El trabajo en las escuelas. La importancia de la recuperación del trabajo en equipo
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
El trabajo al interior de las escuelas, es la conformación de esfuerzos individuales en la perspectiva de un proyecto común, el cual se diseña, se lleva a cabo y se recupera de alguna manera colectiva. Las políticas de evaluación surgidas desde la administración central de la SEP son intimidatorias y atentatorias en contra de la vida de las escuelas, ello debido a que violentan las culturas particulares y los estilos propios que cada escuela ha diseñado para ponerse de acuerdo con respecto a cómo sacar adelante su proyecto de escuela.
El trabajo colaborativo, el trabajo en equipo y la gestión de las escuelas está regulado en un primer momento a partir de las iniciativas y el estilo directivo de responsable del plantel. Dirigir una escuela no es sinónimo de mandar o de ordenar lo que debe hacerse a partir de una jerarquía arriba–abajo. Dirigir la escuela es ser sensible al potencial participativo de los sujetos que ahí trabajan, atender sus debilidades y aprovechar sus fortalezas. Dirigir la escuela también tiene que ver con la capacidad de construir un mosaico multicolor, en donde cada color, cada tono, cada textura son importantes y le dan sentido a la totalidad de la misma.
Cuando en una escuela comienzan las pugnas y la tendencia a hegemonizar su control y el interés de alguien por adueñarse de manera particular del proyecto colectivo en turno, se echa a perder el proyecto de gestión y participan educativa.
Ahora bien, en muchas ocasiones hay escuelas que hacen muchas cosas, planeadas o no, pensadas o no, proyectadas o no, la práctica de la gestión se coloca por encima de manera voluntarista de las burocracias, los formatos o los lineamientos oficiales. Estas acciones o esta práctica de gestión en los hechos es muy valiosa, el problema viene cuando estas mismas escuelas no tienen recursos para recuperar lo que hacen y lo valioso de lo que representa lo que hacen.
Recuperar la práctica de gestión a partir de una menoría colectiva desde cada escuela, implica sesgarse un poco hacia un trabajo de investigación, lo cual requiere cierto manejo de habilidades metodológicos junto con un dispositivo de acompañamiento que le sirva a la misma escuela de darse cuenta si camina bien o debe corregir su rumbo.
Lo más valioso del trabajo de las escuelas es la forma de cómo recuperan la memoria colectiva de lo que ahí hacen, y si lo escriben, lo socializan y lo comparten con otras escuelas. Aquí reside el valor educativo de cada centro de trabajo, su memoria institucional junto a la capacidad de recuperar las experiencias valiosas del trabajo del día a día.
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]