El sentido del número

 en Alma Dzib Goodin

Alma Dzib-Goodin*

El sentido del número se refiere a la comprensión intuitiva de los números, su magnitud, relaciones y cómo éstos afectan a las operaciones numéricas. El concepto hizo su aparición en el campo de la neurocognición entre las décadas de 1950 y 1960 con la exploración de la capacidad de los animales para discernir entre la cantidad de predadores o de fuentes de alimento que encontraban en sus ambientes naturales; pero con la llegada de la tecnología capaz de ver al cerebro en acción a través de imágenes en tiempo real, los neurocientíficos cognitivos fueron capaces de observar las estructuras cerebrales involucradas en participantes humanos.
Aun cuando los seres humanos son la única especie que emplea un lenguaje diseñado culturalmente para comprender los códigos numéricos, no somos los únicos que empleamos relaciones de cantidad y conteo, pues otras especies han desarrollado la capacidad de comprender el ambiente en términos de más o menos alimento o predadores, por lo que se puede decir que el sentido de numerosidad está presente aún en insectos y en el resto de la escala evolutiva.
Sin embargo, es innegable que lo que hace único a los seres humanos en la capacidad no sólo de conteo, sino la extraordinaria habilidad de emplear los números para resolver problemas de complejos, proceso que comienza su desarrollo a muy temprana a edad, lo que más tarde llega a ser la base del conocimiento matemático simbólico que es un invento cultural que se ha de desarrollar con el apoyo de quienes rodean al niño.
El sentido del número se encuentra de manera innata hasta los 6 u 8 meses, momento en que surge el lenguaje como proceso socializador. Una vez que surge el lenguaje, los números deberán adquirir el código que los define y es entonces que la enseñanza será indispensable para que se establezcan buenas relaciones entre el niño y el código numérico, que al igual que cualquier otro lenguaje, ya sea un segundo idioma, la música o el lenguaje a señas, deberá ser estimulado a nivel ambiental.
Uno de los investigadores que más ha estudiado al respecto del sentido del número es Stanislas Dehaene, quien, en 1997, comenzó su investigación preguntándose si existe una predisposición evolutiva para la adquisición del concepto de número, y cómo es que los homínidos pasaron de la cognición numérica, compartida por el resto de las especies, a los símbolos numéricos que son un invento cultural del homo sapiens.
Un estudio reciente muestra que probablemente la información numérica haya sido usada desde el Paleolítico superior europeo aproximadamente de 42 mil años, y gracias a la aplicación de nuevas técnicas, se analizó el peroné de un mandril con muescas en una cueva en Sudáfrica, dicho evidencia muestra que se agregaron muescas o marcas a este hueso en distintos momentos, lo que sugiere estrategias para recordar información. Otra evidencia fue encontrada en el Monte de Les Pradelles en Francia donde fue hallado un hueso de hiena de más de 72 mil años con marcas similares. Estas evidencias apoyan la opinión de que las culturas prehistóricas tenían sentido del número y símbolos numéricos.
En el campo de la psicología infantil, en 1980, Prentice Starkey solicitó a 72 madres de bebés entre 6 y 8 meses, que participaran en un estudio de laboratorio para la Universidad de Pensilvania. El investigador les pidió que sentarán en su regazo a sus bebés, mientras observaban dispositivas proyectadas en una pantalla, cada una contenía dos o tres puntos negros, grandes, extendidos horizontalmente, y lo que hizo el investigador fue variar el espacio entre los puntos, para que ni la longitud total de la línea, ni la densidad de los puntos pudieran emplearse para discriminar un número. Después el investigador notó que el tiempo de fijación visual promedio fue de 1.9 segundos para una diapositiva de dos puntos, mientras que para una de tres puntos el promedio fue de 2.5 segundos, con lo que su estudio, pudo comprobar que los bebés eran capaces de discriminar entre dos y tres puntos.
Dichos hallazgos proporcionaron evidencia de que el surgimiento de las primeras habilidades relacionadas con el número no depende del desarrollo del lenguaje o de acciones complejas, o de la experiencia cultural con el número. En este sentido, el hecho de que los bebés y que muchas otras especies sean sensibles a la cantidad numérica apoya la evidencia de que esta tiene un amplio sentido evolutivo, determinado biológicamente en especies no relacionadas entre sí.
Dicho sentido, por tanto, no está ligado a la inteligencia, pues es completamente innato, y se ha encontrado que incluso las personas invidentes son capaces de reconocer magnitudes sin necesidad de visualizar los números. Esto implica que es posible romper el mito social de que sólo los niños inteligentes son capaces de adquirir los conceptos matemáticos y apuntar a estrategias que motiven a los niños a aprender de manera más consistente el lenguaje de los números.
Se encuentra en diversas tareas que los niños tienen dificultades en reconocer magnitudes, lo cual implica un error en la enseñanza que se va dejando de lado, impidiendo a los niños observar las relaciones claras entre los números. Se sugiere en tal caso que se empleen claves visoespaciales pues el número está muy relacionado con el espacio, desde que el bebé puede reconocer el sentido del número. Para ello, los padres son un punto clave en el desarrollo no sólo de las habilidades, sino del desarrollo de la confianza de los estudiantes. Estudios encuentran una relación directa entre las expectativas de los padres y la ejecución de los niños. Si fuera posible eliminar el concepto de inteligencia de la ecuación, tanto entre los padres, como en la educación, habría más espacio para los niños en la ejecución, una vez que se ha reconocido que el sentido del número es un vestigio evolutivo en primer ligar, que nutre al invento sociocultural de la matemática como lenguaje.

*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. alma@almadzib.com

Comentarios
  • Ramón Escobar

    Relleno !!!!
    Carece del trato formal de número ( aritmético. Algebraico, geométrico… )
    Enuncia la utilidad básica del número

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