con una mirada que retroalimente todas aquellas cosas que se hacen bien y sugerir algunas alternativas para la mejora en aquellas situaciones, hasta cierto punto inconsistentes. Habría que pensar en la conformación de un nuevo entramado institucional que ponga a dialogar horizontalmente a los funcionarios educativos con los actores de abajo.
El sexenio pasado ensayaron demasiado y la simulación le ganó y, en mucho, a la seriedad educativa; hoy se trata de invertir la mirada, ser más modestos y concretizar las propuestas en pequeñas cosas, pero a profundidad.
El problema de Recrea es que nace y tal vez morirá en el corazón mismo del centro del poder en el sistema; las periferias y los grupos que laboran en la marginalidad tal vez jamás se enteren de que existe una propuesta para la mejora. ¿Cómo hacer que la periferia cobre protagonismo y el centro ceda gran parte del poder que ostenta? Ese es el verdadero dilema del cambio; lo demás seguirán siendo discursos vacíos y lugares comunes como los que vivimos en todos los años anteriores.
Un segundo piso de Recrea no suena pertinente, debido a que compromete a sus hacedores a superar lo hecho en la experiencia anterior. ¿Podrán conseguirlo? Yo lo dudo.

*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]

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