Futuro de la educación

 In Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

Con alguna frecuencia aparecen estudios prospectivos de la educación nacional para hacer notar dos situaciones cuyas características afectan a la educación. Un tipo de estudios centra su reflexión y predicción en la superación de los defectos actuales y los modos cómo se pueden combatirlos o, al menos, disminuir su influencia en el futuro. Por ejemplo, hoy se considera difícil utilizar un currículo flexible capaz de proponer diferentes procesos para estudiantes con diversas características. ¿Puede un maestro o maestra único en un salón de 30–40 estudiantes atenderlos con diversos modos de aprender dadas sus dotes cerebrales?
La uniformidad de impartición y estudio de un cierto contenido establecido en el “programa” de cada materia dicta al maestro o maestra un desempeño determinado con el cual se espera que los y las estudiantes aprendan ese contenido programado en el libro, en el programa o en la planeación del maestro. En esta primera situación el futuro está establecido desde el día en que se “aprobó”.
Escapar a esta situación puede darse con otro punto de partida. La segunda situación que afecta a la educación en el presente viene del futuro. Puesto que en el futuro la educación digital, la inteligencia artificial y la comunicación instantánea entre las personas y los grupos serán una realidad, abandonemos lo establecido.
Pensemos en el futuro, determinemos cómo será y con qué rapidez se acercará a la escuela de todos los días y, con base en estos nuevos estudios y recursos, definamos las enseñanzas, contenidos y métodos cuyas características ayudarán con más rapidez a lograr atender, por los hombres y mujeres educados frente al futuro, las necesidades y demandas de ese mundo. La escuela propondrá aprendizajes para comprender y actuar en los problemas y demandas del mundo dentro de 50 años.
En síntesis, las dos situaciones educativas se podrían describir así: 1. Las nuevas tecnologías están avanzando a pasos gigantes. Por eso aprendamos con lo ya probado y demostrado, pues así se tendrán las herramientas para reconocer las nuevas tecnologías cuando lleguen de manera cabal. 2. Lo que el futuro demanda es otro hombre educado, diferente del de hoy. Podemos empezar a edificar el nuevo edificio educador si aprendemos con las nuevas tecnologías, con sus nuevas bases para el acto educativo: libre, construido por cada estudiante, sustentado en la rapidez de respuesta a los problemas con armas tecnológicas de última generación. El mundo del futuro requiere gran rapidez y seguridad en las tareas intelectuales necesarias para dirigir el mundo y resolver las angustias de la población.
Parece más probable un futuro de la educación basado en los apoyos tecnológicos cuyas características de operación son compatibles con proporcionar información e instrucciones para utilizarla o, de plano, usar la capacidad de la tecnología para resolver los problemas, y el estudiante sólo requiera aprender a aprovechar las posibilidades de la inteligencia artificial con los datos necesarios y pertinentes.
Y, sin embargo, el futuro de la educación no puede ser sólo de base tecnológica. Hoy como antes la educación será cada vez una tarea más honda, compleja e intensa. Al final, la máquina ayudará, incluso más fuerte y decisiva que antes, a profesores y estudiantes a buscar y conseguir más y mejores claridades sobre los problemas de la escuela y del mundo. Y quienes decidan “cuáles” teclas ofrecerán una ayuda sustancial a la construcción del aprendizaje de cada estudiante y de los pueblos en su conjunto; seguirán siendo docentes, quienes ahora están llamados a ser unos expertos en el aprovechamiento de las ingentes posibilidades de la tecnología digital y sus desarrollos.
El futuro de la educación, así, depende de cada día mayor capacidad de aprender a aprender, sobre todo lo que nos demanda nuestra compleja realidad humana y, sí, la capacidad de resolver, juntos y reunidos, esas demandas.

*Doctor en Filosofía de la Educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). mbazdres@iteso.mx

Comments
  • Maria Catalina González Pérez
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    Retos que hay que afrontar para seguir vigentes en nuestras prácticas. El futuro ya está aquí, prácticamente. Los cambios son vertiginosos. ¿El sistema educativo está listo? ¿Está preparado? ¿Los docentes estamos dispuestos?

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