Gobierno en transición y educación suspendida
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
En los primeros días del mes de diciembre, Enrique Alfaro hará entrega de la estafeta del gobierno del estado de Jalisco a Pablo Lemus Navarro, después de que el tribunal federal electoral emitiera su fallo a favor del segundo, y después, también, de un proceso electoral llevado a cabo el 2 de junio, plagado de un sinfín de irregularidades. La decisión del tribunal -se dice por ahí- no fue del tribunal, sino de una negociación con la dirigencia de MORENA en Jalisco.
El gobierno de Jalisco, aún con el mismo partido político (MC), y con el mismo grupo político, vivirá una transición natural. El gobierno de Enrique Alfaro se va, pero no quiere irse del todo y llega el gobierno de Pablo Lemus, pero no sabe claramente cómo llegar.
Enrique Alfaro, el gobernador que se va, es un personaje sui generis con una personalidad sociopática, acostumbrado a mandar y a no reconocer los errores propios. El incumplimiento de promesas y la deuda de 15 mil desaparecidos en el estado, de los cuales a las familias solo se les dice mentiras y evasivas.
Pablo Lemus se hará cargo formalmente del gobierno, pero tendrá cerca la persecución incesante de quien le dice que él lo puso, el cual querrá presionarlo y chantajearlo permanentemente. Será el tiempo y las acciones que servirán para que pueda desplegar su estilo propio de gobernar; me refiero al gobernador entrante.
Del otro lado, en la cara oculta de la luna, aparece la educación como un deseo o una utopía; ahí Pablo Lemus nuevamente deberá ceder sobre la base de la presión y el cobro de facturas, y no de un compromiso auténtico de cara a la sociedad. Recuérdese que Enrique Alfaro ganó la gubernatura con 2 millones de votos que le hizo llegar el PAN en 2018, y hoy los panistas de Jalisco también quieren presionar y cobrar facturas, pero ya no tienen autoridad para hacerlo. El PAN en Jalisco apostó, al igual que el PRI y el PRD, por el caballo equivocado, y aunque la tendencia nacional es a favor de MORENA, MC aún tendrá oxígeno en Jalisco por seis años más.
La disputa por la titularidad de la SEJ es una disputa absurda; Pablo Lemus tiene presiones de todos los flancos y, de nuevo, su antecesor quiere imponer a la persona que dirija desde Avenida Central (o Servidor Público) en Zapopan, Jalisco. Aquí el gobernador entrante tiene una oportunidad de oro para desplegar un proyecto que le dé legitimidad a su gobierno y que le sirva para ganar aceptación en una sociedad dividida y confrontada.
La historia reciente en Jalisco ha sido un proceso de espejismos y de engaños sistemáticos; el proyecto Recrea fue un proyecto de oropel, con moño y celofán de lujo, pero vacío por dentro; hoy a Pablo Lemus se le presenta una oportunidad de oro para ponerle contenido al proyecto educativo.
Ante un gobierno en transición, la educación en Jalisco está suspendida y se torna en un vacío a la espera de ideas y de propuestas valiosas, de proyectos y de acciones, que -cómo decían los antiguos aztecas- le ponga rostro y corazón al proyecto educativo de Jalisco, el cual arrancará en pocos días.
*Doctor en educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]