El sindicalismo magisterial en campaña, ¿qué hay del piso parejo?

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Ahora que todo parece estar en calma en los ámbitos magisteriales (por aquello del receso escolar), las fuerzas vivas están más vivas que nunca, por un lado, las autoridades educativas estatales y federales alistan sus estrategias para convencer a los maestros acerca del modelo de la Nueva Escuela Mexicana desde la SEP y para educación Jalisco el tema de Recrea y las Escuelas para la Vida, por otro lado (y es el punto central de este artículo), la dinámica sindical (SNTE, CNTE, Maestros por México y demás interesados para representar al magisterio nacional) afilan sus lanzas, su lado amable y sus discursos para tratar de convencer al grueso de los trabajadores de la educación y así seguir administrando el 1% de la nómina y los beneficios directos e indirectos que da la relación política, amén de aquellas cosas que nunca salen a la luz pública (léase la riqueza acumulada de Elba Esther Gordillo Morales, de Juan Díaz de la Torre y un sinfín de dirigentes de las secciones estatales del SNTE a costa de la función).
En lo que va de la semana he abordado y he sido abordado por diferentes personajes y grupos del ámbito sindical, en todos los casos trabajan en la construcción de la estrategia para presentar la o las fórmulas que les permita contender de manera “libre y desinteresada” por la representación del magisterio, sin embargo y de acuerdo al escenario del voto libre, universal y secreto, veo por lo menos tres aspectos que requieren reflexionarse con seriedad para aquellos creyentes que la vía electoral democrática es un bien común y algo a lo que cualquier “hijo de vecino” puede acceder para representar a un grupo de trabajadores.

1. En todo proceso electoral tendría que haber condiciones similares en cuanto al acceso a espacios publicitarios, recursos económicos y financiamiento para participar en dicho proceso, de otra manera, esto sería una farsa que le da ventajas evidentes a quién ahora tiene la representación del magisterio.
2. Habría que revisar con mucho cuidado sobre quién o quiénes serán los árbitros, observadores y demás personajes que puedan garantizar una contienda electoral tenga piso parejo para todos aquellos que puedan y quieran presentar un grupo o una fórmula en la elección.
3. Se tendrá que transparentar sobre qué papel jugarán los gobiernos estatales y federal en dicha contienda electoral, sabedores que el control del magisterio significa muchas cosas, sobre todo a la hora llevar a cabo cualquier tipo de iniciativa (llámese reforma educativa, procesos electorales, manejo de las cuotas sindicales, etcétera).

Desde 1943, la mayoría de maestros sólo hemos conocido de dos sopas en cuanto a sindicalismo: el SNTE y la CNTE, jamás nos preguntaron si queríamos pertenecer a uno u otro, simple y sencillamente era sí o sí, no por algo cada trabajador de la educación que laboró 30 años se le descontó poco más de tres meses y medio de su salario de los 360 meses trabajados a lo largo de ese tiempo, ¿a cambio de qué?, –de representarlos–, dijera un viejo dirigente sindical de Jalisco.
Vivimos tiempos complicados en el aspecto sindical, nunca como ahora el SNTE tiene un alto índice de desprestigio por todo lo que ha hecho, principalmente en esta última etapa donde no sólo fueron incondicionales de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, además de promotores y defensores acérrimos de ésta, en cuanto al tema de defensa de los maestros el SNTE nunca asumió ese papel y en cambio estuvo de acuerdo con cada acción que emprendió Aurelio Nuño. Nunca vamos a olvidar la gestión de Juan Díaz de la Torre (y sólo por citar algunos ejemplos de ello) vimos su cara de felicidad el día que firmó a nombre de los maestros de México el acuerdo para cerrar el Programa de Carrera Magisterial; no se cansó de atacar a todos los maestros que protestaron contra la reforma educativa; sus negociaciones salariales siempre estuvieron por debajo del incremento al salario mínimo; no movió un solo dedo cuando a los maestros jubilados se les cambió el régimen de salarios mínimos a UMAs.
Obviamente que el tema sindical es un punto toral, implica cambiar radicalmente las formas, eso implica que los trabajadores de la educación deberán cambiar la actitud pasiva por una participación comprometida, sobre todo, si quieren que realmente aparezca la justicia, la democracia y la posibilidad de la creación de un sindicalismo que realmente asuma la defensa real del magisterio.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Comentarios
  • Manolo

    Qué proporción del magisterio cree Ud., que se encuentra politizado y con conciencia necesaria para vencer inercias y temores históricos? Las culturas parroquiales y provincianas osaran realmente algo significativo? O están conformados y conformes en la ignorancia del Todos Son Iguales?

  • Eduardo Betanzos

    Al reformar leyes del trabajo, respectivas al sindicalismo mexicano, se sembró una semilla transgénica pero además podrida; o lo que es lo mismo, no germinará. Pronto se verá la confirmación de esta premisa: charro con traje de mariachi. (Analogía que reivindica al mariachi como el que embelesa con sus sones).

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