Evaluar o no evaluar a los docentes ¿cuál es el dilema?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

El debate se agudiza, las posiciones se enervan, la contradicción se hace cada vez más intensa: evaluar o no evaluar a docentes ¿en donde reside el dilema? Las últimas dos semanas se han caracterizado por la crispación de posiciones, por un lado Emilio Chauyfett al frente de la SEP con el autoritarismo que lo caracteriza dice que: llueve o truene habrá evaluación, por otro lado los sectores disidentes del magisterio dicen que el movimiento pasará de un simple chubasco a un fuerte huracán. A quien creerle.
Desde la esfera gubernamental, el problema de la evaluación como estrategia central para conocer el desempeño de los docentes y de ahí pasar a elevar la calidad del servicio educativo ha sido una estrategia errónea desde el origen. La reforma educativa se redujo a una simple reforma administrativa, carente del modelo pedagógico que la sustente. Por otro lado la disidencia magisterial con su capacidad de acción y movilización ha centrado su lucha en contra de la reforma educativa.
Tanto uno como otro bando tienen razón sólo parcialmente, la parte gubernamental no quiere ceder y mucho menos la fracción disidente. ¿Qué hacer entonces?
Ya lo había dicho en otra ocasión que en educación si no hay consenso es muy difícil que pase cualquier iniciativa y en ésta, por supuesto que no hay consenso, pero el gobierno se aferra a meter con calzador una iniciativa que a todas luces llevará al fracaso.
El temor a la evaluación es más por desconocimiento que por el peligro real de las implicaciones legales y administrativas de los bajos resultados, la CNTE y todo el sector de disidentes deberían de decir si a la evaluación pero en donde se incluyan sus propuestas.
Por otro lado, tenemos que el gobierno ha incumplido sus promesas que acompañan a la reforma, no cumplió la formación de asesores técnicos que se encargarían de acompañar y ‘ayudar’ a los docentes que obtengan bajos puntajes, ni tampoco, ha construido el esquema de acompañamiento para hacer que los docentes que obtengan puntajes bajos o no aptos logren capacitarse y mejorar el resultado en una nueva evaluación.
El problema es complejo por todos lados que se le vea, pero cuando menos consensar de mejor manera la propuesta, legitimarla a partir de darle cabida a las propuestas de los docentes frente a grupo (incluidos los disidentes). Aquí no es bueno quedarse en la pura evaluación, ya conocemos gran parte de los problemas de los docentes en nuestro pisa, ya sabemos que no manejan conocimientos especializadas de las asignaturas, que las posturas didácticas son frontales y poco dialógicas, que hay ausencias de adaptaciones del currículo para alumnos cuyo proceso es más lento al de sus compañeros.
Si ya sabemos todo esto porque no se inicia con una propuesta para el mejoramiento real del rendimiento académico de los docentes.

*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]

Comentarios
  • Dra.Olga Alarcón

    Gracias por este artículo que refleja la realidad y lo que se necesita hacer en educación , lástima que no esté al frente de la SEP un verdadero educador. ¡Cuanto me gustaría aportar a este proceso de transformación desde nuestra experiencia cubana!. Gracias

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