Enseñar a acompañar a los que acompañarán a otros o lo que es lo mismo el acompañamiento en segundo nivel

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La tarea educativa es fundamentalmente en su esencia arcaica y fundacional, un acto o un conjunto de actos de vínculos y acompañamientos. Acompañar a otros es educarlos por el sólo hecho de estar ahí a su lado, aunque no le digas nada aunque sólo le escuches sus murmullos y sus reclamos.
El acompañamiento está asociado con la tutoría, es decir, con el hecho de establecer un vínculo basado en un proyecto de intercambio de saberes y en donde los sujetos (el que acompaña y los acompañados), ponen en juego lo que son a partir de lo que hacen y lo que hacen a partir de lo que son.
Aprender a acompañar también tiene que ver con la gestión educativa, es decir los funcionarios y los administradores también deben aprender a acompañar y más difícil aun, dejarse acompañar por los otros que supuestamente están a su lado. La tarea del acompañamiento sirve para tres grandes cosas: a) para tomar decisiones, b) para establecer acuerdos y compromisos de acción y c) para diseñar un estilo particular de proceder una especie de estrategia ante los diversos retos y desafíos (no es lo mismo hacer una tarea de matemáticas, que escribir un ensayo sobre una novela de José Saramago. Como no es lo mismo obedecer las indicaciones de los padres en la adolescencia o tener una postura ante un amigo o una amiga que invita a llevar a cabo una acción que rebasa el umbral de lo permitido, etcétera).
El acto de acompañar no sustituye a cada sujeto y las diversas responsabilidades que están vinculadas con su proceso formativo, por el contrario, se torna en una referencia valiosa para brindar una mejor seguridad en dicho proceso.
Al interior de las escuelas Normales, los docentes de las mismas (formadores de formadores) trazan (en el mejor de los casos) un horizonte formativo con los y las alumnos a su cargo (docentes en formación) y que estos a su vez, harán lo mismo o algo parecido con los alumnos o alumnos que estarán a su cargo en un futuro próximo. Por eso hablamos de un acompañamiento de segundo nivel, el problema de dicho espacio es que no se aborda, ni se problematiza adecuadamente en los espacios de la formación.
Formarse para educar hoy en día tiene mucho más que ver con el aprender a acompañar y por ende a ser acompañado o acompañada. La tarea educativa es una tarea de relaciones que se establecen con el mundo y con uno mismo, y en donde son tan valiosas dichas relaciones y el sentido que se le encuentra a cada acción y a cada vínculo que se los sujetos establecen no sólo al interior de los ámbitos escolares sino también, y sobre todo, afuera de ellos.
El acompañamiento es una asignatura pendiente en nuestro sistema, nos formamos en solitario y creemos que el resto están igual que solos o solas que nosotros.
Aprender a acompañar es la base de aprender a educar. El problema es que la didáctica del acompañamiento es una construcción que nunca termina.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la Unidad 141 de la UPN campus Guadalajara. mipreynoso@yahoo.com.mx

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