Formar para la ciudadanía. Formar para ser mejores

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramírez Barajas*

En última instancia la gran pregunta que tendiéramos que hacernos es ¿para qué educamos? Y dicha pregunta nos remite a los fines o a los objetivos que le dan sentido a todas las acciones, prácticas, esfuerzos personales e institucionales, acciones educativas, etcétera. El para qué educamos, conlleva tres respuestas básicas: para pasar el examen y acreditar el curso, para resolver los problemas que demanda la sociedad, para vivir mejor. Y en esta última respuesta, es cuando la UNESCO acuña la célebre frase: “Educar para toda la vida”, es en donde nosotros integramos una propuesta pensada en formar para ser mejores ciudadanos, o a partir de ser mejores ciudadanos somos mejores en todo.
La ciudadanía tiene que ver con el establecimientos de formas civilizadas de convivencia, cuando digo eso me refiero a formas basadas en la solidaridad, la cooperación, el respeto a las diferencias y las diversidades socio-culturales, a la equidad en todas las esferas del desarrollo humano, etcétera.
La formación para la ciudadanía tiene su origen en las demandas sociales que escapan o que trascienden a la escuela, es más, que tienden a determinar el acomodo o el espacio en donde cada uno nos desenvolvemos socialmente.
Cuando se habla de formarse para la ciudadanía implica con ello, con el fomento del desarrollo personal bajo una perspectiva social a partir de 4 ejes de trabajo que pueden cruzar de manera transversal la vida cotidiana de las escuelas. Dichos ejes son los siguientes:

• Partir de mejorar el plano relacional. Enfatizar el trabajo en el aprender a convivir y relacionarse y a partir de ahí vincularlo con todo lo demás.
• Garantizar la participación libre y democrática de los agentes educativos.
• Trabajar con base en el desarrollo del fomento de valores que se hagan manifiestos tanto dentro como fuera de las escuelas.
• Hacer trascender los aprendizajes escolares en formas que se cristalicen en la vida social, que es en donde se encuentran los sujetos.

Esta propuesta o modelo al que me refiero está relacionado con toda la gama de trabajo, el formarse para la ciudadanía implica también pensar en otro tipo de país, de nación, de gobierno, muy distintos a los que aquí tenemos ahora. Se trata de involucrar a los actores educativos no como invitados de segunda sino como protagonistas que se apropian del proceso de formación, que generan propuestas y las llevan a cabo, que ensayan con nuevas formas de relación social y lo que se considera más importante que reconocen que otro mundo es posible. De ahí la importancia de formar para ser mejores a partir de formar para la ciudadanía.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com

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