Futuro

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

La noción temporal de futuro vende bien en el tianguis de ideas políticas que ha llevado a posicionar a partidos políticos como el PAN (1938), Movimiento Ciudadano (2011) y el partido político en Jalisco llamado justamente Futuro (nacido como proyecto personal de un candidato independiente y luego autorizado en 2020 por Instituto Electoral y de Participación Ciudadana en Jalisco).
En el decir de actores (PAN-MC) mirar hacia el futuro implica una negación de las prácticas de gobierno ancladas en el pasado.
Vaya dimensión temporal débil en la que deviene la estrategia política de convencimiento a la ciudadanía y, sin embargo, los votan.
Votar por lo nuevo y por lo futuro porque los partidos del pasado ya fallaron.
Se ha dicho en otro momento que la visión fragmentada y ahistórica es propia de los gobiernos oligárquicos o de tinte nazi o fascista; de tinte conservador, de discurso y mensajes vacíos de oradores con facilidad de palabra, cojos de ideales y compromisos con el pueblo.
Líderes nefastos que le rinden cuentas a sus patrocinadores de campaña, que marean masas populares hastiadas, con retórica de promesas sin piso.
Seguridad, mejor salud, mejor vivienda típicas promesas a una ciudadanía acrítica concentrada en la supervivencia y en la frágil calidad de vida del salario mínimo.
Apostar a que las masas exacerben su ceguera sobre su propia historia, a infundir miedo, a vender la idea falsa de que “Estamos bien así” es parte del entramado ideológico en el que deviene la toma del poder de manera tersa y aparentemente democrática.
Consenso social con ceguera paradigmática aunado al trabajo sistemático del matrimonio dinero-clero que bautiza rostros y otorga visto bueno de los dueños del dinero que se apropian con gobiernitos a modo del Estado como medio y monopolio de la fuerza militar y policíaca, que perpetúan mediante una miscelánea fiscal y empréstitos, condiciones de evidente injusticia social.
Simulacros en el sistema de información de justicia, parafernalia mediática que queda en nada, en purificación recíproca de prácticas de corrupción una y otra vez en materia de mal uso de recursos públicos.
En esta aguas devienen los usurpadores del poder de las mayorías en algunas entidades federativas y municipios, en algunos escaños del congreso, atrincherados en una oposición al pueblo mismo, que obnubilado por cancioncillas y parafernalia de mercadotecnia política, cede en las urnas poder y soberanía.
El cambio en las urnas que no produce las transformaciones necesarias en las grandes demandas y necesidades, en rubros como seguridad “Privada”, educación inamovible y salud “Seguro Popular” entre otros déficits.
Las ruedas lentas en las que deviene la transformación porque en la rueca política se hilan permanentemente biografías y ambiciones de políticos inmorales nuevos y viejos.
Con la cortina de humo en primer plano ofrecen una falaz alternativa en el debate nacional donde hay dos fuerzas en lucha de contrarios.
Los futuristas hueros intentan ante la ciudadanía ofrecer una atractiva oferta de gobierno diferente.
No ha sido tal pero logran confundir y dividir al electorado.
Las prácticas de gobierno ahistóricas y emergentes son, en los hechos, tiempo valioso perdido para la ciudadanía.
Involución, si se evalúan obras, resultados con sentido social.
Tal vez en el debate político, en la encarnizada lucha por obtener el poder, quepa un poco la visión de hacer democracia para elegir gobernantes que tomen las decisiones mañana.
Los periodos sexenales o trianuales son una apuesta que se vota hoy y se padece mañana, pasado mañana y tal vez por generaciones.
La promesa es parte del discurso para convencer y sorprender al electorado, esto es común en los partidos políticos atrincherados en las reformas estructurales surgidas de las aguas turbias del neoliberalismo que administran la democracia partidista localmente.
En pos del poder como fin, se sustenta la promoción de un gobierno diferente con todos los recursos lingüísticos y retóricos.
Una revisión rápida e inconsistente en datos de lo que llaman genéricamente “pasado” les permite construir la pasta frágil en la que adhieren las palabras al viento (cuerpo y esencia de la promesa) intento burdo de manipulación del abstracto tiempo futuro.
El nicho ideológico es secundario y se vende juventud como la nueva alternativa.
En las aguas tranquilas de la derecha donde flotan las naves de casi todos los partidos políticos en México se teme al electorado crítico, consciente, informado y participativo; el aquí y ahora, la evaluación de resultados y la contraloría social y política confirma que el futuro prometido por los partidos ahistóricos de la democracia neoliberal posterga los objetivos de desarrollo económico y social, tan necesarios al cambio del país.
Pero cualquier partido político, aun con la escasa diversidad ideológica que priva en las boletas electorales tiene su génesis en un contexto histórico, tiene un sentido de fundación estatutaria, filiación y competencia.
La era neoliberal en materia política en la sociedad mexicana ha dado a luz como parturienta descuidada a partidos coloridos derechosos emergentes que ya gestionan de mala manera la gobernabilidad elemental.
Todo inicio de año entraña una promesa de nuevas cosas, hay actitudes (verbalizadas colectivamente) para reinventarse y cambiar.
Es de personas comunes hablar y prometer-se para los días venideros, futuro como imaginario de que lo de hoy será mejor mañana.
Predecir el futuro como actividad lucrativa de metafísicos y astrólogos, de lectores de cartas de la suerte en el tarot hasta la bibliomancia; la fe ciega en juegos de azar, la ludopatia, la via corta al progreso a traves de un cachito de la Lotería Nacional.
El electorado con pensamiento mágico y con poca formación política.
La ciencia, la probabilidad y la estadística, el método científico y la capacidad de observación de los fenómenos sociales y naturales para vaticinar cierto tipo de fenómenos; el ejemplo de Tales de Mileto cuando el 28 de mayo del 585 a. de C. predijo un eclipse solar.
Tales de Mileto cobró importancia para sus contemporáneos, pues para ellos predijo el futuro, como ahora se hace en la experimentación científica o en la investigación médica o bioquímica.
Análisis de tendencias sistematizado.
La creencia y el pensamiento científico, la noción de futuro desde las matemáticas y la planeación prospectiva en la ciencia no política.
En el ensayo de ciencia política otra vez la debilidad del pensamiento científico y crítico de las mayorías tercas en elegir malos gobiernos.
La realidad política del año nuevo, la democracia como ciencia de la mentira y la promesa falsa como un cálculo económico, como una inversión en proyectos para manejar licitaciones y poder tomar decisiones de préstamos de dudosa aplicación en la mejora, las creativas formas en el marketing de venta de gobiernos enanos en planes de desarrollo incumplidos; las variadas formas de esquilmar lana de la ciudadanía como realidad de cada día.
2023, el futuro ineludible, la unidad de tiempo anual para evaluar y hacer mejor política nacional y local, la unidad de tiempo anual para que en la dimensión política de nuestro país toquen de nueva cuenta la puerta las ambiciones políticas partidistas en dos bandos.
La nueva oportunidad para construir moderna ciudadanía y tomar mejores decisiones políticas.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Griselda Gómez

    Gracias por la donación de su palabra.
    Urge la participación y formación del ciudadano con lectura de realidad, que recupera su historicidad a través del pensamiento crítico – reflexivo.

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