H2O, NaCl, Co2
Luis Rodolfo Morán Quiroz*
Sin agua no seríamos, pues resulta que más de la mitad de nuestro peso corporal (entre 60 y 75%, según la edad) está compuesto por ella. Así que tenemos que abastecernos de ella constantemente. Además de ese compuesto, hay otros más que resultan importantes para la salud. Entre ellos, la sal que muchas personas añaden a sus alimentos, aunque ya muchos de ellos la contienen. El sodio y el yodo que suele añadírsele a la sal que se vende en los mercados contribuyen a la neurotransmisión y a la función de la tiroides. Por su parte, el bióxido de carbono resulta un elemento importante en la fotosíntesis, aunque la industrialización, los incendios y los motores de combustión interna que utilizamos para nuestros medios de transporte generan niveles que resultan en el calentamiento del planeta con el consecuente derretimiento de los casquetes glaciares.
Estos tres compuestos nos dan una idea de la gran cantidad de procesos químicos necesarios para la vida y el funcionamiento de los organismos. La búsqueda del agua y la huida de las consecuencias de la contaminación de ésta o del aire se encuentran entre los motivos para el desplazamiento de las poblaciones de diversas especies animales, ya sea cíclica o definitivamente (MIGRACIONES EXTREMAS | Animales que Recorren el Mundo en Busca de Vida – Documental Animales). Como animales, debemos tener agua a nuestra disposición a lo largo de nuestras vidas y, en la medida de lo posible, suficientemente libre de elementos perjudiciales como para servir para nuestra reconstitución. Mientras, en semanas recientes, nos hemos visto inundados y casi intoxicados por las noticias en torno a los aranceles aplicados por el gobierno de Trump y su muy salado humor, se celebró el Día Mundial del Agua el pasado 22 de marzo. La fecha no es despreciable, pues es una marca en el calendario para recordarnos nuestra interacción con un recurso por el que competimos y que, cada día más, es más costoso conseguir y por el que han aumentado los conflictos entre los humanos.
Mientras que en la ciudad de Nueva York se preocupan por la urgencia de encontrar métodos alternativos para derretir las nieves invernales, en vez de verter sal sobre ellas, para evitar la contaminación del agua de la región. Se predice que para el año 2108 el agua potable será muy escasa en esa metrópoli, en parte debido a esta estrategia asociada a las dificultades del invierno (Estudio advierte que el agua potable de Nueva York está en riesgo por el uso de sal en carreteras – Infobae). En otras latitudes, continúa la preocupación por la lluvia ácida, provocada en buena parte por los gases que se unen al agua de lluvia en su trayecto. La erosión y la contaminación hacen perder fertilidad a las tierras y pueden derivar en sequías, al mismo tiempo que en otros lugares se generan inundaciones que también inciden en la producción agrícola, además de derivar en riesgos para la vida animal y vegetal.
A veces percibimos los conflictos por el agua de manera local, cuando en nuestros barrios, viviendas o escuelas nos encontramos con una escasa dotación de agua potable, mientras somos testigos de la presencia de aguas contaminadas. O lo notamos por el aumento en el precio de las diversas presentaciones del agua a la que tenemos acceso. El caso es que la cantidad de conflictos por el agua ha aumentado (https://www.statista.com/chart/34162/number-of-water-conflicts-worldwide/) y en la actualidad se registran cerca de mil conflictos en el mundo, siendo que hace medio siglo el registro de estos conflictos se ubicaba apenas en cincuenta en todo el planeta. Mientras tanto, nos encaminamos a lo que podríamos llamar una “permacrisis” por el agua y, según algunos analistas, todo indica que los gobiernos y las sociedades no están adecuadamente preparadas (The Future Water Crisis: Are We Prepared for the Worst or Best Case? https://www.globalwaterforum.org/2025/02/13/the-future-water-crisis-are-we-prepared-for-the-worst-or-best-case/).
¿Qué nos espera mientras llega la temporada de lluvias? ¿Cómo se han preparado los diversos gobiernos y qué agencias controlan el abastecimiento y el acceso al agua? Mientras seguimos preocupados por las reservas de petróleo, que derivarán en mayores cantidades de CO2 en el aire y el agua, nos distraemos de la necesidad del manejo racional de las reservas acuíferas. Así, el acceso a los recursos hídricos no es equitativo en el planeta. No sólo por las condiciones orográficas, sino también por las políticas para su uso, tratamiento, almacenamiento y distribución en diversas actividades. El monitoreo del agua en nuestro país muestra que la sequía puede darse incluso en zonas junto a los océanos, pues no es tarea fácil desalinizar este recurso, ni en México ni en el mundo (Monitor de Sequía en México). Los ciclos de sequía y de inundaciones en diversas regiones del mundo y de nuestro país pueden incluso ser simultáneos, como hemos experimentado en fechas recientes. Por citar dos ejemplos, mientras hubo inundaciones y pérdidas de vidas en Tamaulipas (https://www.milenio.com/estados/lluvias-tamaulipas-hoy-28-de-marzo-inundaciones-en-reynosa-en-vivo), hubo sequía en otras regiones de Chihuahua (A sequía excepcional, entraron Chihuahua y cuatro municipios más).
Mientras tanto, el gobierno federal en México ha convocado a realizar propuestas para el Plan Nacional Hídrico 2025 (que deberán entregarse antes del 31 de julio en https://app.conagua.gob.mx/forospnh/) y seguimos observando que nuestras actividades cotidianas inciden en el aumento de contaminación por bióxido de carbono. Los vehículos de combustión interna o eléctricos (a los que Trump pone aranceles si llegan de fuera de EEUU) siguen dominando nuestros modos de traslado y su producción o funcionamiento suele estar asociado con la contaminación por bióxido de carbono. Por otra parte, sabemos que en algunas regiones del país el acceso al agua potable se ve reducido por la comercialización de ésta y es más posible acceder a bebidas azucaradas que a agua en condición de ser bebestible. Las medidas no siempre responden a la lógica de asegurar el acceso al agua por parte de humanos y otros animales, además de la vegetación necesaria para diversas funciones asociadas a la preservación de la vida de flora y fauna. Una instancia de la que me he enterado recientemente es cómo los constructores proponen construir más presas (con el interés en obtener ganancias), con los consabidos riesgos de inundaciones o de evaporación del recurso, en vez de administrar adecuadamente las reservas existentes y las que llegan en las temporadas pluviales.
Una parte de los tratados internacionales conlleva negociaciones que, en el caso de México frente a Estados Unidos, han derivado en deudas de agua que hacen más compleja la administración del agua en regiones como el norte de México y que necesariamente conllevan también obras de reparación para las presas que contienen ese recurso (Esta es la deuda con EUA que vaciaría una presa mexicana). Ciertamente, todavía tenemos mucho por aprender acerca del manejo de los recursos que sostienen la vida en el planeta. Se podría decir que ese conocimiento constituye una buena parte de la sal de la vida (https://www.elsenderodelchaman.com/leyendas-y-mitos-ancestrales/la-sal-de-la-vida/).
*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. [email protected]
Excelente información. Hay que cuidar el agua y a la madre tierra.
Ciertamente muy interesante; en Gdl. las tarifas han aumentado considerablemente este año con respecto del anterior.