Escenario educativo dentro de un contexto de parálisis y estancamiento
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
En el momento de escribir estas notas, Pablo Lemus, gobernador electo del estado de Jalisco, para el período 2024-2030, ha estado haciendo anuncios de nombramientos escalonados del equipo de colaboradores, pero se ha demorado en anunciar quién será el titular de la SEJ.
El hecho de que se haya demorado la designación de la persona próxima titular de la SEJ no es un asunto fortuito. Obedece a una serie de tensiones al interior de dicha instancia y a las distintas negociaciones que conlleva dicho nombramiento. El problema de todo ello es que no se ventilan dichas negociaciones ante la opinión pública. Las y los ciudadanos tenemos derecho a saber qué es lo que se pone en juego en dicho nombramiento, cuáles son las propuestas que forman parte de la baraja política; el hermetismo y la decisión postergada indistintamente dan cuenta de que ha sido difícil dicha designación. El espacio de la educación, tanto en la esfera nacional, como en el ámbito local, requieren de un alto nivel de legitimidad y, a partir de los procedimientos que hemos tenido hasta ahora, será difícil que lo consigan.
Por otro lado, tenemos que en la esfera nacional, la designación del actual titular de la SEP, Mario Delgado Carrillo (el cual recibió muchas críticas a partir de su designación), ha manejado con lentitud los anuncios importantes.
Con estas señales, uno puede pensar que existe un especial desinterés en asumir compromisos ligados con el tema de la educación en el país y en el estado de Jalisco. Pareciera que, lejos de pensar en un ambiente de dinamismo y de riqueza en propuestas y en discusiones documentadas, tal parece que el desinterés nos lleva a pensar que tanto el inmovilismo y como la indiferencia pedagógica son la constante.
Un actor igualmente ausente del debate educativo es el magisterio nacional. Con excepción de la CNTE, instancia que desde su fundación hace 44 años, ha pugnado por la democratización del sistema, las maestras y los maestros de México no cuentan con voceros válidos que canalicen sus protestas y sus propuestas.
En política y en educación las formas también son fondo, y esta manera de administrar una decisión, la cual servirá para durar y perdurar a lo largo de todo un sexenio, muestra la marca o la huella del gobierno entrante.
Tanto la parálisis, como el inmovilismo educativo, es posible contrarrestarlos con propuestas que vengan desde abajo. Las y los maestros, a partir de la experiencia acumulada y de los intentos por ensayar innovaciones, son los únicos sujetos autorizados para proponer, reorientar y darle rumbo y sentido al accionar educativo en nuestro estado y en el ámbito nacional.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]