El debate ahora, ¿cuándo regresar a las escuelas?, ¿hasta cuándo alargar el encierro y el aislamiento?
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Las últimas semanas han estado marcadas en torno al debate del coronavirus, el debate que aparece ahora en los medios y en las posturas que han hecho públicas distintas dependencias educativas (sobre todo de educación superior), han sido a partir de plantearse las siguientes preguntas: ¿cuándo se regresa a las escuelas?, ¿hasta cuándo alargar las medidas de aislamiento y sana distraiga y de quédense en su casa?
El trabajo educativo se ha visto afectado drásticamente por las distintas medidas que se han tomado, el hecho de que de repente se deje de asistir a la escuela para responder a las tareas desde casa ha generado una nueva cotidianidad, la cual está basada en conectarse con los aparatos, comunicarse a través el internet y resolver tareas para luego enviarlas. Las actividades realizadas no se traducen en aprendizajes en automático, ni tampoco los buenos alumnos son aquellos que son hábiles con los procesadores, este nuevo estilo de atención escolar ha generado nuevas paradojas educativas, las cuales no se pueden resolver sino contamos con una serie de narrativas que nos ayuden a modo de mediación a acercarnos a los nuevos objetos de estudio.
Con respecto a los debates acerca del regreso o no a las escuelas ha habido mucho manoseo, no sólo los organismos empresariales intentar meter su cuchara, sino incluso los supuestos comités científicos de algunas universidades (como es el caso de la UdeG), han tenido un posicionamiento más cargado a lo político que a lo técnico y científico. En toda decisión (independientemente de sus contenidos) se juegan una serie de intereses sobre todo de carácter político y económico. En todo ello, lo que se teme ahora es el anuncio de que la gente puede salir de su casa e ir a la calle, con ello se puede dar una desbandada cuyo escenario de masificación se torne en una nueva amenaza.
De nuevo la postura que se ha asumido en éste y en otros espacios es que el regreso deberá ser gradual, de tal manera que el contexto del encuentro entre docentes con sus alumnos deberá ser controlado a partir de ir dosificando dicho evento.
Es importante que alumnos y alumnas regresen a los espacios escolares, incluso para hacer aseo y limpieza de los mismos con la intención de poder desinfectar todas las áreas de uso común. Pero también para tomar los útiles u objetos escolares que hayan quedado resguardados en los salones y, lo importante es el tener un contacto directo cara a cara profesor–alumnos con la intención de clarificar todo lo que indica el compromiso del entorno virtual, actualizar datos y cifras de equipos por familia y acceso a la conectividad, tiempo que se dedica a hacer trabajos y asistidos por quiénes.
La SEP no cuenta con datos duros al respecto, ni tampoco ninguna instancia civil u organismo dedicado a hacer investigación. Hoy requerimos datos a partir de conocer bajo qué condiciones reales estamos educando en la virtualidad, para esto necesitamos, aunque no rigurosamente reencontramos y vernos de frente cara a cara.
El debate no se va a agotar pronto, aún estamos en medio de la tormenta y este debate no se debe resolver de manera unilateral en las esferas de gobierno. Es necesario que tanto la agenda como las decisiones se abran lo más ampliamente posible a los distintos actores de la sociedad.
La primera semana de junio todas las autoridades educativas estatales (de la llamada CONAEDU) se reunirán para decidir en torno a estas medidas, es muy probable que suceda lo mismo que ha sucedido en los últimos meses, se toman acuerdos para todos, pero luego algunos estados (entre ellos Jalisco) y debido a incompatibilidades políticas con el gobierno central toma sus propias decisiones violentando el consenso nacional.
Muy pronto sabremos acerca de las nuevas medidas de atención escolar, la lección sigue abierta, debemos aprender de manera global de esta contingencia, porque como decía un colega: debemos de aprender a vivir así, ya no regresaremos a la normalidad, esta es la nueva normalidad a la que debemos acostumbrarnos a vivir.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]
Mi sugerencia es terminar el ciclo escolar como lo estipula SEP en el calendario,los niños no van aprender más ni menos,ya se tiene ganado el 80 porciento de evaluación y aprendizaje.Tambien tendríamos que tomar en cuenta las características de la mayoría de las escuelas que tienen un alto grado de marginación,carencias de internet,y la solvencia económica,el alto índice de asesinatos por esta situación que está pasando en el país,el analfBettismo que impera en las comunidades rurales con base al uso de la tecnología,no contar con un celular con las aplicaciones pertinentes en fin.