El trabajo de las y los docentes y la reflexión de la práctica educativa. El largo horizonte de la América nuestra

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramirez Barajas*

En la república Argentina este es un momento de profundas protestas magisteriales, el peligro ya no tan inminente de privatizar el servicio educativo a como dé lugar es una más de las medidas anti-populares del gobierno de Mauricio Macri, el cual tiene crispada a la sociedad. Manifestaciones en la ciudad capital y en muchas provincias del interior, colocan una vez más en el centro de la discusión el asunto de la educación como derecho, como servicio y como compromiso para los argentinos.
En Argentina se vive una agenda muy especial y me parece inédita, para la mayoría de los países latinoamericanos los temas del presente, desde una agenda en construcción para todos los países de la región están definidos por lo siguiente:

a) Por la organización y movilización como forma de mantener las condiciones y el estatus laboral ganado en otro tiempo.
b) Por la gestación de propuestas educativas alternativas que se generan desde abajo y entre todos y todas y que sirvan como forma para provocar pequeñas fisuras y luego grandes boquetes al sistema a la propuesta educativa neoliberal.
c) Por la lucha sistemática y disciplinada, por mantener la unidad y la alianza con las clases desprotegidas padres de familia y sobre todo los trabajadores aliados históricos del magisterio.
d) Por ponerse “al día” acerca de la nueva agenda y de los recambios mundiales, en donde la educación ha pasado de ser “palanca del progreso y del desarrollo” (UNESCO), para convertirse en una mercancía más del gran escaparate del mercado mundial controlado por el neo-liberalismo a nivel global.

En este orden de idas, en nuestro país, también es tiempo de movilizaciones, que se engarzan con el compromiso pedagógico de las y los docentes. Las movilizaciones callejeras del magisterio que se han convertido en la vanguardia del cambio, son articuladas con propuestas de renovación e innovación pedagógica, por iniciativas desde abajo, por mejorar la práctica y las condiciones bajo las cuales ésta se realiza.
Me llamó la atención hace apenas pocos días un artículo de mi colega Miguel Ángel Pérez (el pasado martes aquí en Educ@rnos) que ha causado mucha controversia. Cuando los maestros y las maestras hablan acerca de su práctica educativa, es decir de lo que sucede en el centro de nuestro trabajo, nos sentimos como “peces en el agua”, sin embargo, cabe decir que las contribuciones se han tornado circulares, estamos comenzando a darle vueltas en torno a un mismo asunto. El análisis y la reflexión de las prácticas educativas deberá destrabarse a partir de juntar lo que se hace en el aula, con lo que se exige en la protesta callejera, juntar lo de afuera con lo de adentro a partir de un proyecto común en la movilización bajo el principio elemental de que los docentes estamos obligados a brindar la educación de la mejor calidad pero también tenemos el firme derecho de disfrutar de las mejores condiciones para realizar nuestra tarea educativa. El contexto y los sujetos somos uno en la acción democrática.
Hay muchos comentarios de cómo analizar e intervenir la práctica, mientras escribo esto soy testigo de las propuestas callejeras de los maestros y maestras en distintas calles de la ciudad de Buenos Aires, las concentraciones en El Obelisco y la imaginación y creatividad para corear consignas sirve mucho para entender lo que está pasando en la educación latinoamericana. Estoy segura de que estas son las nuevas formas de educar y de repensar la práctica que realizamos quienes nos reivindicamos como educadores y educadoras del siglo XXI.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com

Comentarios
  • miguel bazdresch

    Hola… un lindo pensamiento “… juntar lo que se hace en el aula, con lo que se exige en la protesta callejera, juntar lo de afuera con lo de adentro a parir de un proyecto común de movilización…” De leerlo me apareen dos notas: la generación del conocimiento hoy es tan amplia y sin respeto a disciplinas que el aula aparece muy limitada para trabajar con estos tsunamis de conocimiento que surgen de todos lados y lo que piden es un método para bregar con él, un método complejo, inter y trans disciplinar.. la disrupción, la expansión y la reticulación del aprendizaje exige nuevas e inéditas prácticas y relaciones entre profesores y estudiantes.. y desde luego nuevas relaciones entre profesores y otros mundos extra educativos. Y sí ¿dónde quedan derechos y reparación de agravios a docentes y trabajadores de la educación en este mundo super movilizado? Lo prescriptivo se desmorona, los retos del conocer y aprender cada día son más inéditos y los profesores nos enfrentamos a una tarea inescrutable…con los recursos hasta ahora conocidos. Si exagero la misma democracia esta retada por las realidades; los deficit del Estado o lo que está quedando de él se integran a los deficit ciudadanos claros en las demandas, confusos en las soluciones, porque han de tejerse efectivamente con lo educativo (adentro según la escritora) y la realidad (afuera, segun el texto) El texto ayuda a levabntar una exigente reflexión para enfrentar las realidades complejas que nos demandan actitudes nuevas. Gracias.

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