El efecto dominó

 en Verónica Vázquez

Verónica Vázquez Escalante*

En nuestro país uno de los juegos de mesa más conocidos por la mayoría de la gente es el dominó. Desde el preescolar se juega con frecuencia para clasificar, identificar figuras, colores, tamaños y formas (más todo lo que la educadora pueda imaginar).
Lo que realmente es el dominó, es el conjunto de fichas rectangulares que miden aproximadamente 5cm X 3cm, tienen generalmente la cara blanca y negro el envés. En la cara tienen una división y puntos negros figurando dados. Es un verdadero conocimiento el saber jugar bien.
Con los niños el dominó se juega no solo con las reglas convencionales, sino que se puede jugar con las fichas. Con frecuencia se juega a formarlas dándoles una cierta forma o haciendo un “caminito”. Se paran verticalmente una tras otra y después de acomodarlas con destreza y a una distancia aproximada pero sin que se roce una con otra y al mismo tiempo sin que se queden muy distantes entre sí, la emoción del juego aumenta conforme se alarga la fila pues el simple hecho de tirar una, tirará todas. En realidad eso se busca y ese es el juego pero se desea darle el empujón a la primera o última ficha para ver caer todas. A ese juego se le llama efecto dominó y ha sido utilizado el término como analogía para comprender que una situación siempre tendrá consecuencias por lo que repercute en un tema y por lo tanto la causa trae un efecto y otro y el siguiente.
El comprender que causa un efecto, ha dado origen a varias metáforas, por ejemplo el efecto mariposa; también es una perturbación pequeña que inicia de manera irrelevante y se convierte en una amplificación que puede generar un efecto considerable a corto o mediano plazo. De hecho, hay una frase que dice: “El aleteo de las alas de una mariposa se pueden sentir al otro lado del mundo”.
En fin, se pueden mencionar muchos tipos de efectos más lo que hay que recordar es que el efecto se causa por dos posibles razones. Una puede ser porque uno mismo lo provoca, lo busca, lo construye y se espera obtener determinado resultado. El otro campo es aquel en el que recibimos los efectos por causas externas a nuestras decisiones. Pueden armarse ideas, vislumbrar un plan para el día, la semana o el mes, sin embargo, algo que no esté en nuestros planes puede suceder y entonces debe entrar la congruencia y adaptarse a la situación para así, ser más fuertes e inteligentes para que el efecto cause un resultado positivo al menos en actitud.

*Doctora en Ciencias de la Educación. Profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 145 Zapopan. veve30@hotmail.com

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