El regreso de la fiesta de los libros y la cultura. FIL Guadalajara 2024
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Este sábado 30 de noviembre se inaugura una edición más de lo que será la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara, que cada año organiza la Universidad de Guadalajara y el patronato que ha sido creado para tal efecto.
A lo largo de una semana, nuestra ciudad se coloca en el centro de las miradas de quienes fomentan y apoyan la cultura a nivel mundial. La FIL ya es un evento de referencia no solo en México, sino también en el ámbito latinoamericano y mundial.
Como sucede cada año, en esta semana de otoño se dan cita escritores, periodistas, creadores, pensadores, filósofos, intelectuales y público en general; sus alcances son diversos, y el impacto en los medios de la cultura y las artes cada año deja una gran huella de lo que representa este evento.
Cada edición de la FIL tiene una sorpresa en particular o el surgimiento de una vivencia pequeña que es recordada y comentada por algún tiempo. Un solo ejemplo de ello es la ocasión en que le preguntaron al expresidente Enrique Peña Nieto acerca de los libros que había leído, y la respuesta ya la conocen ustedes.
En esta edición asistirán varios escritores que han sido honrados con la obtención del premio Nobel de Literatura; supongo que es el máximo galardón que se le otorga a una persona que se dedica a las letras. Reconozco que, en este momento, no he tenido acceso a revisar el programa de esta edición 2024, pero se puede asegurar que será un diseño cuidado con base en la experiencia acumulada.
Lo que se le pudiera cuestionar a cada edición de la FIL de Guadalajara es lo reiterativo y predecible de su formato, cada año suceden cosas muy parecidas, dando poco espacio a lo novedoso y lo creativo. Otro aspecto que es digno de mencionar, es que no existen indicadores, ni forma de medir o de conocer cuál es el impacto cultural que tiene la FIL con las personas que vivimos en este entorno. Me parece que la FIL es un evento que es muy endogámico (que únicamente piensa en la comunidad de la UdeG) o que solo le interesa la proyección hacia afuera; pero existen una serie de personajes que nos encontramos en un espacio intermedio, que pertenecemos a otras universidades o a otras comunidades académicas y la FIL no es plenamente incluyente al respecto.
Un tercer y último elemento de cuestionamiento es lo referente a los sectores nóveles de la población: las niñas y los niños, las y los jóvenes y todo el sector de personas ubicadas en el rubro de las adolescencias tienen una referencia muy particular de este evento.
Una estrategia que pudiera servir para el fomento de la lectura en niños, adolescentes y jóvenes es que desde sus escuelas se les otorgara un vale, el cual pudiera ser canjeado por un libro o un material editorial a lo largo de la feria; los costos los asumiría la propia FIL y las editoriales grandes. Pero la tarea no quedaría ahí; se trata de que las personas beneficiadas estarían obligadas a leer el libro y a elaborar una breve reseña a modo de retroalimentación. De todo ello y con estos testimonios se pudiera hacer un nuevo libro y otorgarles a los editores un material de alguien que ha revisado sus textos.
Bueno, es solo una idea como tantas que puede haber entre los asistentes que cada año se dan cita en la FIL de Guadalajara.
*Doctor en educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]