¿En dónde quedó la Refundación de Jalisco y la refundación de la educación pública?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

En política, muchas ocasiones las personas tienden a encubrir sus aspiraciones maniqueas a partir del uso de consignas de poder o de clichés en donde condensan cosas: las aspiraciones por convencer al potencial electoral, pero también la demagogia y el engaño en lo que enuncian. Éste es el caso de la frase que sonaba al inicio del sexenio “Refundar Jalisco”, la frase ya no se escucha más, pero no tanto porque hayan cambiado las condiciones sociales y estructurales, lo que cambió son las aspiraciones políticas de los propios gobernantes.
En educación hay menos cinismo y menos engaño, pero, de igual manera, los sujetos van en la búsqueda de utilizar fases y consignas aderezadas, convincentes, para hacer creer a la ciudadanía que el proyecto educativo es valioso y que, igualmente, vale la pena apostar por él. Al igual que el terreno de la política, la educación también se planteó la misma consigna. “refundemos Jalisco, refundemos la educación de Jalisco”, dicha condigna terminó siendo una fanfarronería más, ya que en dicho sentido no existen acciones que consecuentemente se ocupen por cumplir con dicho principio.
Refundar Jalisco (lo dijimos en su momento), es un ejercicio complejo, es hacer emerger nuevamente las estructuras sociales y las instituciones públicas, no es posible lograrlo solamente con frases de cliché o buenas intenciones. No sólo las cosas siguieron igual, en muchos escenarios estamos tantito peor.
Por otro lado, aspirar a refundar la educación en Jalisco, se torna en una aspiración seductora, interesante, pero habría que pensar en que rubros se aspira a ello. La educación en Jalisco a partir de una larga data se ha tornado en un sistema complejo, burocratizado, en donde no existe una línea y un grupo compacto que le dé claridad a las acciones a partir del trazo de un proyecto estratégico para la entidad, donde se coloque en el desarrollo educativo, las respuestas a las necesidades formativas de las y los sujetos y la optimización de los recursos humanos, materiales y financieros con los que cuenta el sistema. Pero puede haber más.
No, en cambio se ha optado por politizar el proyecto educativo, al disfrazar las aspiraciones estratégicas, al encubrir las intenciones verdaderas. Aunque ya no se hacen públicas las evaluaciones estandarizadas, ni tampoco se conocen con datos duros la eficiencia terminal, los índices de rezago educativo, de satisfacción de los usuarios. Los problemas persisten, en otro tiempo llegamos a ser el lugar 21 o 22 en comparativo con el universo de las 32 entidades federativas. Es decir, somos un estado que se mueve en educación de media tabla para abajo, en donde los intentos refundacionales se han consumido en la nada.
El problema central o el problema nuclear tiene que ver con el hecho de que el magisterio, maestras y maestros siguen a la espera de mejores respuestas a las dudas acumuladas por muchos años. Ellas y ellos, todos los días están presentes para responder a la demanda educativa de atención, pero o para ellas y ellos sólo se les menciona en los discursos del 15 de mayo o al inicio y al final del ciclo.
Si verdaderamente se pretendía refundar la educación en Jalisco, la estrategia comenzaba con preguntarse cómo involucrar a los cerca de 100 mil docentes que laboran en la entidad, ¿refundar qué?, ¿refundar cómo? Pero bien habíamos dicho, que todo esto era demagogia, así comenzó y así termina.
Habría que poner en el centro de la reflexión y el debate la agenda de la educación en Jalisco, desmantelar a los grupos que se han enquistado como grupos de poder y reclutar a nuevos cuadros, que ventilen el sistema, que garanticen mirar a la sociedad y no a la carrera política.
Las refundaciones de la educación en Jalisco pueden esperar para mejores tiempos.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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