Fundamentos curriculares para principiantes

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

A los tiempos actuales se les ha definido como tiempos de cambio y uno de sus rasgos o características tiene que ver con el compromiso de las y los docentes de apropiarse o de involucrarse en el diseño curricular para mejorar la puesta en acción de la práctica educativa que realizan.
De esta manera, ha emergido la discusión en torno a lo curricular y cada vez cobra mayor importancia, debido a que, en torno a lo curricular, se sintetizan elementos tan importantes como las trayectorias o los itinerarios formativos de los sujetos, la capacidad de ofrecer mejores estrategias para garantizar aprendizajes más potentes y la seguridad de que los resultados educativos irán de la mano de las intenciones y los propósitos a los que se aspira llegar. En su etimología, la palabra curriculum significa camino, ruta o trayecto y, en su traducción a educación, tiene que ver con la ruta formativa que siguen o deben seguir los sujetos en formación para convertirse en personas o en profesionistas, sujetos que deberán servir de igual manera para cumplir un ideario nacional o planetario al lado de los demás, como decía Edgar Morín.
En un ejercicio de diseño o de rediseño curricular, no solo se organizan o dosifican los contenidos de estudio para un curso, un ciclo o un nivel educativo, sino que también, se trazan con la mayor claridad las intenciones del perfil del tipo de ciudadano que se desea formar, los rasgos ideales de un perfil determinado con respecto a una carrera o una profesión, pero también las capacidades que los sujetos deben adquirir y desarrollar para lograr dichos fines.
El currículum sintetiza o integra todo lo que se hace en educación, ya que también se vincula con las características, capacidades y destrezas de las y los docentes, para cumplir con su ideal formativo y la relación que se establece con el ideal prescriptivo que está escrito en el diseño formal del plan de estudios en turno.
Con la llegada de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), se modificaron las reglas de tal manera que se ha invitado a que los sujetos docentes se conviertan en co-diseñadores de su propio paquete curricular. Es decir, que rediseñen y adapten el currículum de acuerdo al contexto en donde se desenvuelven. Incluso a las y los docentes de las escuelas Normales del país, como parte de la propuesta de reforma del Plan 2022 para la formación docente, se les ha pedido o se les exige que deberán diseñar cursos locales o regionales para la operación de dicho programa. ¿Cómo hacerle? Si los docentes no son curricólogos, o no han sido formados para el diseño curricular. Entramos aquí entonces a un espacio inédito, nunca antes vivido, en donde los sujetos que hacen docencia no solamente deben de facilitar o proponer situaciones de aprendizaje para los alumnos a su cargo, sino que ahora también deberán de convertirse en curricólogos encargados de desmenuzar el paquete curricular con el que trabajan y traducirlo, a través de adecuaciones pertinentes de acuerdo a las exigencias del contexto, en darle sentido educativo y que se puedan garantizar los aprendizajes esperados. ¿Es esto posible? No lo sé, pero esta nueva tarea no es nada fácil de realizar. Ya que es una nueva veta de trabajo educativo; las y los docentes frente a grupo no solo deben enseñar, sino que ahora también deben codiseñar el currículum formal y concretizarlo en su práctica.
El currículum se había tornado en un espacio negado para las y los docentes en servicio; era un espacio privilegiado para los planeadores y los diseñadores de las reformas. Es importante ahora el abrir espacios para el análisis y la discusión desde la práctica de las y los docentes, para poder entender de mejor manera el paquete formativo con el que se está trabajando. En todo ello, es importante considerar que las y los docentes no son sujetos que estén a cargo de una especie de “maquiladora pedagógica” ni de una gran maquinaria, en donde solo se aplican y se ejecutan instrucciones para cumplir con algún proceso que está lejos de su comprensión. Eso hizo Recrea recientemente en Jalisco; quería maestros ejecutores poco reflexivos de esta compleja maquinaria, ajena, muy ajena a nuestra realidad.
El último componente o la última pieza de este complejo entramado curricular tiene que ver con la llamada apropiación curricular, es decir, con la capacidad de los sujetos docentes de hacer suyo lo que en el origen no lo era, el paquete de lo curricular, y adaptarlo al contexto en donde se trabaja y, de esta manera, poder atender a las y los alumnos de carne y hueso que están a cargo de cada docente.
Hoy en día la apropiación curricular es sumamente pertinente, ya que a través de ella se demuestra la capacidad de las y los docentes de adueñarse del proceso de trabajo en el que están inmersos. Sin embargo, en toda esta tarea hace falta un mejor acompañamiento y una capacitación más pertinente; no se trata de formar curricólogos, sino de ser capaces de habilitar a las y los docentes para que se adueñen y se apropien de todo lo que subyace a los diseños curriculares.

*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]

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