El libro en su día mundial

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Es ya un lugar común reconocer que el libro es una de las creaciones más importantes del desarrollo humano, el abrir sus páginas y acercarse a la lectura forma parte de una de las facetas que mejor nos queda como humanos.
El pasado domingo 23 se conmemoró una edición más del llamado Día Mundial del Libro. Pensando en la fecha y en el compromiso de escribir algo de importancia hice un recuento de mi propia experiencia lectora. Nací a finales de la década de los cincuenta, formo parte de una generación privilegiada. Me tocó junto con ellos conocer las primeras televisiones, incluso teníamos que pagar en la casa de algún vecino rico de 10 a 20 centavos para que nos dieran oportunidad de ver la tele por la tarde. También conocí los puestos de revistas que ponían un tendedero de cuentos de monitos que también los alquilaban. Así uno podía leer al Memín, Chanoc, Fantomas y más para acá incluso a los Supermachos y los Agachados de Rius, el contacto con la lectura y con los libros lo asocio a una afición natural, no viví como hoy se dice pomposamente en una ambiente muy alfabetizador, pero el medio y la sociedad lo eran.
Mi padre tenía una carpintería y yo trabajaba ahí como ayudante (nunca pasé de eso), en ratos me las ingeniaba para ponerme a leer lo que cayera, me regañaban por eso, porque me distraía o porque no terminaba las cosas a tiempo. Mas adelante la afiliacion por la inclinación izquierdista y la participación política en una organización de dicha ideología, fueron fundamentales para tener el compromiso y más adelante el placer por leer. Junto a ello, ser educador y formar a formadores, y el haber estudiado el grado académico más alto obliga a tener una disciplina personal y un compromiso con el estudio. En un tiempo, me obsesioné por adquirir revistas e incluso, muchas de ellas del campo educativo, entre ellas Cuadernos de Pedagogía de España, Novedades Educativas de Argentina, Universidad Futura, Estrategia, Cuadernos Políticos y un largo etcétera.
Con este recuento personal, desataco la interacción con los libros y hoy en plena era del boom electrónico y de una tendencia a sustituir el libro por ambientes y modalidades de lectura no convencionales, hoy reivindico al libro como la única forma de acceso a las culturas, como se ha venido haciendo cuando menos en los últimos 500 años desde que se invento la imprenta.
Este 23 de abril es la mejor fiesta que puede celebrar la humanidad, la fiesta de los libros y de la lectura nos hace libres. Y no se trata de leer por obligación, se trata simplemente de leer. Hoy que me encuentro en tránsito entre Madrid, la capital de España y mi país México dedico estas modestas líneas a los libros pero también a los lectores, esos especímenes raros que pronto serán pieza de museo.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la Unidad 141 de la UPN. Correo [email protected]

Comentarios
  • veronica vazquez-escalante

    Resulta muy interesante leer algunos de los elementos básicos que formaron a un docente tan competente y competitivo. Efectivamente y comparto la expresión de que no se trata de leer por obligación, simplemente…leer

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